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España, laboratorio de pactos electorales con los ultras para las europeas de 2024

Las elecciones generales españolas se celebrarán un año antes de las europeas. Lo que salga de las urnas tendrá un impacto enorme en una UE en pleno cambio político.

Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, junto al líder de Vox, Santiago Abascal. Rodrigo Jiménez / Efe

"La conquista de la derecha continúa en España. Enhorabuena a Vox y a sus excelentes resultados en las elecciones municipales. La próxima parada es julio. Vamos Santiago, vamos Vox", señalaba Víktor Orbán, primer ministro húngaro, tras el 28M.

Matteo Salvini, líder de la Liga, felicitó tanto al PP como a Vox. Y Manfred Weber, jefe de los populares europeos, aseguraba que lo acontecido en mayo era el primer paso hacia "un Gobierno fuerte y estable liderado por el PP" en España.

Las elecciones generales españolas se celebrarán un año antes de las europeas. Y lo que salga de las urnas tendrá un impacto enorme en una UE en plena reestructura de equilibrios políticos.

La ultraderecha de Vox ha dejado clara su posición: tienen la intención de formar parte de los cinco gobiernos autonómicos en los que el PP no cuenta con la mayoría suficiente para gobernar en solitario.

Este escenario abona el cultivo para que los de Abascal puedan estar por primera vez en el Ejecutivo central si tras el 23 de julio no hay una mayoría de izquierdas.

Hubo un tiempo en Europa en el que el cordón democrático a la extrema derecha era algo sacrosanto. En Alemania, por ejemplo, con Alternativa por Alemania (AfD) no solo no se pacta, sino que directamente no se habla ni se negocia.

Con el ascenso de los ultranacionalismo, los pactos con estas fuerzas apenas levantan ya polvo en la UE

Este aislamiento histórico entre demócratas cayó cuando la CDU pactó el nuevo líder del Lander de Turingia con la formación ultra. El experimento apenas duró unas horas, pero desató un escándalo nacional y acabó llevándose por delante la carrera de Annegret Kramp-Karrenbauer.

Sin embargo, Weber tiene menos reparo en hacer en Bruselas lo que no podría hacer en Berlín. El bávaro fue una de las primeras voces en bendecir el Gobierno de Meloni junto a La Liga y Fuerza Italia.

Con el ascenso de las fuerzas ultranacionalistas, impulsado en buena parte por sus políticas y discursos migratorios de 2015, se ha ido consolidando una aceptación y una normalización de su presencia en las instituciones. Los pactos con la ultraderecha apenas levantan ya polémica en la UE.

En 2000, la llegada al poder del ultra FPO en Austria se saldó con un aislamiento por parte de sus 14 socios europeos, que inmediatamente le impusieron sanciones y aislaron diplomáticamente.

Elecciones europeas

Las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 6 de junio podrían dar pie a una reconfiguración total de la UE. Hasta ahora, la gran coalición entre populares y socialdemócratas ha llegado a acuerdos y pactos equilibrados que han permitido la gobernabilidad y el avance legislativo del proyecto europeo. Pero esto podría cambiar.

Desde hace meses, la extrema derecha trabaja en una candidatura conjunta y común. Si las fuerzas ultraderechistas –repartidas hoy en la Eurocámara entre ID, ECR e independientes- se uniesen en una sola familia serían la segunda fuerza más importante, y tendrían capacidad de bloqueo. Algo que no se descarta tras los próximos comicios.

¿Por qué lo que ocurra en España puede marcar el camino? El Partido Popular Europeo está debilitado en las capitales. No lidera ninguno de los principales países.

El líder de la Unión Social Cristiana, Markus Soeder, junto al derechista del Partido Popular Europeo Manfred Weber y el alemán Friedrich Merz, de la CDU, en una imagen tomada el 4 de mayo de 2023
El presidente del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, durante una reciente alocución en Helsinki, Finlandia, el 9 de marzo de 2023. Mikko Stig / REUTERS

Cuenta con el poder en Grecia, Austria o Rumanía, pero no gobierna en las principales economías. El Benelux y Francia están bajo manos liberales. Alemania, Portugal o España en socialdemócratas. Hungría, Polonia o Italia tienen gobiernos ultranacionalistas.

Por ello, España puede ser el experimento de los pactos con la extrema derecha en el que el cordón democrático termina de romperse. Un Gobierno de PP y Vox sería un espejo de Madrid para lo que puede ser la Bruselas post-2024.

El PPE ganaría un bastión a pocos meses de las elecciones europeas. Y consolidaría una coyuntura que ha ido fortificándose durante los últimos meses: los acuerdos de los conservadores con los radicales.
Desde Italia hasta Finlandia o Suecia.

El caso español podría ser el eslabón definitivo. Italia abrió el camino. Los Hermanos de Italia de Meloni gobiernan con Foza Italia, del PPE.

España podría convertirse en la primera potencia europea con un Gobierno con ultras encabezado por los conservadores

Pero España podría convertirse en la primera potencia europea con un Gobierno con ultras encabezado por los conservadores, algo que no ha ocurrido nunca en Francia o Alemania.

Por lo pronto, Meloni y Orbán aúnan fuerzas de cara a los próximos comicios europeos para consumar esta fórmula y crear un frente común que aúne al centroderecha y a la extrema derecha.

Un escenario que Manfred Weber también tantea y que ya abona con unas políticas cada vez más duras. La extrema derecha llegó a acusarle de robarle su ideario sobre inmigración al pedir financiar la construcción de muros fronterizos o de acelerar la expulsión de personas que llegaron por vías irregulares.

Además, hace poco tiempo ha bloqueado varias propuestas en materia de cambio climático.

La Presidencia de la UE, campo de batalla

Los equilibrios políticos que imperaban hasta ahora en la Eurocámara se están resquebrajando. La relación entre el alemán e Iratxe García Pérez, la líder socialdemócrata, es cada vez más tensa.

El bávaro ha sido siempre muy complaciente con sus colegas del PP español y, en numerosas ocasiones, ha sido acusado de comportarse como un miembro de la oposición española más que como un eurodiputado.

Desde los fondos europeos hasta la polémica con Doñana, Weber –quien además tiene una mala relación con la también alemana popular Ursula von der Leyen- ha adoptado una posición muy frontal con los socialdemócratas y muy tibia y complaciente con las fuerzas más radicales.

Los equilibrios políticos que imperaban hasta ahora en la Eurocámara se están resquebrajando

El pasado viernes saltaba la noticia de que el líder conservador había enviado una carta a Roberta Metsola, presidenta de la Eurocámara, pidiéndole que aplace el discurso de Sánchez -previsto para mediados de julio- en la Eurocámara.

La Moncloa reaccionaba después haciendo suya esta petición de aplazamiento por coincidir con la campaña electoral. La Presidencia española de la UE, que arranca el 1 de julio, comienza ya a convertirse en un campo de batalla nacional, perjudicando la imagen del país, que había escalado posiciones.

El diario británico The Guardian ha publicado esta semana un editorial donde argumentaba por qué "Europa necesita que la jugada de Sánchez salga bien".

"A pesar de los problemas, el Gobierno encabezado por Pedro Sánchez cuenta con un legado económico positivo: ha capeado la crisis energética y la presión inflacionaria mejor que la mayoría", reza el texto.

29/05/2023 - El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante una rueda de prensa celebrada en la Moncloa, donde ha anunciado el adelanto de las elecciones generales al domingo 23 de julio.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante una rueda de prensa celebrada en la Moncloa, donde ha anunciado el adelanto de las elecciones generales. Borja Puig de la Bellacasa / EFE/Moncloa / Pool

Durante los últimos años, la imagen del país, tradicionalmente silencioso y con poco músculo siendo la cuarta economía de la UE, ha ganado fuerza y credibilidad en Bruselas.

España es el país más avanzado en el fondo de recuperación nacido de la pandemia y el que más ha pujado por implantar medidas energéticas, una batalla que comenzó incluso antes de la irrupción de la guerra en Ucrania. Sánchez se desenvuelve bien en el ámbito internacional: desde la OTAN hasta el Berlaymont reconocen su buen perfil.

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