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Giorgia Meloni causa controversia en Italia al anunciar que quiere ser llamada "el primer ministro"

La oposición y algunos medios de comunicación critican que la líder de la ultraderecha use el masculino para su cargo, asegurando que es una "elección política"

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, a su llegada al Palacio Chigi de Roma, a 23 de octubre de 2022.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, a su llegada al Palacio Chigi de Roma, a 23 de octubre de 2022. Fabio Cimaglia / EFE/EPA

La mano de Giorgia Meloni como primera ministra italiana ya empieza a dejar sus primeras señas de identidad. Junto a su pretensión de acabar de una vez por todas con el ingreso mínimo vital, nos deja otros detalles, quizá menos llamativos, pero indudablemente muy significativos.

En concreto, Meloni ha levantado la polémica en Italia después de anunciar que quiere ser denominada como "el primer ministro" en lugar de "la primera ministra", apostando por una declinación de género masculina en lugar de una femenina.

Toda una declaración de intenciones que, de hecho, ya se puede leer en los primeros comunicados emitidos por el nuevo Gobierno italiano y que presentan a la ganadora de las elecciones del pasado 25 de septiembre como "el primer ministro, Giorgia Meloni".

Una decisión que ha sido afeada públicamente por la expresidenta de la Cámara de los Diputados Laura Boldrini, del socialdemócrata Partido Democrático (PD), que no ha dudado en preguntarse si "es demasiado" para la líder de Hermanos de Italia (HDI) implementar el femenino.

"La primera mujer primera ministra se hace llamar por el masculino, el primer ministro. ¿Qué le impide reivindicar en la lengua su liderazgo? ¿Afirmar lo femenino es demasiado para HDI, un partido que ya olvida a las hermanas en su nombre?", ha expresado Boldrini en su cuenta de Twitter.

Algo más cáustico se ha mostrado Carlo Calenda, miembro de la coalición centrista Tercer Polo, quien ha asegurado que se está volviendo "al nivel polémico de Peppa Pig". Y es que, según Calenda, este tipo de polémicas evidencian que la política italiana "está descarrilando".

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