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Arabia Saudí Una sucia campaña saudí trata de silenciar a una popular presentadoras de Al Jazeera

La periodista libanesa Ghada Oueiss lleva un mes sufriendo en las redes sociales una brutal campaña difamatoria. La presentadora de Al Jazeera ha denunciado que está orquestada desde Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos para desacreditarla profesionalmente por sus críticas a las políticas de los príncipes de la corona de esos dos países.

Sede de Al Jazeera en Doha REUTERS/Naseem Zeitoon
Sede de Al Jazeera en Doha /REUTERS/Naseem Zeitoon

Eugenio García Gascón

La periodista libanesa Ghada Oueiss denunció esta semana que desde junio está sufriendo una escabrosa y agresiva campaña de desinformación en las redes sociales que tiene por objetivo desacreditarla profesionalmente y con la que se quiere silenciar su trabajo como presentadora de noticias y reportera en la cadena de televisión de referencia árabe Al Jazeera.

Con más de dos décadas de experiencia, Oueiss acusa a Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) de estar detrás de la campaña. En concreto señala a príncipes que no estarían a gusto con las informaciones que ella difunde en los informativos de la cadena catarí, poderosos príncipes que no habrían encontrado mejor manera de silenciarla que tuitear datos personales de la periodista y manipularlos para cuestionar su reputación.

Nacida en Beirut hace 42 años en una familia cristiana maronita (católica), estudió medios de comunicación en la Universidad de Líbano, y fichó por Al Jazeera en 2006. Antes trabajó para distintos medios libaneses y realizó cursillos de periodismo en la BBC en Londres y Beirut. Desde hace años goza de gran popularidad en el mundo árabe debido a su labor en programas informativos y debates políticos.

En junio unos desconocidos se introdujeron en su teléfono y robaron imágenes de su vida privada que compartieron en Twitter, a lo que siguió una amplia cruzada de acoso contra ella. La campaña ha ido creciendo de tono hasta que el miércoles pasado Oueiss respondió con un artículo en The Washington Post en el que denunció que los ataques que está sufriendo responden a sus reportajes críticos con "poderosos príncipes árabes".

Ghada Oueiss: "No cabe duda de que es porque habitualmente presento informaciones sobre Arabia Saudí y los EAU"

"Aunque yo he sido el objetivo de este último asalto, y no cabe duda de que es porque habitualmente presento informaciones sobre Arabia Saudí y los EAU, el mensaje para los periodistas de todo Oriente Medio es muy claro: no critiquéis a los príncipes de la corona", escribió en referencia a los príncipes Mohammad bin Salman (MBS) y Mohammad bin Zayed (MBZ).

Aunque la libanesa no mencionó por sus nombres a los príncipes, su referencia indirecta no podía ser más clara. Es más, Oueiss destacó que muchos de los mensajes denigrantes que ha recibido ella a través de Twitter iban acompañados de mensajes elogiosos para con MBS.

El acoso no se detuvo en Oueiss sino que se dirigió también contra otra compañera de Al Jazeera, la jordana Ola al Fares, a quien se acusó en Twitter de "proporcionar otros servicios" (sexuales) para apuntalar su exitosa carrera.

Según Oueiss, se trata de ataques misóginos que no criticaban el trabajo periodístico de las dos difamadas, sino que les lanzaban dardos por el hecho de ser mujeres. "A esa gente les parece incomprensible que una mujer pueda tener éxito en función de sus méritos y del trabajo duro".

Según el académico Marc Owen Jones, que estudia la desinformación en las redes sociales, en 24 horas se escribieron más de 25.000 mensajes contra las dos periodistas que se retuitearon y tuvieron respuestas. Jones dijo al portal The New Arab que la intensidad de los ataques fue inusual, y que "decenas de miles de retuits y de interacciones las perpetraron un reducido grupo de cuentas verificadas de influencers de alto perfil" que en algunos casos cuentan con cientos de miles de seguidores.

Oueiss se ha dirigido a los administradores de Twitter y de otras redes sociales pidiéndoles que "protejan a los periodistas (…) y se aseguren de que sus plataformas no las usan de mala manera regímenes autoritarios".

Oueiss relata que estaba en una celebración familiar cuando recibió la noticia del ataque en Twitter y su conmoción

En su artículo para The Washington Post, Oueiss explica que estaba celebrando en familia el cumpleaños de su esposo cuando recibió de un amigo la noticia de que se le estaba atacando en Twitter, y que aunque está acostumbrada a encajar ataques, nunca antes había experimentado algo así, hasta el punto de que esta vez se conmocionó y se asustó.

Le habían robado de su teléfono fotos privadas en las que aparecía en bañador y que en Twitter iban acompañadas con leyendas ofensivas que afirmaban falsamente que las fotografías se habían tomado en la residencia privada del presidente de Al Jazeera, el jeque catarí Hamad bin Thamer al Thani, dando a entender que la periodista tenía un afair con el jeque.

En apenas unas horas, escribe Oueiss, las fotografías se había retuiteado más de 40.000 veces. En algunos casos las imágenes se habían editado para que los usuarios la vieran desnuda. Un usuario de Twitter le decía: "Dinos cómo pasaste la noche. ¿Qué tal se te da la prostitución? ¿Estabas borracha cuando estabas desnuda?". Otro usuario decía: "No hay que maravillarse de que esté desnuda. Es una cristiana barata, vieja y fea".

Las respuestas del ataque en Twitter llegaban a acusarla de ejercer la prostitución

En muchos mensajes se elogiaba al príncipe saudí MBS o se reproducía la bandera saudí, o se reproducían imágenes de MBS y del príncipe emiratí MBZ. Los mensajes fueron retuiteados rápidamente por figuras notables de los gobiernos saudí y emiratí, con lo que el número de visitantes se multiplicó.

Oueiss recordó que numerosas mujeres saudíes están en la cárcel por denunciar la situación de las mujeres en ese país. "Es su valor, y el de otros muchos héroes desconocidos y víctimas de gobiernos autócratas en Oriente Medio, lo que me inspira para continuar mi trabajo, con indiferencia de lo brutal y misógino de las campañas de descrédito, con independencia de las amenazas de muerte que recibo", escribió en el periódico de Washington.

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