La tensión de Occidente con Al Asad y la división por la guerra obstaculizan la llegada de ayuda a Siria tras los terremotos
Los países occidentales son reticentes a canalizar la asistencia a través de Damasco y en el noroeste solo hay un paso desde Turquía. A su vez, Al Asad no favorece ninguna ayuda destinada a las zonas controladas por la oposición.
La ola de terremotos que este lunes sacudieron el sur de Turquía también ha provocado un reguero de destrucción y muerte en el norte de la vecina Siria a donde, sin embargo, hacer llegar ayuda humanitaria y los vitales equipos de rescate en las horas posteriores a los temblores constituye todo un desafío.
Por una parte, el régimen de Bashar al Asad ha conseguido recuperar el control de buena parte del país casi doce años después de que el presidente reprimiera a sangre y fuego las protestas reclamando más democracia durante la 'Primavera Árabe'.
Sin embargo, los países occidentales se han venido negando todo este tiempo a canalizar la asistencia humanitaria a través del Gobierno sirio, como reclama Damasco, derivando cualquier ayuda a la población más vulnerable a través de las agencias de la ONU o de ONG que están presentes en el terreno.
Los países occidentales se han venido negando todo este tiempo a canalizar la asistencia humanitaria a través del Gobierno sirio
Por otra parte, el noroeste, esencialmente la provincia de Idlib y algunas zonas de Alepo, está controlada por Hayat Tahrir al Sham (HTS), una organización terrorista heredera del Frente al Nusra que otrora fue filial de Al Qaeda en Siria, y que en los últimos años se ha esforzado en presentarse como una alternativa de gobierno en esta parte del país.
En el noreste, grupos rebeldes sirios apoyados por Turquía controlan algunas zonas mientras que otras están controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), compuestas entre otros por fuerzas kurdas sirias y que cuentan con el respaldo de Estados Unidos.
Hasta ahora, el envío de ayuda humanitaria al noroeste de Siria, donde viven unos cuatro millones de personas, la mitad de las cuales son desplazados por el conflicto llegados de otras partes del país, solo se podía hacerse a través de un único paso desde Turquía, el de Bab al Hawa.
El primer convoy con ayuda entra en Siria
Precisamente, ese es el paso que se ha utilizado por el primer convoy con ayuda humanitaria de la ONU que ha llegado este jueves a las áreas opositoras del noroeste del país, casi cuatro días después del seísmo inicial.
En el noroeste de Siria viven unos cuatro millones de personas
El convoy está formado por seis vehículos y transporta principalmente alimentos, agua y productos para la higiene, que están siendo descargados en el propio paso fronterizo y serán distribuidos en las zonas opositoras por ONG socias de las Naciones Unidas, explicó una fuente a EFE, que pidió el anonimato.
El envío de este cargamento ya estaba previsto antes de los seísmos como parte de los repartos rutinarios de la ONU y quedó suspendido a consecuencia de la catástrofe, que ocasionó daños en las carreteras adyacentes tanto del lado turco como del sirio, si bien algunas eran aún así transitables. Estos son los primeros suministros que entran a Idlib desde el terremoto inicial registrado en el sureste de Turquía la madrugada del pasado lunes.
La única otra alternativa al paso de Bab al Hawa son los denominados envíos "translineales" desde áreas en manos del Gobierno de Bachar al Asad, una opción que presenta muchas limitaciones y que la ONU planea utilizar para hacer llegar un convoy al noroeste en los próximos días, según su portavoz Stéphane Dujarric.
La Secretaría General de la ONU pide que los países del Consejo de Seguridad que estudien la posibilidad de autorizar el uso de más cruces fronterizos
Por ello, la Secretaría General de la ONU pidió este miércoles a los países del Consejo de Seguridad que estudien la posibilidad de autorizar el uso de más cruces fronterizos para agilizar la llegada de ayuda a las regiones opositoras, que podrían ser accesibles desde otros dos pasos con Turquía actualmente cerrados.
