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Obama impone las reglas del diálogo palestino-israelí

Washington acelera el formato negociador para evitar que las conversaciones se eternicen

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Cuando la semana que viene vuelva a la región, el senador George Mitchell se pondrá inmediatamente manos a la obra y eludirá los encuentros que puedan apartarlo de su objetivo, de manera que el enviado especial del presidente Barack Obama tratará personalmente con el presidente palestino, Mahmud Abás, y con el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, pero apenas mantendrá contacto con los equipos técnicos que se han creado para discutir de las fronteras y la seguridad.

El enviado de Obama ha impuesto a las dos partes un estricto formato para evitar que las negociaciones se eternicen y, sobre todo, para evitar que los equipos técnicos le roben el tiempo con cuestiones 'de poco calado' que en opinión de los norteamericanos se pueden abordar y resolver mejor mediante un planteamiento político. 'Mitchell quiere tratar casi exclusivamente con Abás y Netanyahu', dijeron ayer fuentes palestinas.

La Casa Blanca cree que lo más apropiado es aplicar la voluntad política

Las comisiones de fronteras y seguridad palestinas están desmanteladas oficialmente desde el pasado sábado, aunque en la práctica sus miembros continuarán trabajando y podrán reunirse con el equipo de Mitchell cuando sea necesario.

Los palestinos son pesimistas y esperan que los próximos cuatro meses dejen claro a Estados Unidos y a la comunidad internacional que Israel no tiene ninguna intención de retirarse de los territorios ocupados. Los países árabes están estudiando pedir a las Naciones Unidas, al cabo de los cuatro meses, que tracen las fronteras del futuro Estado de manera unilateral a lo largo de la línea verde de 1967.

La comisión de fronteras palestina, ahora disuelta, la presidía Samih al Abed, un arquitecto de 62 años, mientras que la comisión de seguridad la presidía el general Hazim Atallah, que es director general de la policía. Eran comisiones rigurosamente técnicas que periódicamente informaban a Abás de las materias respectivas y aportaban ideas.

Los próximos cuatro meses se tratará la seguridad y las fronteras

El presidente Obama no quiere verse arrastrado por una enorme maraña de datos que israelíes y palestinos han recogido desde la ocupación de 1967 y está convencido de que la mejor manera de abordar el conflicto es con voluntad política, aunque para ello se deban ignoran hechos consumados sobre el terreno desde entonces.

Los palestinos están muy satisfechos de que las negociaciones sean indirectas, y de que participe un mediador que vaya y venga entre Ramala y Jerusalén occidental, puesto que ven en ellas una oportunidad para que Estados Unidos se convierta en 'testigo' de la actitud negativa de los israelíes y de las propuestas 'irreales' que presentan.

Los palestinos son pesimistas y sólo esperan que EEUU vea la actitud israelí

El hecho de que los dos temas a debatir en los próximos cuatro meses sean fronteras y seguridad augura una negociación muy complicada, ya que ambas cuestiones están muy intrincadas, especialmente en lo tocante al valle del río Jordán, que Israel quiere conservar argumentando que es vital para su seguridad.

Los palestinos se mantienen firmes y sólo aceptarían un canje del 1,9% del territorio de Cisjordania en poder israelí. En esa pequeña superficie vive el 65% de los colonos judíos, aunque en la práctica el Ejército israelí ocupe la mayor parte de Cisjordania.

Está previsto que el enviado de Obama llegue a la región el 17 de mayo y que permanezca tres días en la zona, dedicando la mitad de su tiempo a cada una de las partes. El formato de los encuentros del senador será el siguiente: en primer lugar se reunirá en Jerusalén occidental con Netanyahu y acto seguido se celebrará un encuentro con el equipo de asesores israelíes, al que podrá asistir o no Mitchell.

En Ramala ocurrirá de una manera similar, aunque se prevé que, como hasta ahora, a la reunión con Abás también acuda el jefe negociador palestino, Saeb Erekat. El objetivo de los encuentros con Netanyahu y Abás es establecer una posición general y unos principios que más tarde los asesores tratarán de concretar con documentos.

Quienes hasta el sábado presidían las delegaciones palestinas de fronteras y seguridad no han aceptado de buen grado la decisión de la dirección de la OLP de destituirlos, aunque tanto Al Abed como Atallah participarán en las reuniones de los asesores si se considera necesario.

Por otra parte, aprovechando la controvertida jornada en que los israelíes celebran el aniversario de la ocupación de Jerusalén oriental, que ocurrió hace 43 años, varios ministros y dirigentes hebreos lanzaron al viento nuevas proclamas en las que manifestaron que Jerusalén será la capital eterna e indivisible de Israel.

Una larga lista de políticos declararon que la construcción en Jerusalén oriental seguirá adelante a pesar de lo que diga la Administración de Obama, que continuamente está llamando a los israelíes a la moderación y a que pongan orden entre los colonos que a menudo extorsionan a la población palestina de Cisjordania mediante la violencia.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, cree que todos los jefes de Estado árabes participarán en la cumbre de la Unión por el Mediterráneo, integrada por 43 países, que se celebrará en Barcelona a partir del próximo 7 de junio, aunque algunos mandatarios todavía no han confirmado su presencia.

Tras reunirse ayer con las autoridades sirias y libanesas, Moratinos expresó en Beirut su optimismo diciendo: 'Nosotros no renunciamos a la presencia de los países árabes, y los jefes de Estado, en principio, estarán en Barcelona'.

Pero en Damasco, el Gobierno sirio divulgó un comunicado en el que daba cuenta de que en la reunión entre Moratinos y el presidente Bashar al Asad se había abordado la cumbre de Barcelona, pero sin confirmar la presencia del mandatario de ese país. Esto significa que todavía no está claro quién acudirá a la ciudad condal en representación de Siria, o de Líbano, un estado que tras un breve paréntesis de varios años vuelve a estar en la órbita de Damasco.

Otro país que todavía no ha confirmado el nivel de su delegación es Egipto. El ‘rais' Hosni Mubarak está ofendido porque en 2008 el actual ministro de Exteriores israelí, el ultranacionalista Avigdor Lieberman, lo mandó 'al infierno' y amenazó con bombardear la presa de Asuán.

A raíz de estos y otros exabruptos, Lieberman ha sido boicoteado por los países árabes que han firmado acuerdos de paz con Israel. Para consternación de los árabes, esta semana Lieberman confirmó que acudirá a Barcelona. 

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