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La UE multiplica sus partidas para armas en Ucrania y se olvida de los fondos para la crisis alimentaria

Los europeos asumen que una de las consecuencias externas y directas de la guerra en Ucrania será el aumento de las hambrunas en el mundo, pero desde el inicio de la guerra no han destinado dinero para paliar esta "crisis total".

Un militar ucraniano junto a un misil antitanque Javelin, mientras continúa el ataque de Rusia contra Ucrania, en una posición en la región de Donetsk , Ucrania, el 18 de abril de 2022.
Un militar ucraniano junto a un misil antitanque Javelin, mientras continúa el ataque de Rusia contra Ucrania, en una posición en la región de Donetsk . SERHI NUZHNENKO / Reuters

Ya antes de que estallara la guerra en Ucrania, 193 millones de personas procedentes de 53 países diferentes se enfrentaban a una situación límite de inseguridad alimentaria. La invasión rusa a su vecino ha supuesto la sacudida definitiva dejando al granero de Europa en una coyuntura límite cuyas principales víctimas son las de siempre: los más vulnerables.

Ucrania es uno de los mayores exportadores de trigo del mundo. Sus granos dan de comer a unas 400 millones de personas. África Oriental importa el 90% de su trigo de Rusia y Ucrania. El drama actual, asociado a las consecuencias del cambio climático, están provocando que en la región muera una persona de hambre cada 48 segundos. "Es aterrador", ha reconocido Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Desarrollo celebrado este viernes en Bruselas.

La contienda en el Viejo Continente ha sido el golpe definitivo para una situación que ya era límite. Millones de toneladas de grano han quedado atrapadas entre el cruce de misiles de Moscú y Kiev disparando el precio de los alimentos en todo el mundo. La inflación está exacerbando las hambrunas en zonas que ya estaban sometidas a mucha vulnerabilidad. Según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) solo en el mes de marzo el precio de los alimentos alcanzó un máximo histórico con un incremento del 13% con respecto a febrero. El Banco Mundial estima que los alimentos se encarecerá un 37%.

Los países del Cuerno de África y la región del Sahel son los más expuestos a esta "crisis total"

Los países del Cuerno de África y la región del Sahel son los más expuestos a esta "crisis total" por su gran dependencia a la importación de estos productos. Bruselas estima que hay 20 millones de toneladas de cereales bloqueadas en el país y está buscando vías de salida alternativas. El 50% del trigo, el 40% de la cebada y el 60% de las cosechas de maíz previstas para este verano se encuentran en "zonas de riesgo", según ha detallado el ex ministro de Exteriores español.

Rusia acusa de esta situación a las sanciones internacionales. Mientras que la UE responsabiliza a Moscú de provocar esta crisis alimentaria bombardeando los campos de cultivo, saqueando los almacenes con stock y bloqueando la salida de cereales y trigo de los puertos ucranianos. Un cocktail molotov que ha disparado los precios de los alimentos y los fertilizantes en todo el planeta. "El suministro mundial de alimentos está en peligro por la invasión rusa a Ucrania", advierte el jefe de la diplomacia europea.

Los europeos asumen que una de las consecuencias externas y directas de la guerra en Ucrania será el aumento de las hambrunas en los lugares más maltratados del mundo. Pero a pesar de ello no han comprometido ninguna nueva partida para paliar la crisis alimentaria. Bruselas alega que el presupuesto comunitario actual no puede sumergirse en el déficit y el jefe de la diplomacia europea ha hecho un llamamiento a los Veintisiete para que destinen fondos desde sus presupuestos nacionales.

Dinero récord para armas

La falta de respuesta a la crisis alimentaria, que amenaza con desplazar a millones de personas en un momento de éxodos récord en el mundo, contrasta con el aumento sin precedentes de fondos europeos destinados al material bélico. La invasión a Ucrania ha derribado muchos tabúes en la capital comunitaria y uno de ellos ha sido la financiación de armamento por primera vez en la historia europea a un país en guerra. El bautizado como Fondo Europeo para la Paz -que coordina y paga las armas enviadas por los Estados miembros a Kiev- comenzó con 500 millones de euros. En poco más de dos meses se ha prolongado tres veces suponiendo un total de 2.000 millones de euros. No obstante, la financiación en el conjunto de la UE es mucho mayor, ya que cada país de forma bilateral está enviando material bélico a su cuenta y bolsillo.

Las hambrunas se van multiplicando en países como Etiopía, Somalia o Sudán del Sur

Desde Oxfam denuncian que el actual Marco Financiero Plurianual (MFP) -el instrumento que recoge el presupuesto europeo cada seis años- no recoge fondos para hacer frente a la crisis alimentaria actual. En contraste, en el el anterior (2014-2020), las partidas para este fin contaban con 8.800 millones, siendo el 20% de todo el portfolio de ayudas al desarrollo de la UE. En paralelo, las hambrunas se iban multiplicando en países como Etiopía, Somalia o Sudán del Sur. "Los líderes de la UE no prestaron atención a las señales de advertencia. En cambio, optaron por no actuar con la rapidez y la seriedad que esta crisis exigía y colocó la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible al final de su lista de tareas pendientes", recuerda Hanna Saarinen, experta de Oxfam en la UE.

En diciembre de 2022, los europeos comprometieron 2.500 millones de para este fin para los próximos dos años. Sin embargo, desde el inicio de la guerra no ha dado ningún paso adicional adaptado a las nuevas circunstancias. Radiografía contraria a lo que ha ocurrido con la inversión militar.

Los actuales presupuestos serán revisados el próximo año, pero en un momento de recuperación de la pandemia y de incremento de gasto sin precedentes en materia de defensa, militarización y control de fronteras no hay apetito para redirigir dinero a la ayuda humanitaria. Por el contrario, la Comisión Europea ya se plantea aumentar su financiación para el Fondo Europeo para la Paz y el Fondo Europeo de Defensa, que tiene como objetivo impulsar las industrias de tecnología militar y que ya cuenta con un aumento del 1256% de financiación con respecto a los anteriores presupuestos.

"La UE puede jugar un papel en terminar con el hambre de una vez por todas. Pero las donaciones actuales -que no han aumentado tras la guerra en Ucrania- no son suficientes", denuncian desde Oxfam.

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