Público
Público

Los palestinos ya son miembros de la Corte Penal Internacional

El conflicto israelo-palestino inicia hoy una nueva fase de internacionalización, un proceso que los palestinos han puesto en marcha para combatir la ocupación una vez demostrado que las negociaciones no conducen a ninguna parte.

Entrega al ministro de Relaciones Exteriores de Palestina, el Dr. Riad Al-Malki de una edición especial del Estatuto de Roma. EFE

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

JERUSALÉN.- El Estado de Palestina ha ingresado hoy formalmente en la Corte Penal Internacional (CPI) como miembro de pleno derecho, lo que permitirá que Israel deba responder de sus acciones en los territorios ocupados ante un foro internacional que se ha creado justamente para juzgar los excesos que un Estado comete en otro Estado.

“Hoy es un día histórico en la lucha por la justicia, la libertad y la paz para nuestro pueblo, y para todos aquellos que buscan la justicia en el mundo”, ha dicho el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, en una declaración.


“Nuestra determinación es proteger a nuestro pueblo contra la injusticia de los responsables de los crímenes de guerra, ayudándonos con la accesión de nuestra nación al Estatuto de Roma y la aceptación de la jurisdicción de la CPI”, añade Erekat. Sin embargo, algunos expertos señalan que el camino que los palestinos tienen por delante será largo y tortuoso, y que no llegarán a la meta de la noche a la mañana sino probablemente solo dentro de algunos años, en el mejor de los casos.

El fiscal jefe de la CPI, Fatou Bensouda, abrió una investigación preliminar en enero, justo después de que Palestina formalizara su petición oficial de ingreso en el Estatuto de Roma, una acción que inmediatamente provocó una serie de castigos por parte de Israel. Bensouda sigue examinando a día de hoy la posibilidad de que Israel haya cometido crímenes de guerra en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén oriental, pero todavía es necesario que determine si las sospechas están fundadas e incluso si la CPI tiene jurisdicción para pronunciarse en este caso.

“Por primera vez después de los 67 años transcurridos desde el establecimiento de Israel en la histórica tierra de Palestina, habrá una herramienta y un medio para que Israel responda de sus actos”, ha dicho Mustafa Bargouthi, secretario general de Iniciativa Nacional Palestina. “El gobierno de Israel, sus generales y sus soldados, que continuamente cometen crímenes de guerra contra los palestinos y las naciones árabes, deben ser llevados ante la justicia”.

Pero Israel no es miembro de la CPI, de manera que no tiene ninguna obligación de colaborar con el tribunal. Los israelíes no se han pronunciado al respecto pero lo más factible es que no colaboren, ni siquiera aunque reciban presiones de la comunidad internacional. Es decir, que lo más probable es que Israel haga con la CPI lo mismo que ha hecho con el Consejo de Seguridad de la ONU durante décadas: ignorarlo.

Sin embargo, en Israel se percibe un ambiente de pánico ante la posibilidad de que se le abra un nuevo frente en el conflicto con los palestinos. Los dirigentes hebreos han hecho todo lo posible para frenar la iniciativa palestina y se encuentran ante una situación que no se había dado hasta ahora y que sin duda les mete más presión.

El 31 de marzo, un día antes del ingreso formal de Palestina en la CPI, las autoridades israelíes aprobaron la construcción de otras 2.200 viviendas para colonos judíos en el sector ocupado de Jerusalén, lo que da una idea clara de que su actitud no ha cambiado un ápice. Es más, se trata de un mensaje inequívoco de que aunque la CPI considere los asentamientos judíos como un crimen de guerra, si es que esto ocurre, ellos van a seguir construyendo a su antojo.

Esta no será la primera ocasión en que la CPI aborda el conflicto israelo-palestino ya que en 2009 lanzó un examen preliminar que concluyó tres años después con la decisión de que el tribunal no tenía jurisdicción sobre este caso. Sin embargo, las cosas han cambiado desde entonces puesto que Palestina fue reconocida como Estado por las Naciones Unidas a finales de 2012 y ahora ha ingresado en el Estatuto de Roma.

Desde su creación en 2002, la CPI se centrado sus trabajos en las violaciones más graves del derecho internacional, como son los crímenes contra la humanidad, los crímenes de guerra y el genocidio, examinando especialmente situaciones que se han dado en el continente africano. En medios árabes se ha dicho irónicamente que la CPI es un tribunal específico “para negros y morenos”.

Se espera que el tribunal añada ahora el concepto de “crímenes de agresión”, que es donde los palestinos piensan que podría avanzarse más rápidamente. Decenas de expertos palestinos y occidentales llevan meses trabajando en informes que podrían probar que Israel ha cometido “crímenes de agresión” en los territorios ocupados desde mediados de 2014, que es el periodo que se está examinando.

El Estatuto de Roma define los crímenes de agresión como “el uso de la fuerza armada por parte de un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado”, lo que parece contemplar la ocupación militar de Israel y los excesos que comete sistemáticamente en los territorios ocupados. No obstante, la CPI no tendrá jurisdicción sobre los “crímenes de agresión” hasta que al menos 30 de los 123 estados miembros del Estatuto de Roma acepten esta definición, lo que todavía no ha ocurrido. Y contando con la lentitud habitual de estos procesos, es muy posible que sea necesario que transcurran varios años hasta que se dé el caso.

La organización Human Rights Watch ha felicitado a Palestina por su ingreso y ha amonestado a los países que han presionado a los palestinos para que no entraran en la CPI, incluidos los Estados Unidos. “Los gobiernos que buscan penalizar a Palestina por haberse sumado a la CPI deberían cesar sus presiones inmediatamente”, dice el comunicado de HRW.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional