Opinión
El niño que nació muerto
Por Anibal Malvar
Periodista
Ha muerto 2014. Ha nacido muerto. Lo han abortado los enemigos del derecho al aborto, entre otros. Es pequeño y feo, como un ranúnculo. Pero, a pesar de estar muerto, el bebé llora y grita. En todos los idiomas menos en alemán. Ayer me escuché el discurso de fin de año de Angela Merkel, también en alemán, y, como en alemán solo sé decir Ich liebe dich, necesité el amparo traductor de una walkiria. En detrimento de mi patriotismo, he de confesar que ya no escucho jamás los mensajes de nuestros presidentes o de nuestros reyes (reyes debe de haber dos, porque al de la portada del Hola no lo conocía hasta ayer, qué rey más raro). Ahora escucho los mensajes navideños de Angela Merkel, que es una señora muy teñida de rubia y muy führeresa que a los bancos y a los oligarcas les cae muy bien. Y a nosotros, los ciudadanos libres de España, nos corrige el voto cuando, desatinadamente, hemos votado que no se van a bajar las pensiones ni a subir los impuestos. Menudencias de la geopolítica del EuroPP.
Nos ha venido a decir Angela Merkel, a todos los alemanes de España, de Portugal, de Grecia, de Francia y de Turquía, según la traducción de mi walkiria, que en 2014 Europa va a recortar de todo menos las tijeras de los ladrones de guante blanco. Como ya viene haciendo y es costumbre. "Sabemos que los avances de nuestro país dependen también de que nosotros progresemos en Europa y de que realmente la crisis de la deuda soberana sea realmente superada de forma duradera", nos ha comentado la germana lideresa.
Este discurso, a mí, me parece muy bien, salvo por el hecho de que yo no entiendo eso de la crisis de la deuda soberana. Como pueblo, yo no poseo ninguna deuda ni nada soberano. Del sintagma führereso solo entiendo lo de crisis. Y no me considero especialmente ministro de cultura español, pero tampoco soy del todo tonto. Así que crisis es una cosa que fluye para bien o para mal. Una crisis es un cambio que ejercen los crisófilos contra los crisófobos.Y yo soy crisófilo. Esto es una crisis de crisófobos lampedusianos que quieren que todo cambie para que todo sea peor de igual.
Con todo esto quiero significar que ya va siendo hora de señalar que no toda la culpa de nuestros males la tienen Mariano Rajoy, José Luis Rodríguez Zapatero, José María Aznar y Felipe González. Estos fueron y son, quizá de más a menos, puros mandaos. Ahora que entramos en año de elecciones europeas, a lo mejor nos toca ampliar los horizontes de nuestros desencantos.
Que a Mariano Rajoy y a sus huestes les seduce destruir la sanidad pública, la educación gratuita, el laicismo amorosamente follandero, la libertad de la mujer que usa peineta y no condones, a los jueces que no creen en la justicia ciega de justicia, y en ese plan, es de todos sabido. Pero no se atreverían a montar ellos solitos este sandiós de fascistería si los españoles no escucháramos el discurso de Angela Merkel, que lleva años encarcelando a reyes magos por acompañarse de camellos, sin saber lo que realmente es un camello, o colocándole un 21% de IVA a los regalos de los reyes magos niños, que al fin y al cabo son cultura. O futuro. No sé por qué hablando de reyes magos me da la impresión de que los niños son más cultura que futuro.
Los reyes magos no son los padres, es Alemania. Y solo es generosa cuando nos regala los dientes de oro de sus judíos gaseados -conviene no olvidar la Historia muy reciente- o cuando le sale de la esvástica. Que hoy consiste en gasearnos con un gas lentamente mortal llamado deuda.
Ahora que nos están gaseando poco a poco, parece que la cosa va mejor. Pero solo parece. Alemania, una vez más, está invadiendo Polonia. Pero como Polonia ya no es nada nos está tocando al sur. Debemos dinero a los bancos alemanes solo porque los bancos alemanes prestaron dinero a los bancos españoles para invertir en ladrillo. Eso no es deuda soberana. Si yo le presto a un amigo mil pavos y mi amigo no me los devuelve, no es deuda soberana. No la tiene que pagar el contribuyente.
Sin embargo, si el Deutsche Bank le presta dinero a Caja Madrid para especular con pisos, y los pisos no se venden, la deuda la tiene que pagar el que vive en ese piso, con sus niños, con la mujer cabreada, con la fregona sin pagar y con la abuela.
Eso no es deuda soberana, Angela.
Tu discurso me ha parecido para metértelo por el antifonario, con perdón. Y eso solo en el caso de que no te guste, cariño. Como no nos gusta a nosotros .
2014 ha nacido muerto porque, como en 2013, seguiremos pagando esa deuda alemana soberana que no es deuda, ni es soberana, ni es nuestra. También, en plan muy optimista, se puede pensar que 2014 no ha nacido muerto. Que los que hemos nacido muertos somos nosotros. Los españoles, los portugueses, los griegos, los irlandeses y los de donde sean que no juntamos fuerzas para joder a esta gente como debe ser jodida. Y a mí, sin machismo alguno en la expresión, me da la cosa de que la Ángela necesita un poquito de jodienda del sur. Macho o fémina latinos. Todos juntos. Para que se le cambie esa boca a la teutona. Y para que su hijo, de nombre 2014, no haya nacido hoy muerto.
Yo todavía creo en una dama que no se tiñe de rubio y que se llama Europa.
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