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La caída del presidente Erdogan, prioritaria para los Emiratos e Israel

Una investigación sobre las actividades de un oscuro grupo de presión creado hace unos meses en EEUU para acabar con el presidente turco Erdogan, indica que detrás de la operación existe dinero de los Emiratos Árabes Unidos e Israel.

24/03/2021 El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan
El presidente de Turquía, Tayyip Erdogan. Hugh Lawson / REUTERS

Una investigación conjunta de The Intercept y Aljazeera ha revelado las actividades de un grupo de presión con base en Washington, The Turkish Democracy Project (TDP), cuyas actividades, bien financiadas, persiguen la caída del presidente Recep Tayyip Erdogan y su sustitución por un régimen más manejable para el tándem que forman Israel y los Emiratos Árabes Unidos.

Erdogan se ha convertido en el principal enemigo de esos dos países por defender un islam político que, aunque moderado, es rechazado frontalmente por Israel y los Emiratos, como también ha quedado de manifiesto a lo largo de la última década en situaciones similares en Egipto o Túnez.

Una de las extrañas características del TDP es que en su lista de consejeros no figura ningún ciudadano turco. Cuando se fundó el pasado verano contaba con dos turcos, pero ahora el panel directivo está integrado por curiosas personalidades estadounidenses que dicen estar "comprometidas para impulsar a Turquía a aceptar políticas más democráticas".

Una de las extrañas características del TDP es que en su lista de consejeros no figura ningún ciudadano turco

El panel director de TDP es una amalgama de exfuncionarios americanos vinculados principalmente al partido republicano, y que se caracterizan por una agresiva visión del mundo y porque durante años han mantenido estrechos vínculos con Israel y los Emiratos.

Los implicados son Frances Townsend, que trabajó para el presidente George Bush hijo en la unidad contra el terrorismo; el exsenador Joseph Lieberman, que en una ocasión acarició la idea de convertirse en el primer judío en llegar a la Casa Blanca; John Bolton, notorio como radical consejero de seguridad nacional de Donald Trump, y que, como otros miembros del panel, no oculta su animadversión hacia Erdogan.

Según The Intercept, las actividades del Turkish Democracy Project "no son claras" y están vinculadas con otros grupos de presión de la misma órbita que se caracterizan por acceso a dinero de incierto origen y que promueven en Oriente Próximo posiciones que son "próximas a los intereses de seguridad de saudíes, emiratíes e israelíes" tendentes a desestabilizar a los países enemigos.

Esos tres últimos países son refractarios a las políticas de Erdogan, una visión que comparten y que les une a la hora de defender a cualquier dirigente que se oponga a planteamientos islamistas, como ocurre con el presidente turco.

La investigación revela que quien nominalmente está al frente del TDP es Mark Wallace, que con Bush hijo fue embajador ante la ONU y que, entre otras actividades, desempeña en la actualidad la dirección de United Against Nuclear Iran (UANI), el Proyecto Contra el Extremismo (CEP), así como de otro proyecto que dice concentrarse en defender los derechos humanos en Irán. Se da la circunstancia de que ocho de los once directivos del Turkish Democracy Project trabajan en al menos uno de los otros grupos recién mencionados.

Cuando preguntaron al TDP por su sistema de financiación, el grupo no contestó. Otros grupos citados en el párrafo anterior también han suscitado preguntas acerca de sus oscuras fuentes de financiación, y no se sabe si reciben ayudas de gobiernos extranjeros, como podría ser el caso de los Emiratos, siempre dispuestos a combatir el islam político por todos los medios a su alcance.

Un artículo aparecido en julio de 2021 vincula a Wallace con el multimillonario americano Thomas Kaplan, que es el principal coleccionista privado de Rembrandt y donante de los principales grupos antiiraníes de Wallace. Para que no quede ningún cabo sin atar, Wallace es además consejero de la principal empresa de Kaplan, que a su vez mantiene vínculos estrechos de negocios y personales con príncipes de los Emiratos y otros países de la región.

Este grupo anti-Erdogan busca crear una opinión pública contraria a los gobiernos de Turquía e Irán

Una investigación del gobierno de los EEUU halló que Kaplan y la organización antiiraní UANI estaban financiados ilegalmente por intereses extranjeros, pero la investigación se detuvo de golpe cuando el gobierno de EEUU alegó que llevarla más adelante pondría en peligro la seguridad nacional de EEUU, según recoge The Intercept.

En 2013 Kaplan contribuyó con 843.000 dólares a UANI, es decir, con la mitad de los ingresos de la organización antiiraní de ese año. Además, tanto el grupo anti-Erdogan como otros grupos mencionados más arriba buscan crear una opinión pública contraria a los gobiernos de Turquía e Irán, así como influir en congresistas americanos para avanzar sus intereses sin declarar que obran en beneficio de países extranjeros.

Una filtración de correos electrónicos vinculó a Wallace con el embajador de los Emiratos en Washington, Yousef al Otaiba, y reveló que existía una red para conseguir fondos extranjeros de varios países, especialmente de los Emiratos y Arabia Saudí. Los correos también conectaban a miembros de los grupos de presión citados con el todopoderoso príncipe emiratí Mohammed bin Zayed.

Sarah Withson, directora ejecutiva a de Democracy for the Arab World Now, ha dicho respecto al grupo anti-Erdogan: "Actuar contra una democracia imperfecta en Oriente Próximo, mientras los miembros de su dirección defienden las monarquías absolutistas de Arabia Saudí y los Emiratos, el apartheid del estado de Israel, y la dictadura de Egipto, sugiere que el objetivo de ese grupo es político y no se basa en valores".

La investigación de The Intercept y Aljazeera muestra con claridad cómo se mueve la alianza dirigida por Israel y los Emiratos con el respaldo de países como Arabia Saudí y Egipto, que no pueden soportar que un gran país de la región con el que rivalizan, como la Turquía de Erdogan, no se pliegue a sus intereses.

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