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Portugal cierra la puerta a los matrimonios homosexuales

El Parlamento rechaza el proyecto de ley sobre uniones del mismo sexo

RITA BARATA SILVERIO

Las parejas homosexuales portuguesas que quieran casarse tendrán que esperar. El Parlamento portugués rechazó este viernes -con los votos en contra del Partido Socialista (PS), del Partido Social Demócrata y del Centro Demócrata Social- los dos proyectos de ley presentados por los partidos Bloco de Esquerda y el Partido Ecologista Os Verdes a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.

En una votación donde primó la disciplina de voto, sólo dos de los 121 diputados socialistas votaron a favor de las propuestas que equipararían las uniones homosexuales al matrimonio heterosexual, actualmente el único previsto en la legislación portuguesa.

Sin embargo, al finalizar la sesión, el grupo socialista presentó en nombre de su grupo parlamentario una declaración en la que se expresaba que es a favor del matrimonio entre homosexuales pero que 'este no es el momento adecuado para hacer alteraciones a la ley en vigor'.

La negativa a estas propuestas deviene, según la declaración de voto, por la falta de 'legitimación social' o de 'consensos políticos-parlamentarios' en esta materia. Sin embargo el PS se compromete a desarrollar 'acciones antidiscriminatorias con los grupos sociales particularmente sensibles'.

'El PS asume aquí hoy la voluntad de eliminar toda y cualquiera discriminación en función a la orientación sexual. Considera, no obstante, que no lo puede hacer de un modo que provoque una fractura', afirmó el diputado socialista Jorge Strech. Recuerda el PS, además, que el matrimonio gay no estaba previsto en su programa de Gobierno.

Las reacciones al rechazo al matrimonio homosexual no se han hecho esperar en Portugal, un país donde los comentaristas y los bloggers tienen una fuerte influencia en el debate político nacional.

El periodista Paulo Pinto Mascarenhas escribía en su blog Atlântico Azul que 'el episodio de la votación con disciplina de voto del PS revela a qué punto ha llegado el menosprecio y el descrédito de aquella que debería ser la casa de la democracia por excelencia: el Parlamento.'

Sobre lo adecuado o no del momento para cambiar la ley, Fernanda Câncio, periodista del centenario Diário de Noticias, reflexiona en su columna semanal que 'durante una crisis económica no se puede hablar de los derechos de las personas, porque hablar de derechos de las personas debe perjudicar la resolución de las crisis económicas'.

No sólo en los medios de comunicación se manifiesta el estupor sobre cómo el Partido Socialista rechazó, aún estando a favor, la legalización el matrimonio homosexual: en el mismo instante en que los diputados socialistas presentaron en el Parlamento la declaración de voto, parte del hemiciclo estalló en una sonora carcajada.

Y es que las políticas sociales del Partido Socialista en esta legislatura han provocado gran debate en Portugal. Fue el caso de la ley del aborto de 2007, aprobada gracias a un referéndum popular que despenalizó la interrupción libre del embarazo hasta las 12 semanas, y que pareció convertir a los supuestamente pacatos portugueses en fervorosos activistas de una causa u otra.

La reforma de la ley del divorcio, que permite la disolución del vínculo sin el consentimiento de los dos cónyuges, fue aprobada sin el apoyo de los partidos de la derecha. Los conservadores argumentaron que deben protegerse los derechos de la mujeres, a quienes consideran las grandes víctimas de las disoluciones matrimoniales.

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