Este artículo se publicó hace 12 años.
La extrema derecha se hunde en Holanda
Los liberales de Mark Rutte ganan los comicios por apenas dos escaños. El buen resultado laborista obligará a los dos partidos a pactar. El partido del ultra Geert Wilders acaba relegado a la cuarta plaza
El primer ministro holandés, Mark Rutte, se declaró vencedor de unas disputadas elecciones generales en las que las circunstancias en torno al futuro del Euro podrían obligarle a pactar con el Partido Laborista. Con más del 98% del voto escrutado, los liberales de Rutte consiguieron 41 escaños en la Cámara Baja (que cuenta con 150 miembros), frente a los 39 asientos del Partido Laborista (centroizquierda). La extrema derecha de Geert Wilders se desplomó y perdió la mitad de sus escaños.
"Peleamos estas elecciones casa por casa, ciudad por ciudad, y me siento orgulloso. Mañana, daré los primeros pasos para llevar a la formación de un gabinete", dijo Rutte anoche después de que el líder laborista reconociese la derrota.
La realidad es que aunque liberales y laboristas han descartado los rumores sobre una coalición, ambos partidos tendrían juntos una mayoría de gobierno en el Parlamento. Esto sería un raro resultado en un país en el que coaliciones de tres o cuatro miembros no son inusuales y donde las negociaciones de coalición a menudo duran varios meses.
Pero esa solución puede ofrecer la perspectiva de una estabilidad política muy necesaria en un momento de lento crecimiento económico y en el que muchos dicen que se necesitan normas potencialmente impopulares para reformar el mercado inmobiliario y el sistema de salud.
El principal problema lo encontrarían en que el resultado tan ajustado que han obtenido haría muy difícil el reparto de tares. En cualquier caso, ambos partidos son claramente proeuropeos (pese a tener ideas diferentes sobre política social y fiscal) y esto ha sido la tónica que ha marcado los comicios.
El declive de WildersEl partido más castigado ha sido el Partido de la Libertad del ultra Wilders, que ha pasado a ser la cuarta formación del país por detrás incluso de la izquierda.
La fuerza de extrema derecha ha sido relegada al cuarto lugar, por detrás de la izquierda y los laboristasWilders, cuyo partido de extrema derecha y contrario a la inmigración hizo campaña para abandonar el euro y la Unión Europea, perdió casi la mitad de sus escaños.
El inesperado claro resultado de los comicios holandeses elimina otro potencial obstáculo a los esfuerzos por estabilizar la moneda única europea después de en la víspera el Tribunal Constitucional de Alemania diese luz verde con condiciones al fondo de rescate permanente de la zona euro.
"Liberales y laboristas se han vuelto tan grandes que ninguno puede formar un gabinete de mayoría con otros partidos", dijo el sociólogo Paul Schnabel en una columna del diario económico Het Financieele Dagblad. "Eso también lo hace difícil porque están condenados a entenderse. Un matrimonio forzoso, que generalmente no cuenta con muchas bendiciones".
El Gobierno de Rutte ha sido conocido en toda Europa precisamente por su postura de línea dura en materia de disciplina fiscal, exigiendo austeridad en los países endeudados de la periferia de la zona euro e insistiendo en que Holanda cumpla con sus propios objetivos de déficit. Sin embargo, probablemente perderá a su aliado más próximo, el ministro de Finanzas, Jan Kees de Jager, cuyo partido cristiano demócrata registró los peores resultados de la historia, acabando en quinto puesto.
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