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Villepin crea un partido independiente de la UMP

El ex primer ministro trata de rentabilizar el declive de Sarkozy

ANDRÉS PÉREZ

El ex primer ministro Dominique de Villepin, enemigo de Nicolas Sarkozy en la derecha, anunció hoy la creación de un nuevo partido, independiente de la Unión para un Movimiento Popular (UMP) del presidente. Con el inmenso prestigio del que goza por haberse enfrentado a EEUU por Irak en 2003, Villepin desafía al hasta ahora intocable Sarkozy. Y lo hace cuando el presidente sigue muy desestabilizado por la derrota en las elecciones regionales.

'Como tengo la sensación de que, tras las elecciones, no se ha optado por el cambio de política que se impone, he decidido crear un movimiento libre e independiente', explicó Villepin, cortando de raíz las cábalas que apuntaban a la creación de una simple corriente en el seno de la UMP.

Su enfrentamiento con EEUU a causa de Irak alimenta aún su prestigio

El ex ministro consideró que las elecciones, que se saldaron con la peor derrota de la derecha en medio siglo, 'son un mensaje de desconfianza de los abstencionistas, de exasperación de los votantes del ultra Frente Nacional, y de sanción para la UMP'.

Y dio la estocada: 'Es el fracaso de una estrategia, la del partido único [de la derecha], pero también el fracaso de una política'.

El veterano diplomático ponía así el dedo en la llaga que más duele en las filas de la derecha. Los conservadores temen que Sarkozy haya perdido su mítico toque mágico electoral, esté equivocándose en su estrategia y ya no sea el caballo ganador que, con sus tácticas, les permita conservar escaños y sillones.

No fue sólo ese el ángulo de ataque para iniciar una he-morragia de diputados, senadores y consejeros territoriales hacia su nuevo partido, que recibirá su nombre y celebrará su acto fundacional el próximo 19 de junio. Villepin tomó carrerilla y empezó a atacar frontalmente la materia misma del programa de Sarkozy.

El diplomático considera que la política de su rival es 'un fracaso'

'Hoy todo es división. Se aprieta en unas teclas, del tipo burka, seguridad... y ¡hop! Los sondeos suben. Pero ningún partido puede ganar si Francia pierde. Y en algún momento hay que decir: La República no es eso. Basta ya de líos', insistió en su crítica al presidente.

Para Villepin, es necesario 'regresar a los fundamentos de Francia', que resumió en el concepto de 'república solidaria'.

Lo concretó en su proyecto de 'suspender el escudo fiscal' decidido por Sarkozy, que, al instaurar un tope del 50% de gravamen directo máximo a un contribuyente por muy rico que seadesactivó la función redistributiva y vació las arcas del Estado. También propuso aumentar la presión del IRPF a las rentas más altas (para que ascienda al 45%) y crear un impuesto del 15% suplementario para las grandes empresas. En materia laboral, habló de una 'carta de los salarios, para reducir la disparidad de ingresos'.

Con esas propuestas, Villepin se colocaba en la línea 'herencias', dijo de lo iniciado por Charles de Gaulle, bajo presión comunista, en 1948 con el Consejo Nacional de la Resistencia. Tocaba así la cuerda del gaullismo social, al que los conservadores siempre son receptivos.

Villepin dispone de pocas tropas. Su cota de popularidad indica que tiene entre un 8% y un 10% de votos en unas presidenciales. No es suficiente para ganar, pero sí para empezar a segar la hierba bajo los pies de Sarkozy. El tiempo dirá si su escisión es un gesto ganador o sólo un episodio más de las divisiones de la derecha francesa, de la que el político Guy Mollet dijo en 1956 que era 'la más estúpida del mundo'.

El ex primer ministro va a tener un problema si quiere seguir encarnando el gaullismo social. La izquierda no dejará de echarle en cara que fue él quien autorizó el primer escudo fiscal para las rentas altas. Y que fue él quien intentó establecer el primer contrato basura para jóvenes, algo que contribuyó a acabar con su carrera.

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