Este artículo se publicó hace 3 años.
Oposición rusaNavalni se enfrenta ahora a un juicio por difamación que le puede condenar a otros cinco años de cárcel
Tanto Navalni como su abogado denunciaron que no pudieron hablar a solas en ningún momento para planificar la defensa durante el juicio por difamación de los veteranos de guerra. El bloguero afirma que este juicio ha sido preparado para perjudicarle.
Àlex Bustos
Moscú-Actualizado a
El opositor ruso Alexéi Navalni se encuentra en la cárcel por el caso Yves Rocher. Y ahora espera al 12 de febrero, cuando podría aumentar su condena por un cargo de difamación. Por ahora tiene una condena de 2 años y 8 meses pendiente. Por el primer caso, ya cumplió un año de prisión bajo el régimen de arresto domiciliario.
El caso Yves Rocher implicó a Alexéi Navalni y y a su hermano Oleg, y les acusaba de fraude y de blanqueo de dinero. Los tribunales rusos aseguraban que los hermanos no habían cumplido con sus obligaciones contractuales con la empresa francesa de cosméticos Yves Rocher.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó esta causa ya en 2017 por "arbitraria y manifiestamente injusta", basado en una aplicación "imprevisible" de la legislación rusa. Por ello fue suspendida, pero le impusieron la pena nuevamente el 2 de febrero tras haber faltado a una cita en los juzgados a finales de 2020 por encontrarse en Alemania recuperándose del envenenamiento que le dejó en coma y casi le mata.
El bloguero declaró que esa condena tenía una "finalidad política" y fue una de las causas que le impidió presentarse a las elecciones presidenciales del 2018, tras haber iniciado una campaña para postularse para el cargo.
Un nuevo juicio podría aumentar su tiempo en prisión. Este empezó el pasado 5 de febrero pero fue interrumpido hasta el próximo 12 de febrero. En esta ocasión se le acusa de difamación a veteranos de la 2ª Guerra Mundial (o tal y como se la conoce en Rusia, "Gran Guerra Patria"). El opositor criticó en redes sociales a unos veteranos que apoyaban en un vídeo las enmiendas constitucionales que se aprobaron el año pasado. Navalni los tildó de "lacayos", "vergüenza de la patria" y "traidores" . Uno de los que aparecía en ese vídeo, Ignat Artemenko, le denunció. Por este cargo se podría enfrentar a un máximo de 5 años de cárcel.
Durante el juicio por difamación de los veteranos tanto Navalni como su abogado denunciaron que no pudieron hablar a solas en ningún momento para planificar la defensa. El bloguero afirma que este juicio ha sido preparado para perjudicarle.
Las reformas constitucionales mencionadas anteriormente, contra las que protestaron Navalni y otros opositores, crearon un nuevo marco legal que permitiría que el presidente Vladímir Putin lo pueda seguir siendo hasta 2036, si saliera reelegido. Hasta entonces, debido a la limitación de mandatos solo podía estar hasta el 2024. Hipotéticamente, Vladimir Putin podría estar al frente de Rusia durante 36 años, del 2000 hasta el año 2036.
Envenenado y condenado
A finales de agosto del año pasado, cuando regresaba de Siberia para preparar junto a sus aliados en la región las elecciones regionales, el bloguero fue envenenado y cayó en coma. Tras unos días en los que no dejaron a sus familiares estar con él, el mismo presidente ruso autorizó su traslado a Alemania para que pudiera recuperarse. Mientras se encontraba en el país germano, estuvo recuperándose e investigando junto a su equipo quién le envenenó en Siberia.
"Si Rusia quisiera matarle, ya estaría muerto"
A pesar de que las autoridades rusas han declarado que no le han envenenado e incluso que "si Rusia quisiera matarle, ya estaría muerto", según dijo Putin, laboratorios de diferentes países (Francia, Alemania y Suecia) confirmaron que el veneno utilizado contra Navalni fue de la familia del Novichok, toxina fabricada tanto por la Unión Soviética como por Rusia.
La publicación científica The Lancet ,que recientemente publicó un artículo sobre la eficacia de la vacuna de fabricación rusa Sputnik V, el pasado mes de diciembre publicó un artículo sobre el envenenamiento de Alexéi Navalni, confirmando que este fue envenenado con Novichok.
El mismo Navanlny acusó a las autoridades rusas y especialmente a Vladimir Putin de su envenenamiento, porque asegura que una operación de esta magnitud no puede hacerse sin el beneplácito de las máximas autoridades del país. En ese mismo vídeo el bloguero delata a quiénes serían sus envenenadores y explica como le habrían seguido dentro de Rusia durante cerca de 2 años y medio.
Además de delatar a sus presuntos envenenadores, el equipo de Navalni publicó recientemente un video sobre el "Palacio de Putin" en el que explicaban el "mayor soborno de la historia" y mostraban la propiedad que atribuyen al presidente ruso, de más de 7.000 hectáreas y con un casino, discoteca acuática, piscina, puerto propio, entre muchas otras instalaciones. El magnate Arkady Rotenberg, cercano al presidente, dijo públicamente que esta propiedad es suya y no de Putin.
