El imán de una mezquita de Bruselas, Abdallah Dadou, falleció anoche en el incendio desatado tras el ataque de un hombre que prendió fuego al templo. El autor del atentado fue detenido por los transeúntes que se acercaron a la zona para tratar de ayudar a las diez personas que estaban en el interior en aquel momento. 

Los medios hablan de que el hombre es un ultraconservador salafista suní y no dudan de calificar el suceso como un ataque contra la comunidad chií. Por su parte, la ministra de Interior, Joelle Milquet, no dudó en asegurar que el sospechoso formaba parte de 'movimientos muy radicales.

La presidenta al Ejecutivo Musulmán de Bélgica, Isabelle Praile, que es chií, acusó a extremistas salafistas del ataque, y explicó que esta la mezquita ya había sido objetivo de amenazas de este última movimiento fundamentalista en 2007, según informó el diario Le Soir en su página de internet.

Sin embargo, según otro responsable chií que trabajaba en el templo, el autor de los hechos habría gritado eslóganes contrarios al islamismo y vinculados al conflicto sirio.

En cualquier caso, la Policía belga, que empezó a interrogarlo anoche, ha preferido no pronunciarse al respecto hasta que no tenga pruebas suficientes para descartar que se trata tan solo de un perturbado.

Según los testimonios recogidos por la Policía, en torno a las 18.30 horas de ayer, el hombre entró en la mezquita pertrechado con dos botellas de gasolina, un hacha y varios cuchillos. Después roció el templo con el combustible, le prendió fuego y rompió los cristales de las ventanas para que la combustión fuera más potente.

Además del imán, que falleció intoxicado por inhalar el humo al tratar de apagar las llamas, otra persona tuvo que ser atendida.