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Un alto funcionario del Pentágono acusa a Israel de arrastrar a EEUU a la guerra con Irán

El coronel de la reserva Douglas Macgregor, uno de los altos cargos nombrados la semana pasada en el departamento de Defensa, considera que Israel dirige la política exterior de EEUU, especialmente en lo relativo a Oriente Próximo. Macgregor ha denunciado que el lobby judío, que opera en sincronía con Israel, está arrastrando a EEUU a una guerra con Irán.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, observa durante una conferencia de prensa con el secretario de Estado de los EEUU, Mike Pompeo, y el ministro de Relaciones Exteriores de Bahrein, Abdullatif Al Zayani, durante su reunión en Jerusalén.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, durante una conferencia de prensa con el secretario de Estado de los EEUU, Mike Pompeo, y el ministro de Relaciones Exteriores de Bahrein, Abdullatif Al Zayani, durante su reunión en Jerusalén. Menahem Kahana / REUTERS

EUGENIO GARCÍA GASCÓn

Otra vez se ha acusado a Israel y al lobby judío de dictar la política exterior de EEUU. En esta ocasión ha sido un cualificado consejero del Pentágono, quien recientemente puso en marcha el ventilador señalando a varios altos cargos de la administración de Donald Trump, algunos con nombre y apellido, de hacerse "muy, muy ricos" a cambio de ponerse al servicio del estado judío.

El coronel de la reserva Douglas Macgregor, que esta semana fue designado consejero por el nuevo secretario de Defensa, Christofer Miller, formuló en 2019 unas declaraciones que riman con otras que efectuó en 2012, y que se suman a lo que han indicado otros exaltos funcionarios y políticos en los últimos años.

"Hay que mirar a la gente dona a esos individuos", dijo Macgregor en la entrevista que se remonta a septiembre de 2019 y que ahora ha rescatado la CNN levantando una polvareda que ha cruzado el Atlántico y el Mediterráneo. El periodista le había preguntado por qué querían declarar la guerra a Irán el entonces secretario para la Seguridad Nacional, John Bolton, y el senador republicano Lindsey Graham.

"El señor Bolton se ha hecho muy, muy rico, y ostenta esa posición por su apoyo incondicional al lobby israelí. Es su hombre sobre el terreno, en la Casa Blanca", dijo Macgregor sin morderse la lengua. "Y lo mismo es ampliamente verdadero para el señor (Mike) Pompeo (el secretario de Estado), que aspira a ser presidente. Sus manos están buscando dinero del lobby judío, de los saudíes y de otros".

En la misma conversación Macgregor acusó al lobby judío de arrastrar a EEUU a la invasión de Irak en 2003 tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. La administración de George Bush justificó entonces la invasión diciendo que Irak poseía armas de destrucción masiva y que respaldaba a Al Qaeda, dos acusaciones que luego se demostraron infundadas.

Macgregor ha criticado con saña la política exterior de EEUU desde hace años. Considera que está al servicio de la presión de los lobbies que se mueven por Washington, y en especial al servicio del lobby judío, que tendría una "enorme influencia" sobre el Congreso, y que estaría buscando "golpes militares" contra Irán, algo que ya indicó en otra entrevista en 2012.

"Creo que el Comité de Asuntos Públicos América Israel (AIPAC, el principal lobby judío) y sus elementos subordinados y afiliados, que poseen enormes cantidades de dinero, han cultivado durante muchos años una influencia enorme de poder en el Congreso", dijo Macgregor.

"Creo que hay mucha gente en el Capitolio que entra dentro de dos categorías. Una categoría está interesada en el dinero y quieren ser reelegidos, y no quieren arriesgarse (a perder el apoyo) de los lobbies que empujan hacia una acción militar contra Irán (que podrían) apoyar a sus oponentes", explicó

Esta posición reaparece en EEUU cada vez con mayor frecuencia para desmayo de los lobbies judíos e Israel, que automáticamente acusan a quienes la defienden de "antisemitas", en lugar de afrontar con seriedad los dos grandes problemas que les afectan directamente: poner fin a la ocupación de los territorios árabes y dejar de manipular a los gobiernos, especialmente al de EEUU, desde una posición de fuerza y con dinero.

Otra política que se ha expresado en términos similares, la congresista demócrata Ilhan Omar, tuiteó no hace mucho que el apoyo de los políticos americanos a Israel "solo tiene que ver con los 'benjamines'", es decir con los billetes de cien dólares donde aparece la imagen de Benjamin Franklin que financian las campañas políticas.

Omar tuvo que disculparse después de que la controvertida Liga Antidifamación, una influyente organización judía, dijera que sus palabras "promueven la fea y antisemita teoría de la conspiración que sostiene que los judíos tienen una desproporcionada influencia en la política".

Pero aunque durante mucho tiempo ha existido un tabú con esta cuestión, en los últimos tiempos son más y más los políticos que se expresan públicamente en esa dirección, no solo demócratas sino también republicanos, como es el caso de Macgregor. La alarma ha saltado pero no se está haciendo nada razonable para afrontar el problema.

Un dato significativo que reveló hace unos meses el Canal 12 de la televisión hebrea es que más del 50% de las donaciones que llegan a los candidatos republicanos y demócratas proviene de individuos u organizaciones judías, a pesar de que los judíos solo representan el 1,9% de la población de EEUU.

Macgregor no ha querido responder a las preguntas que se le dirigieron para que aclarara sus palabras y el departamento de Defensa ha confirmado su nombramiento avalado por "décadas de experiencia militar que se usarán para ayudar a la aplicación de las prioridades de la seguridad nacional del presidente".

Por su parte, el departamento de Estado tampoco ha querido hacer ningún comentario relativo a Pompeo. El visionario John Bolton, que en los últimos años ha ganado cuantiosas cantidades de dinero hablando ante organizaciones judías, ha dicho que él no responde a antisemitas.

Si esta tendencia sigue creciendo, es posible que a medio plazo Israel se encuentre en una posición en la que realmente necesite ayuda de sus aliados. En realidad esa ayuda de los amigos de Israel debería empezar cuanto antes, obligando a Israel a retirarse de los territorios ocupados y ayudando a rebajar la percepción general de que Israel conduce la política de EEUU atendiendo únicamente a sus propios intereses.

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