Las autoridades afganas han logrado acabar con los ataques coordinados perpetrados por los talibanes en el centro diplomático de Kabul y otras tres ciudades de Afganistán.

El asalto, que se alargaba desde ayer al mediodía, se ha saldado con 36 insurgentes, ocho miembros de las fuerzas de seguridad afgana y tres civiles fallecidos, según ha asegurado este lunes el ministro de Interior de Afganistán.

En rueda de prensa, Bismilá Mohammadi precisó que 40 miembros de las fuerzas de seguridad y 25 civiles resultaron heridos en los ataques, que atribuyó a insurgentes 'venidos desde fuera de Afganistán', en referencia a las áreas tribales paquistaníes. 

'La mayoría de los insurgentes se desplazaron vistiendo burqas. Las fuerzas de seguridad afganas han protegido a los civiles en zonas de mucho tránsito de personas', afirmó Mohammadi. Las fuerzas afganas lograron detener a un combatiente insurgente en la ciudad de Yalalabad.

Las fuerzas de seguridad acabaron esta madrugada con los dos últimos insurgentes que resistían parapetados en Kabul, donde en total murieron dieciséis de los insurgentes y dos de los tres civiles fallecidos en estos ataques. 

Los ataques comenzaron al mediodía del domingo a cargo de tres comandos insurgentes en Kabul, aunque también se registraron acciones en las ciudades de Jalalabad, Puli Alam y Gardez. Todos los ataques fueron reivindicados y los han enmarcado en el comienzo de su nueva ofensiva anual de primavera, estación en la que suelen recrudecerse los combates.

Los talibanes dispararon contra varias embajadas, una base de las tropas extranjeras lideradas por la OTAN y edificios oficiales afganos, entre ellos el Parlamento nacional.

'Nadie subestima la gravedad de estos ataques, y vamos a trabajar con fruición para determinar sus causas', afirmó anoche el jefe militar de la misión de la OTAN en Afganistán, general John Allen, en una nota de prensa.