Público
Público

Chile Chile tendrá una nueva Constitución que liquidará definitivamente la herencia de Pinochet

Una mayoría categórica del 78% vota a favor de aprobar una nueva Carta Fundamental y dar inicio a un proceso constituyente paritario

Manifestantes se enfrentan a los carabineros durante una nueva jornada de protestas en contra del gobierno del presidente de Chile, Sebastián Piñera, este viernes en Plaza Italia, ahora conocida como Plaza de la Dignidad, en Santiago. Con consignas a favo
Manifestantes se enfrentan a los carabineros durante una nueva jornada de protestas en contra del gobierno del presidente de Chile, Sebastián Piñera, este viernes en Plaza Italia. EFE/Alberto Valdes

Meritxell Freixas

No ha quedado ninguna duda de que el pueblo chileno quiere una nueva Constitución. Los resultados que ha arrojado el plebiscito convocado para este domingo 25 han sido concluyentes con una mayoría abrumadora a favor del "Apruebo" (una nueva Constitución), que se llevó el 78,2% de los votos, con el 99% escrutado. Los partidarios del "Rechazo" se quedaron con el 21,7%. Un margen que convierte en incuestionable la voluntad de la ciudadanía que desde que estalló la revuelta social, hace un año, venía reclamando una nueva Carta Magna. 

Los electores también escogieron el tipo de órgano que redactará el nuevo texto. Descartaron con rotundidad la fórmula Mixta, que incluía a parlamentarios, y optaron, en un 79% de los votos, por una Convención Constitucional, conformada por 155 integrantes designados por la propia ciudadanía. Este mecanismo tiene una particularidad no menor: garantiza un proceso constituyente paritario, es decir, que asegurará que la Carta Magna sea redactada por el mismo número de mujeres que de hombres, un hito hasta ahora inédito en el mundo.

Sebastián Piñera: "Hoy la voz de todos los ciudadanos se ha escuchado con la misma fuerza"

"Hoy la voz de todos los ciudadanos se ha escuchado con la misma fuerza", expresó el presidente chileno, Sebastián Piñera, a las 21.30, una hora y media después del cierre de las votaciones, en La Moneda, en una comparecencia de balance de la jornada. En un tono conciliador subrayó que "hasta ahora la Constitución nos ha dividido, pero a partir de hoy todos debemos colaborar para que la nueva Constitución sea un manto de unidad". Y añadió: "Este plebiscito es el comienzo de un camino". Piñera, quien nunca reveló su postura en el plebiscito, aunque la mayoría de su sector explicitó su apoyo al "Rechazo", reabrió –casi de paso– el debate sobre si la nueva Carta Magna debe reformarse o escribirse de cero, una de las polémicas que marcó el inicio del proceso plebiscitario: "Una Constitución nunca parte de cero porque representa el encuentro de las generaciones que nos antecedieron", dijo.

Un éxito de participación

Una de las grandes incógnitas de la jornada era la participación, que la derecha había señalado como un blanco para restar legitimidad a la consulta. En total, un 47,4% del padrón acudió a las urnas, un porcentaje que representa una cifra absoluta de 7,5 millones de personas, la mayor alcanzada desde el retorno a la democracia. Todo un éxito considerando que el referéndum se desarrolló en pandemia, con el 51% de la población confinada durante el fin de semana y que Chile registra una de las tasas de abstención más altas de América Latina desde que instauró el voto voluntario en 2012. En las últimas presidenciales de 2017 votó un 46,6% del padrón (6,6 millones de electores).

"La jornada de hoy es histórica, una oportunidad que tenemos para poder manifestarnos, decir lo que pensamos y cambiar todo lo que queremos dejar atrás", dice Camila, de 32 años, votante del Colegio República de Uruguay de Santiago.

"La jornada de hoy es histórica, una oportunidad que tenemos para poder manifestarnos, decir lo que pensamos y cambiar todo lo que queremos dejar atrás", dice Camila

Para Daniela Robredo, de 36 años, "esta votación tiene una relevancia descomunal porque podemos eliminar algo que se ha mantenido por tantos años y que tiene una base sucia, escrita en dictadura". La joven, que cuenta que en su familia hay un detenido desaparecido de la dictadura, recalca: "Para mí era muy importante hacerme parte y poder eliminar eso para que desde la base podamos escribir una nueva historia".

Apenas cerraron los colegios electorales, miles de manifestantes se empezaron a concentrar en las plazas y calles de las principales ciudades del país. En la capital, la multitud se congregó en Plaza Italia, bautizada por los manifestantes de la revuelta social como Plaza Dignidad. Si bien en un primer momento se produjeron enfrentamientos con Carabineros, los asistentes lograron instalarse en la plaza y la policía desapareció. Desde ese momento la gente llegó en masa y el centro de Santiago, desbordado, se convirtió en una fiesta. Hubo música, fuegos artificiales, banderas y cánticos como el emblemático "Chile Despertó", que se ha escuchado desde casi el primer día, hasta otro canto, también muy coreado, en el que califican a Piñera de "asesino, igual que Pinochet". Proyectada en la fachada de uno de los edificios más grandes de la plaza se apareció la palabra "Renace".

Carabineros, que tiende a cifrar a la baja este tipo de concentraciones, fijó en 16.000 las personas que celebraron el "Apruebo" en la plaza "en absoluta normalidad y son mayores incidentes". Mientras, por la Alameda, la principal vía del centro de la ciudad, desfilaban caravanas de coches que hacían sonar sus cláxones y ondeaban banderas de Chile y del pueblo mapuche.

Votación en pandemia

El referéndum se celebró cuando el país todavía no tiene la pandemia bajo control. El Ministerio de Salud informó en la mañana de 1.540 nuevos casos de la covid-19 y 52 personas fallecidas en las últimas 24 horas. El Servicio Electoral (Servel) implementó estrictas medidas de seguridad sanitaria como el uso obligatorio de la mascarilla, la utilización de alcohol gel antes y después de manipular la papeleta y la distancia física de al menos un metro tanto fuera como dentro de los locales de votación. Además, se prohibió el voto de las personas contagiadas por la covid-19, los casos sospechosos y sus contactos. El país registraba el domingo más de 9.700 casos activos.

"Había mucha gente afuera de los colegios, en la calle, y eso se explica no solo por la cantidad de gente que votó, sino también por los protocolos del Servel. Las personas entraban de a poco, a medida que se iban liberando las filas. Había siete personas en cada fila por mesa y eso provocó aglomeraciones afuera", explica el periodista Francisco Parra. En su opinión, las medidas impuestas por el organismo electoral se cumplieron. De hecho, así lo manifestó el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga: "Las medidas que habíamos acordado con el Servel sí se han ejecutado", evaluó.

A partir de la noche, pero, con la multitud festejando en las calles, mantener las distancias fue un desafío complejo. A modo de excepción, el gobierno alargó dos horas la entrada del toque de queda, hasta la 1 de la madrugada. Esa será la hora de cierre prevista del carnaval callejero con el que Chile ha festejado una jornada histórica que marca el fin del legado de Pinochet.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional