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¿Por qué Ucrania no entrará de forma inminente en la UE?

Ucrania cuenta con instituciones democráticas y financieras poco maduras. Además, Rusia tiene anexionada Crimea. Todo ello obstaculiza el camino de Kiev hacia Bruselas en el corto plazo.

24/02/2022 Cerca de medio centenar de ucranianos se han concentrado este jueves frente a las oficinas de la Unión Europea en Barcelona
Cerca de medio centenar de ucranianos se han concentrado este jueves frente a las oficinas de la Unión Europea en Barcelona. Marta Pérez / EFE

La entrada inminente de Ucrania en la Unión Europea (UE) es una quimera. No ya tanto por cómo ello afectaría y dañaría las relaciones con Rusia, sino por la propia situación interna del país. El Estado ucraniano cuenta con graves problemas de corrupción, de debilidad de situación económica y de unos pilares democráticos no lo suficientemente maduros. Es decir, no cumple los criterios de Copenhague, los requisitos mínimos que todo Estado debe superar para formar parte de la familia comunitaria.

"Ahora tenemos que centrarnos en pasos más prácticos. La adhesión es algo que requiere tiempo, muchos años. Y lo que tenemos que hacer nosotros de forma inminente es dar una respuesta en las próximas horas (…). Ucrania tiene claramente una perspectiva europea, pero ahora tenemos que luchar contra una agresión. Contra alguien que se cree más fuerte e impone la ley de la jungla". Estas palabras de Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, son un buen resumen de la situación actual.

La llamada de Volodímir Zelenksi, presidente ucraniano, a la incorporación inmediata de su país a la UE ha agitado en las últimas horas la posibilidad de adhesión de Ucrania a la UE. Poco antes, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, animaba esta vía rápida declarando que Ucrania es parte del club. "Somos familias", señalaba. Pero el camino hasta Bruselas es largo, complejo y exhaustivo. No solo para Kiev, que sin siquiera es un país candidato oficial –aunque el presidente ucraniano ya ha firmado la solicitud de adhesión–, sino para cualquier Estado que busca el "sueño europeo".

El temor es que si cae Ucrania lo hagan después Georgia o Moldavia, como efecto dominó

Tras la invasión de Rusia, Bruselas se ha volcado con Ucrania porque considera que su propio destino y el de la seguridad del Viejo Continente están en juego tras la invasión de Vladimir Putin. Las sanciones sin precedentes y las medidas históricas aprobadas están derribando tabúes. La prioridad es responder de forma urgente con un doble objetivo. Por un lado, apoyar al Ejército ucraniano para que continúe repeliendo y resistiendo el embate ruso. El temor es que si cae Ucrania lo hagan después Georgia o Moldavia, como efecto dominó. Y, por el otro, el objetivo es aislar a Rusia de la comunidad internacional en todos los frentes: diplomático, financiero o cultural.

Pero la entrada en el corto plazo a la UE no es una opción sobre la mesa. Polonia y Eslovenia piden que el país vecino forme parte del bloque comunitario antes de 2030. No obstante, es un calendario en el que la mayoría de voces en suelo comunitario son escépticas y que genera divisiones entre los Estados miembros. Lo que sí pueden hacer los europeos de forma rápida es reconocer a Ucrania oficialmente como país candidato. Un estatus que en estos momentos solo mantienen Turquía y los Balcanes Occidentales (Albania, Macedonia del Norte, Serbia y Montenegro). Mientras que Bosnia y Herzegovina y Kosovo son candidatos potenciales.

"Exportar soluciones" y no "importar problemas"

Muchos son los factores, tanto internos como externos, que dificultan a día de hoy que Ucrania sea el país número 28 de la Unión Europea. En primer lugar, tiene pendiente un largo proceso de reformas domésticas para fortalecer su Estado de Derecho y sus pilares financieros. The Economist califica al país como un régimen híbrido en términos democráticos con una puntuación de 5,57 sobre 10.

Kiev perdió el momentum de la gran adhesión del Este. Y los reiterados problemas contra los valores y derechos fundamentales de países como Polonia y Hungría han propiciado que países como Francia pulsen el freno al proceso de ampliación. La consigna general es que cualquier incorporación futura al bloque debe servir para "exportar soluciones, pero no para importar problemas". Groso modo, llega en un momento complicado para el bloque comunitario. Bruselas lleva años instalada en la policrisis: la financiera, la de refugiados, la del Brexit o la del Estado de Derecho. Y quiere tener la casa limpia antes de aceptar a invitados.

Además, no hay que olvidar que Ucrania tiene una parte ocupada por Rusia: Crimea. La situación en el Donbás de mayoría prorrusa supone un ingrediente de disuasión añadido. Es cierto que la UE ya cuenta con Chipre, un país ocupado en el norte por Turquía. Nicosia en la última capital europea dividida por una línea verde. Pero incorporar a una Ucrania con una parte anexionada por Rusia conllevaría asumir un riesgo enorme. Antes de ello, Moscú y Bruselas se verán empujados a entablar conversaciones y acuerdos en torno a la arquitectura de seguridad europea y sus fronteras.

¿Cómo es el proceso de adhesión a la UE?

Es un procedimiento complejo, por fases y en la mayoría de ocasiones muy longevo. Turquía se encuentra en la sala de espera desde hace casi tres décadas. Aunque sí que es un candidato oficial, su entrada se atisba incluso más efímera que la de Ucrania.

El primer paso que un país candidato debe cumplir para formar parte del bloque comunitario es adherirse a los criterios de Copenhague, los requisitos democráticos y de estabilidad mínimos que el Consejo Europeo acuñó en 1993 en la capital danesa. Principalmente son: contar con garantías democráticas sobre Estado de Derecho y derechos humanos; tener un mercado económico funcional; y contar con las estructuras estatales para implementar las decisiones europeas a nivel político, económico o monetario.

En general, los países que deseen formar parte de la UE deben respetar los estándares y reglas europeas; contar con el consenso unánime de instituciones comunitarias y Estados miembros; y tener el visto bueno nacional, ya sea a través de la ratificación parlamentaria o de la vía del referéndum. "Cualquier país europeo puede solicitar la adhesión si respeta los valores democráticos de la UE y se compromete a promoverlos", señala la UE en su hoja de ruta hacia la adhesión. Cualquier país puede solicitar ser miembro de la Unión Europea, pero la Unión Europea no está dispuesto a aceptar en sus filas a cualquier país. La perspectiva de Ucrania es que algún día sí forme parte del bloque, pero es un proceso que tardará muchos años en consumarse.

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