La oposición de Turquía ha asestado un duro golpe al presidente Tayyip Erdogan al ganar el control de Estambul en una repetición de las elecciones a la alcaldía, rompiendo su aura de invencibilidad y lanzando un mensaje de los votantes descontentos con su política. Ekrem Imamoglu, del Partido Popular Republicano (CHP), obtuvo el 54,21% de los votos, según la agencia de noticias estatal Anadolu. El margen de victoria es mucho más amplio que la ajustada victoria de hace tres meses.

El resultado anterior fue anulado después de las protestas del islamista Partido AK de Erdogan, que dijo que había habido irregularidades generalizadas en las votaciones. La decisión de repetir los comicios fue criticada por los aliados occidentales y provocó indignación entre los opositores nacionales que afirmaron que la democracia en Turquía estaba amenazada.

El domingo, decenas de miles de seguidores de Imamoglu celebraron en las calles de Estambul después de que el exempresario triunfara sobre el candidato elegido por Erdogan por casi 800.000 votos. "En esta ciudad, hoy, habéis arreglado la democracia. Gracias, Estambul", dijo Imamoglu a unos partidarios que formaban un corazón con las manos, un símbolo de la retórica electoral inclusiva que ha sido el sello de su campaña.

"Vinimos a abrazar a todos", dijo Imamoglu. "Construiremos la democracia en esta ciudad, construiremos la justicia. En esta hermosa ciudad, lo prometo, construiremos el futuro". La Alta Junta Electoral aún no ha anunciado los resultados formales, pero Erdogan ya ha felicitado a Imamoglu por su victoria y el rival de Imamoglu, Binali Yildirim, del partido gobernante AK, le deseó suerte como alcalde apenas dos horas después del cierre de las urnas.

Respaldo menguante

Erdogan ha gobernado Turquía desde 2003, primero como primer ministro y luego como presidente, convirtiéndose en el político más dominante del país desde su fundador, Mustafa Kemal Ataturk, hace casi un siglo.

Su partido AK tiene un fuerte apoyo entre los turcos más religiosos y conservadores y su gestión de la economía de Turquía durante una década y media en la que el crecimiento se vio espoleado por la construcción ayudó a Erdogan a ganar más de una decena de elecciones nacionales y locales.

Pero la recesión económica y una crisis financiera han erosionado ese apoyo, y el control cada vez más estricto de Erdogan sobre el Gobierno ha alarmado a algunos votantes. Imamoglu obtuvo apoyo incluso en los tradicionalmente devotos distritos de Estambul, antes bastiones del Partido AK, poniendo fin a los 25 años de dominio islamista en la ciudad más grande del país.

Es probable que los resultados desencadenen un nuevo capítulo en la política turca, con las tres principales ciudades del país ahora en manos de la oposición, y podrían desencadenar grietas dentro del partido AK de Erdogan, al tiempo que ponen en primer plano los problemas económicos.

"Esto definitivamente va a tener un impacto en el futuro de la política turca dado el margen de victoria. Es una señal alarmante para el poder del AKP", dijo Sinan Ulgen, académico visitante en Carnegie Europe en Bruselas y exdiplomático turco.

Los analistas dicen que la derrota podría desencadenar una reorganización del Gabinete en Ankara y ajustes en la política exterior. Podría incluso desencadenar unas elecciones nacionales antes de 2023, la fecha prevista inicialmente, aunque el líder del aliado nacionalista del AKP minimizó esa perspectiva. (Información de Humeyra Pamuk y Jonathan Spicer; Información adicional de Ezgi Erkoyun y Ali Kucukgocmen; escrito por Dominic Evans y Peter Cooney; traducido por Andrea Ariet en la redacción de Gdynia)