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Los líderes europeos relajan su discurso sobre Ucrania y se centran en la reconstrucción

Italia presenta en la ONU un plan de paz basado en cuatro fases mientras los europeos comienzan a preguntarse cómo asentar los pilares para la etapa post-guerra.

24/03/2022 Un militar ucraniano carga un fragmento de misil mientras sale de un edificio bombardeado de Kiev, a 24 de marzo
Un militar ucraniano carga un fragmento de misil mientras sale de un edificio bombardeado de Kiev, a 24 de marzo. Sergei Supinsky / AFP

La UE parece estar tocando el techo de cristal en su discurso más duro con Rusia. Las sanciones están llegando a su tope, la narrativa sobre la reconstrucción va ganando espacio y algunos como Emmanuel Macron, el líder europeo que más veces ha hablado con Putin desde que comenzó la invasión, ya habla de alcanzar la paz "sin humillar" a Moscú.

"Tenemos una paz por construir. Tendremos que hacer esto con Ucrania y Rusia alrededor de la mesa. Pero esto no se hará con negación, ni con la exclusión de unos a otros, ni siquiera con la humillación", señaló recientemente el presidente galo ante el Pleno de Estrasburgo. "Cuando la paz vuelva a suelo europeo, tendremos que construir nuevos equilibrios de seguridad" sin "caer nunca en la tentación ni en la humillación, ni en el espíritu de venganza", afirmó.

En la capital comunitaria asumen que la UE pagará la mayor parte de la factura de la reconstrucción

En la capital comunitaria asumen que la UE pagará la mayor parte de la factura de la reconstrucción. Ucrania tiene que levantar desde cero colegios, residencias, puentes o carreteras. No se sabe a cuánto ascenderá el monto, pero las primeras estimaciones ya hablan de cientos de miles de millones de euros.

En este campo, la Comisión Europea ha propuesto la creación de un fondo de reconstrucción para Ucrania de 9.000 millones de euros. Se espera que los 27 líderes le den luz verde en la cumbre del 30 y 31 de mayo. Con esta cuantía la UE también espera fomentar las reformas que ayuden a Ucrania a acelerar su ingreso en el bloque comunitario. A día de hoy, el país no cumple los criterios de Copenhague, los requisitos esenciales que todo país candidato debe respetar todo país candidato para ser miembro de la Unión. Ya antes de la guerra, el país arrastraba muchos problemas con la corrupción y el Estado de Derecho y no llega a los estándares mínimos de estabilidad democrática y financiera. Se espera que el equipo de Ursula von der Leyen recomiende ya en junio otorgarle el estatus de país candidato, pero con todo el proceso de adhesión no será por la vía rápida como pide Kiev o sus socios del Este. El propio Macron habla de "décadas" para que el país culmine su adhesión al bloque.

Camino del tercer mes de guerra, los europeos están tocando hueso en su respuesta sancionadora. Llevan semanas intentando sacar adelante el sexto paquete de sanciones, que incluye por primera vez el embargo al petróleo. Pero la Hungría de Víktor Orbán, el mayor aliado de Putin en el seno de la UE, lo bloquea porque considera que esta medida sería como arrojar una "bomba atómica" a la economía magiar. Por ello, aumentan las voces que piden rebajar el ritmo de la apisonadora sancionadora de la UE a Rusia. Las medidas restrictivas impuestas en Bruselas han sido sin precedentes en términos de rapidez y volumen, pero no han alterado los planes de Putin en la guerra. A nivel interno, además, tardarán mucho tiempo en dejar ver su impacto en la economía rusa. No obstante, las visiones en el seno europeo son muy dispares. El Este y los Bálticos temen que se imponga una "fatiga sancionadora" y piden continuar manteniendo la máxima presión a Putin.

El gran apoyo de la UE a Ucrania tenía el objetivo principal de fortalecer la posición de Kiev en la mesa de negociación

El gran apoyo de la UE a Ucrania tenía el objetivo principal de fortalecer la posición de Kiev en la mesa de negociación, pero los intentos para alcanzar un alto al fuego duradero y estable han caído en saco roto. Italia ya ha presentado a la ONU un plan de paz con cuatro fases y líneas rojas.

El escenario que se abre ya pasa por la preocupación de cómo va establecerse el periodo de post-guerra. Los líderes occidentales creen que Ucrania puede salir victoriosa, algo impensable el 24 de febrero, cuando el conflicto estalló. Y la línea que comienza a imponerse es la de que no se debe arrinconar o "humillar" a Rusia. En este hipotético escenario habría que establecer un acomodo a Moscú para que pueda venderlo a nivel interno, lo que podría derivar en algunas concesiones territoriales. El propio presidente ucraniano Vladimir Zelenski ha afeado que Macron esté "buscando una salida para Rusia".

Aun con todo, los europeos insisten en dejar constancia en el hecho de que fue el Kremlin quien invadió a su vecino e inició el conflicto y en la necesidad de proteger la soberanía e integridad territorial de Ucrania.

En el corto plazo, la prioridad pasa por consumar un alto al fuego. El presidente Macron y el canciller alemán Olaf Scholz han insistido en este aspecto durante las últimas llamadas telefónicas con Vladimir Putin. A pesar de la tensión desatada en los últimos meses, los contactos del Kremlin con el eje franco-alemán han sido constantes. En Bruselas nunca han escondido que mantener canales de diálogo abiertos es clave para apuntalar ese camino hacia la paz. Pero hasta la fecha el foco había pasado por suministrar el mayor número de armas posibles al Ejército ucraniano para que resistiese el embate ruso. Ahora, el debate sobre cómo asentar las bases de la paz comienza a ganar espacio. Aunque el equilibrio es complicado. Mientras los europeos presionan para acordar un cese de las hostilidades, acaban de anunciar una nueva partida de 500 millones de euros para financiar el envío de material bélico a Ucrania.

En el corto plazo, la prioridad pasa por consumar un alto al fuego

"Hay que continuar apoyando a Ucrania y presionando a Moscú, pero tenemos que comenzar a preguntarnos cómo construir la paz. Hay que pensar sobre cómo acordar un alto al fuego y comenzar negociaciones creíbles. Debemos pensar profundamente en cómo conseguirlo", reconoció recientemente el primer ministro italiano Mario Draghi.

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