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Los espacios seguros para mujeres, la resistencia frente a una ultraderecha que amenaza con eliminarlos

En la década de los sesenta, los movimientos feministas ocuparon diversos ámbitos antes de lanzarse a espacios virtuales o dedicados a la educación académica. 

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Las primeras personas llegan a la manifestación por el Día Internacional de la Mujer, a 8 de marzo de 2023, en Madrid (España). Fernando Sánchez / Europa Press

La Real Academia de la lengua española define espacio seguro como un "lugar o sitio libre de todo peligro". Ana, una joven de 23 años, frecuenta espacios seguros para mujeres desde hace seis años. "Para mí, en un lugar seguro, las violencias que me atraviesan, como persona disidente sexual y de género, desaparecen", explica a Público. Estos espacios se han convertido en la resistencia frente una ultraderecha que amenaza con eliminarlos. 

Los espacios seguros tienen su origen en la década de los sesenta en Estados Unidos. En estos espacios físicos se reunían personas de la comunidad LGTBI+. Más tarde, cercanos a la década de los setenta, los movimientos feministas ocuparon estos lugares antes de lanzarse a espacios virtuales o dedicados a la educación académica. 

Macarena Martini, CEO de La enredadera, un espacio de crecimiento personal y profesional, señala a Público que en estos lugares para mujeres no hay que dar por sentadas ni creencias ni mensajes del patriarcado que invalidan a la mujer o que implican un sesgo. "Es una forma de compartir desde la consciencia que queda mucho por hacer, incluso para nosotras mismas", asegura.

Feminismo interseccional

Una de las características principales de este tipo de espacios es la diversidad, propia del feminismo interseccional: un enfoque en el que el género, la etnia, la clase y la orientación sexual, están interrelacionadas. 

"Tiene que predominar el respeto, la curiosidad, escuchar con empatía y tener una mirada abierta"

La CEO de La enredadera explica que cada mujer tiene una biografía propia y, esto, "puede ser muy enriquecedor para todas". "Cada mujer presenta diferentes opiniones. Tiene que predominar el respeto, la curiosidad, escuchar con empatía y tener una mirada abierta", expone.

Además, Martini asegura que en sus reuniones también tienen en cuenta la diversidad y la continua evolución del lenguaje. "Hay muchas maneras de entender el lenguaje inclusivo. Lo importante es que la persona sienta que puede expresar lo que quiere expresar con las palabras con las que se siente más cómoda". 

La ultraderecha elimina los espacios seguros para mujeres

La ultraderecha no esconde sus ganas de eliminar los espacios seguros para mujeres en España. Tanto es así, que Vox, en Valladolid, ha publicado un tuit a través de su cuenta de X (antes Twitter) donde lo deja claro: "Con la aplicación de la Ley Trans se destruye también el deporte femenino y se eliminan espacios seguros para mujeres por considerarse excluyentes".

La fundadora de La enredadera, en respuesta a esta acción, asegura que los espacios seguros para las mujeres no son "en absoluto" excluyentes. "A la mujer se le tiene que seguir dando un espacio en el que pueda reconocerse, seguir aprendiendo sobre el feminismo, y reivindicando su papel", insiste.

"Mientras no haya igualdad, la mujer necesita espacios donde pueda desarrollarse"

Además, Martini afirma que mientras no haya igualdad, la mujer necesita espacios donde pueda desarrollarse. "Quienes se sienten amenazados ahora son los que se beneficiaban antes de que no existieran estos espacios", lamenta.

Censura de mujeres víctimas de violencia machista

El pasado 1 de marzo, la red social Instagram cerró la cuenta de Cristina Fallarás, activista que se hacía eco de los testimonios de miles de mujeres que han sufrido violencia sexual. La creadora del hashtag "#SeAcabó" utilizó esta herramienta para compartir la voz de mujeres con experiencias de agresiones sexuales. Sus seguidoras consideraron este acto como una censura y un ataque a un espacio seguro para todas las mujeres víctimas. 

Fallarás, en declaraciones a este medio, asegura que el motivo del cierre de su cuenta de Instagram se debe a que "molesta la narración de las violencias machistas que sufrimos". La activista subrayó que "nos están quitando las redes donde nosotras creamos memorias colectivas. Nos están impidiendo narrarnos".

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