Este artículo se publicó hace 17 años.
El oro es el último refugio de Gaza
Las joyas de las dotes acaban empeñadas para poder superar la crisis.
Eugenio García Gascón
En mi familia somos joyeros desde hace más de 200 años, antiguamente nos dedicábamos exclusivamente a la plata pero desde hace más de 60 años vendemos oro", comenta con orgullo Saliba, uno de los 3.000 cristianos que viven en la ciudad de Gaza.
Saliba, de 65 años, tiene un pequeño comercio en el zoco del oro, en el mercado más antiguo de Gaza, una tienda que no supera los diez metros cuadrados de superficie, pero que es mayor que otras muchas joyerías similares que se apiñan en la misma calle principal del mercado.
"Importamos el oro de Egipto y de Abú Dabi, no lo trabajamos, no somos orfebres, sólo lo vendemos. Lo que más vendemos son pulseras, anillos y collares. Los brazaletes se venden bien, es lo que más nos compran", dice Saliba."Hasta hace dos años vendíamos mucho pero ahora la gente compra menos.
La crisis es profunda y está sucediendo algo que nunca había ocurrido: tenemos muchos clientes que vienen a la tienda a ofrecernos las joyas que nos compraron cuando las cosas les iban bien. Así que les compramos el mismo oro que les vendimos. Esto da una idea de que la economía no marcha bien".
"No es fácil ser cristiano en Gaza -confiesa por iniciativa propia en mitad de la conversación- pero en el último periodo se ha convertido en algo mucho más difícil. No es por culpa de Hamás, sino a causa del embargo. Tengo amigos cristianos que trabajan para Hamás y están encantados".
Unos pocos metros más allá está el comercio de Alí Gabel, un musulmán cuya familia procede de lo que hoy es la ciudad israelí de Ashdod, de donde fueron expulsados en 1948. Alí tiene 55 años y 16 hijos.
Entre los palestinos, y entre los árabes en general, existe la costumbre de que el novio entregue a la novia una importante dote antes de casarse, y la novia la invierte generalmente en joyas y vestidos que son de su propiedad exclusiva.
"Aquí el novio suele entregar a la novia alrededor de 3.000 dinares jordanos -un poco más de 3.000 euros- y la novia emplea la mitad en joyas y la mitad en vestuario".
Bodas tardías
"Lo normal es que los jóvenes se casen con 20 ó 22 años, pero la situación económica es tan difícil que algunos esperan hasta los 35 ó más para poder juntar el dinero necesario para comprar una casa y amueblarla", explica Alí."La pieza más cara que tengo en la tienda es un collar de 1.000 dinares que se fabricó en Dubai. Es de oro de 21 quilates. Casi todo lo que vendemos es de 21 quilates, hay pocas joyas de 18 quilates. Lo compramos a peso, a 15 dinares el gramo y lo vendemos a 16 dinares".
"La mayoría del oro que se vende en Gaza viene de Dubai, aunque también se importa de Jordania, Egipto e Israel. Pero desde que Israel impuso el embargo sobre la franja de Gaza en junio no entra oro. Todo lo que tenemos expuesto lo compramos antes del embargo. En Gaza hay muy pocos orfebres. Lo normal es que los joyeros compren las joyas ya terminadas".
"La crisis es grande y hay mucha gente que vende su oro para comprar alimentos. Desde hace meses entran muy pocos clientes. Hay muchos días en los que no entra ninguno".La sociedad palestina funciona con clanes y familias que durante toda la vida mantienen unas relaciones muy estrechas y que se apoyan entre sí cuando atraviesan dificultades.
La familia de Alí Gabel no es una excepción. "Varios de mis hijos son funcionarios y gracias a sus salarios podemos vivir ahora que el negocio no marcha bien". Alí vive con sus 16 hijos en un edificio propio de cinco plantas. Dos de sus hijos están casados y han contribuido con sus esposas a la expansión de la familia.
"Cuando gobernaba Fatah había mucho miedo, abundaban los delincuentes y los ladrones. Ahora, con Hamás, se vive con mayor seguridad y tranquilidad y apenas hay robos. A mí nunca me han robado, pero en el zoco hay muchas tiendas donde han robado varias veces. Esto pasaba cuando gobernaba Fatah y no ahora".
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