EEUU aboga por alcanzar una "desescalada" de la tensión que mantiene con Rusia en lo concerniente a Ucrania. Así al menos lo ha esgrimido su secretario de Estado, Antony Blinken, este jueves en Berlín, pese a que no ha dudado en aseverar que un ataque a Ucrania tendría un coste "rápido y masivo".

Según Blinken, las conversaciones mantenidas en los últimos días tienen por objetivo seguir "el camino diplomático para desescalar la tensión". Unas conversaciones que, en palabras del secretario de Estado, evidencian "la unidad" entre EEUU y sus socios europeos, una unidad que no hace extensiva a Moscú.

Blinken ha señalado que la resolución de la actual crisis se alcanzará "a través del diálogo y no de la agresión", si bien ha querido subrayar que un eventual ataque de Rusia a Ucrania tendrá una respuesta inmediata y un coste elevado para Moscú.

Se trata, en palabras de Blinken, de evitar que Rusia "use la energía como arma", en referencia al gasoducto Nord Stream 2, controlado por el gigante ruso Gazprom. "Es un hecho importante que el gas todavía no está fluyendo y por eso se puede usar como palanca," ha indicado Blinken. 

El secretario de Estado ha querido subrayar también que, en última instancia, el rumbo que tomará la confrontación depende del presidente ruso Vladimir Putin, a quien le corresponde tomar una decisión.

"No podemos determinar el camino que emprenderá Moscú, pero podemos mostrar cuáles serán las consecuencias negativas y las consecuencias positivas en uno y otro caso," ha aseverado Blinken, que este viernes se reunirá con su homólogo ruso Serguéi Lavrov en Ginebra.