La cuestión de la ayuda transfronteriza a las zonas opositoras de Siria ha sido en los últimos años un tema muy controvertido en el Consejo de Seguridad, donde los vetos de Rusia, aliada del Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, han ido obligando a recortar el número de cruces disponibles hasta dejarlo solo en uno.
Problemas en la ayuda transfronteriza
La zona en la que se encuentra el paso fronterizo de Bab al Hawa ha resultado dañada por los terremotos. Según la Agencia de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), fuentes locales han indicado que las operaciones transfronterizas se están viendo temporalmente perturbadas por los problemas en las carreteras de la zona.
En concreto, la carretera que une Gaziantep, la localidad turca donde se localizó el epicentro del seísmo más potente, y Hatay, el distrito más castigados por los terremotos y donde la ONU tiene el centro en el que se controla la ayuda y verifica antes de cargarla en los camiones que la trasladarán a Siria, no está accesible.
Asimismo, a esto se añade la grave inflación que atraviesa el país, donde la libra siria se encuentra en niveles mínimos, y que está provocando a su vez problemas en el suministro de combustible.
La Federación de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja reconoce que a la falta de maquinaria para poder retirar los escombros se suma la falta de combustible
El portavoz de la Federación de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), Tommasso della Longa, reconocía este martes que a la falta de maquinaria para poder retirar los escombros a que han quedado reducidos cientos de edificios se sumaba la falta de combustible. "Esto está lastrando la labor de la maquinaria pesada, el transporte de personal y los servicios de emergencias de ambulancias", previno.
Así las cosas, han sido muchas las voces que han dado la alarma sobre la situación en el norte de Siria, en particular en las zonas que están fuera del control de Damasco. "En el noroeste de Siria, donde cuatro millones de personas reciben apoyo humanitario, ya había una situación de emergencia", ha advertido el portavoz de UNICEF, James Elder. "Las comunidades allí se enfrentan al brote de cólera, a un invierno brutal y, por supuesto, al conflicto aún en curso", ha subrayado.
"La comunidad internacional debe movilizar inmediatamente recursos para apoyar los esfuerzos de rescate y rehabilitación en el norte de Siria", ha reclamado por su parte el subdirector para Oriente Próximo de Amnistía Internacional, Aya Majzoub. "El Gobierno sirio debe también permitir que la ayuda llegue a todas las áreas afectadas por el terremoto sin restricción", ha defendido.
Las ONG piden que no se politice la ayuda
A su vez, el portavoz de OCHA, Jens Laerke, ha lanzado un mensaje claro: "Es imperativo que todo el mundo vea esto como lo que es, una crisis humanitaria en la que hay vidas en juego". Por ello, ha rogado que "no se politice" la cuestión sino que se permita que "la ayuda llegue a las personas que la necesitan desesperadamente".
Las autoridades sirias ya han solicitado formalmente ayuda de emergencia a la UE a través del Mecanismo de Protección Civil europeo
En este contexto, el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, ha desvelado este miércoles que las autoridades sirias han solicitado formalmente ayuda de emergencia a la UE a través del Mecanismo de Protección Civil europeo. Una petición que no habían formulado los primeros días tras los terremotos.
"Hemos compartido esta petición con los estados miembro y pedimos que contribuyan con la asistencia requerida", ha señalado el comisario esloveno, quien ha detallado que la ayuda consiste en asistencia para mejorar las tareas de rescate y búsqueda de personas atrapadas, además de material médico y alimentos. Está por ver ahora si los estados miembro acceden a hacer llegar dicha asistencia.
A su vez, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha recalcado que Estados Unidos hará llegar ayuda a Siria a través de las ONG que trabajan en el país pero no a través del régimen de Al Asad. "Esos fondos irán por supuesto al pueblo sirio, no al régimen", ha aseverado.
Por contra, el ministro de Exteriores sirio, Faisal Mikdad, denunció el martes que las sanciones impuestas por Estados Unidos y otros países occidentales están impidiendo la llegada de ayuda y recalcó que estas medidas "han exacerbado el desastre". Así, descartó las afirmaciones desde Washington sobre que las sanciones no afectan a la ayuda humanitaria.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.