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La violencia provoca 17 muertos en Pakistán el día de la jornada electoral

Aunque los resultados preliminares no se conocerán inmediatamente, algunos medios confirman la esperada victoria de la conservadora Liga Musulmana-N liderada por el ex primer ministro Nawaz Sharif

EFE

Pakistán ha votado hoy bajo la amenaza de los talibanes, que no han concurrido a las elecciones, pero sí intervienen en las mismas con sus ataques contra los partidos más liberales.

Esta madrugada, dos horas después de la apertura de los colegios electorales, diecisiete personas han muerto y varias decenas resultaron heridas por la explosión de un artefacto situado cerca de una oficina del secular Partido Nacional Awami (ANP) en Karachi, en el sur de Pakistán, dijo a Efe una fuente policial.

La explosión, al parecer activada por control remoto, tuvo lugar en la zona de Qaidabad hacia las 10.00 hora local (07.00 hora española). De acuerdo con medios locales, el estallido fue de gran potencia y destrozó varios vehículos y locales cercanos, mientras que un colegio electoral cercano cerró momentáneamente por motivos de seguridad.

El objetivo del ataque, según el diario Express Tribune, era el candidato regional de ANP Amanulá Mehsud, quien salía de la oficina de su partido en el momento de la explosión pero que resultó ileso, según un responsable policial de la zona, Jahangir Khan.

Pakistán celebra hoy unos comicios clave para la consolidación democrática del país en medio de fuertes medidas de seguridad por las amenazas de los talibanes de lanzar ataques masivos contra un proceso electoral que creen contrario a los preceptos islámicos. Un centenar de personas han muerto en las decenas de ataques perpetrados durante la campaña por el principal grupo talibán, el TTP, que se ha centrado en los partidos de corte secular que formaron la última alianza de Gobierno, en especial el ANP.

Unos 600.000 soldados y policías han sido desplegados por todo el territorio para tratar de garantizar el derecho al voto de los más de 86 millones de paquistaníes llamados hoy a la urnas. Más de 120 personas han muerto en incidentes electorales y atentados del movimiento insurgente, que sabotea la cita a las urnas por considerar que contraviene los preceptos del Islam.

Son las primeras elecciones en que un Gobierno civil dará paso a otro del mismo tipo en Pakistán 

Son 4.671 candidatos los que se disputan los 272 escaños en juego en el Parlamento. Según los sondeos, los favoritos son el Partido de la Liga Musulmana-N (PLM-N, de carácter derechista), el Pakistan Tehrik e Insaf (PTI, de corte conservador), y el Partido Popular de Pakistan (PPP, de centro izquierda).

El desarrollo de los comicios será monitorizado por un equipo de un centenar de observadores que lidera la Unión Europea con el apoyo de Noruega, Canadá y Suiza, y que desarrollará su misión en la mayor parte del territorio paquistaní. Los comicios tienen carácter histórico por tratarse de los primeros en Pakistán en que un Gobierno civil dará paso a otro del mismo carácter tras haber agotado su mandado.

Los últimos colegios electorales que estaban abiertos en la ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán, cerraron hoy a las 20.00 hora local (15.00 GMT), según medios locales, con lo que acabó la jornada de votación en el país. Aunque la hora prevista de cierre para los colegios eran las 17.00, la Comisión Electoral de Pakistán (ECP) decidió extender el horario de votación una hora en todo el país y lo alargó tres en el caso de seis circunscripciones de Karachi.

Algunos centros, de hecho, ya habían anunciado previamente que alargarían su horario inicial de apertura ante las colas que se formaron y que llevaron a las autoridades a alargar el lapso permitido para que los que ya esperaban pudieran ejercer su voto. Un portavoz de la ECP, Khursid Alam, dijo a Efe que espera que se llegue al 50% de los 86 millones de ciudadanos convocados a la cita con las urnas.

Los medios relataron durante todo el día que la votación se desarrollaba en un clima relativamente pacífico en la mayor parte del país, pese a que se han registrado varios atentados que han causado una quincena de muertos. El de mayor envergadura tuvo lugar en la metrópoli meridional de Karachi y en él perdieron la vida una decena de personas.

Aunque los resultados preliminares no se conocerán probablemente hasta el domingo, algunos medios locales empiezan a dar proyecciones de voto que confirman la esperada victoria de la conservadora Liga Musulmana-N liderada por el ex primer ministro Nawaz Sharif.

Por otro lado, hoy se ha conocido que las autoridades paquistaníes han cancelado el visado y ordenado la salida del corresponsal del diario The New York Times (NYT), Declan Walsh, sin que especificaran con exactitud la razón, informó el periodista a través de su Twitter.

Walsh, irlandés y que antes fue corresponsal del diario británico The Guardian, deberá dejar el país este fin de semana después de que el jueves le fuera notificada la cancelación del permiso 'por actividades indeseables', según la información publicada por el NYT. 'Deberá dejar el país en 72 horas', dice la nota recibida por el corresponsal del diario neoyorquino, que ha protestado ante el Ministerio de Interior por la expulsión y que considera las razones dadas como 'vagas y carentes de fundamento'.

Pakistán tiene una considerable libertad de prensa, pero es uno de los países más peligrosos para ejercer de periodista La expulsión de Walsh, de 39 años y que lleva una década trabajando en el país asiático, llega justo el fin de semana en que Pakistán celebra unas elecciones generales que se consideran clave en su consolidación democrática. Según el relato del propio Walsh a su medio, el jueves recibió una llamada para que acudiera de inmediato a su domicilio, donde lo esperaban un grupo de agentes de las fuerzas de seguridad le entregaron la carta que le notificaba la expulsión. 'Llegó de la nada, no esperaba nada parecido', afirmó el corresponsal.

A pesar de que el país goza de una considerable libertad de prensa, de las mayores en legión surasiática, tanto los periodistas locales como los extranjeros son monitorizados habitualmente por los servicios de seguridad. Pakistán, donde el año pasado murieron violentamente ocho periodistas, es, según la organización Reporteros Sin Fronteras, uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión periodística. 

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