Cuando se hizo viral este video, que cuenta con cerca de 110 millones de visitas en el momento de redacción de esta pieza, Navalni ya se encontraba en prisión preventiva. El contenido de este indignó a la ciudadanía rusa, que tuvo otro motivo para salir a la calle.
Ola de protestas
Se prohíben manifestaciones opositoras por la pandemia, pero se celebran eventos nacionales
Alexéi Navalni fue arrestado solo al llegar a Rusia el pasado 17 de enero cuando volvía de Alemania. Fue en el mismo control de pasaportes de Sheretmeyevo. En otro aeropuerto de Moscú, el de Vnukovo, a 55 kilómetros, le esperaban sus seguidores. El avión cambió de lugar de aterrizaje supuestamente por motivos técnicos. Ese día miles de seguidores de la terminal esperaban recibirle, pero finalmente se fueron sin conseguirlo.
Ya con Navalni encerrado en prisión preventiva, se convocó una nueva protesta el 23 de enero. Las autoridades rusas no autorizaron la concentración, por "razones sanitarias". Mientras se prohíben las manifestaciones opositoras por la pandemia global, eso no fue motivo para cancelar el desfile del día de la Victoria el pasado 24 de junio o una flashmob en Ekaterimburgo de apoyo a Putin el 5 de febrero.
Ese domingo 23 los rusos salieron en todo el país en unas protestas que no se veían en años en el país,saliendo en 142 ciudades, incluidas grandes capitales como Moscú o San Petersburgo, lugares donde el bloguero cuenta con apoyo, pero también salieron en ciudades donde es raro que se proteste como Majachkalá, en el Cáucaso o incluso en ciudades de Siberia como Yakutsk que estaban a 50 grados bajo cero. En esta ocasión se vieron algunas agresiones de manifestantes a OMON, antidisturbios rusos, cosa poco habitual en el país.
El 31 de enero se convocó una nueva manifestación por la libertad de Navalni que canalizó la indignación por la corrupción del país y la falta de libertades, sacando una vez más a sus partidarios y también a detractores del régimen ruso. Esta vez la policía antidisturbios fue más dura y detuvo a más gente y usó más la violencia especialmente en las dos grandes ciudades, Moscú y San Petersburgo. Se usaron porras y tasers eléctricos contra manifestantes.
Entre las últimas 4 manifestaciones llegan a sumar un total de 10.000 arrestados en todo el país, según datos de la organización opositora OVD-Info. La manifestación del 31 de enero la que batió el récord de arrestados en todo el país con 4.822. La brutalidad policial también ha ido in crescendo, el pasado 2 de febrero tras la condena de Navalni incluso agredieron a periodistas y personas que estaban dentro de vehículos.
Además, han salido imágenes de las condiciones en las que tienen que dormir los detenidos, llegando a estar en malas condiciones y hacinados en habitaciones. Por problemas de espacio en los centros de detención de la capital rusa, algunos detenidos fueron llevados a Sajarovo, a casi dos horas de coche de Moscú.
Esperanza contra Putin
El bloguero se ha convertido en un referente de la lucha contra el Gobierno ruso, especialmente en el exterior. Entre los miles de personas que han salido a la calle desde que llegó de Alemania, hay muchos que declaran no ser partidarios de Navalni pero están en contra de su envenenamiento, de la corrupción del país o del Gobierno de Vladimir Putin.
En parte, esto se debe a las declaraciones de Navalni en el pasado abiertamente xenófobas y antimusulmanas, como cuando pidió que se dejara de alimentar el Cáucaso Norte o comparó a los musulmanes con cucarachas. Actualmente ya no hace este tipo de declaraciones aunque nunca ha rectificado públicamente estas afirmaciones.
A pesar de ello la gente valora positivamente sus investigaciones contra la corrupción y su activismo por unas elecciones limpias en Rusia. Cerca de un 5% de los rusos confían en él según el último informe del Centro de Estudios de Opinión Levada. Está por encima de políticos como Zyuganov, líder del Partido Comunista (4%) o Sobyanin, alcalde de Moscú (2%), pero el presidente cuenta con un 29% de aprobación. Cerca del 40% de los preguntados no se moja en este estudio de opinión.
Miles de personas salieron a las calles estas últimas semanas para protestar contra el encarcelamiento y envenenamiento de Navalni y contra tantos años de putinismo en el país, y aunque en principio se convocan protestas en torno a él, muchos manifestantes aseguran que protestan por aversión al régimen o por estar en desacuerdo con el envenenamiento de Navalni más que por estar de acuerdo con él, que se ha convertido en un símbolo antiputinista sobre el que gente de diferentes ideologías se aglutina para pedir un cambio en Rusia.
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