Opinión
Nada es verdad, todo está permitido
Por Guillermo Zapata
Escritor y guionista
Este artículo va sobre Donald Trump, el declive de los EEUU y las ficciones más reales que la realidad. Para llegar ahí daremos una pequeña vuelta.
El título viene de una cita que leí por primera vez en un libro de Servando Rocha sobre la relación entre William Burroghs y Kurt Cobain, un libro increíble que aprovecho para recomendar.
Cómo no estaba seguro de que viniera de ahí he decidido buscarlo en Google. Google me devuelve dos resultados principales sobre el tema. Uno es al título del libro en cuestión, dónde se explica lo siguiente: "La leyenda cuenta que Nada es verdad, todo está permitido fueron las últimas palabras que pronunció antes morir Hassan-i Sabbah, mítico líder de la antigua y oscura secta de Los Asesinos. William Burroughs, obsesionado con éste, aseguró que la frase era una contraseña mágica: Se dice que un iniciado que desee conocer la respuesta a cualquier pregunta —afirmó en una de sus obras— solo necesita repetir estas palabras cuando se duerme y la respuesta llegará en un sueño".
El otro resultado, que proporcional la Inteligencia Artificial que ahora aparece arriba del todo en los resultados de las búsquedas de Google, dice lo siguiente: "Nada es verdad, todo está permitido es una frase que aparece en la saga de videojuegos Assassins Creed y en un libro de Servando Rocha".
Sólo el camino que lleva al libro de Rocha me permite saber que la frase viene de antes y, gracias a eso, saber que tiene sentido que la "Secta de los Asesinos de Hassan-i Sabbah" sirve como marco para un juego como Assassins Creed (Literalmente, “El Credo de los Asesinos”).
No es raro que cuando buscamos algo de un libro que nos gustó o un tebeo de hace unos años ya no encontremos información sobre el mismo, o que las imágenes hayan quedado sustituidas por sus equivalentes de las adaptaciones cinematográficas más cercanas en el tiempo.
El conocimiento, que iba desde el presente hacia al pasado, de tal forma que lo anterior explicaba lo siguiente, ya no se nos presenta así. El presente es lo que marca la certeza, el pasado se borra. No hay causas, por tanto, tampoco consecuencias.
Esta semana, en medio de los anuncios arancelarios de Donald Trump apareció una noticia que decía que iba a haber una pausa en los aranceles de 90 días. Había aparecido en un post de X y se compartió a toda velocidad saltando a otras plataformas, redes y medios de comunicación. Para cuando alguien preguntó si aquello era cierto o no, la bolsa —que en esos momentos estaba cayendo a plomo— había frenado su caída y vuelto a subir. El mensaje, sin embargo, era falso o un error. No importa demasiado.
La bolsa, basada en la confianza, es decir en un relato, encontró una verdad más fuerte que la evidencia y se frenó durante un tiempo.
Hablando de confianza. Otra noticia que ha aparecido esta semana. Durante su primera mandato, Trump encontró a un asesor y economista de confianza llamado Peter Navarro. En concreto, lo encontró el yerno de Trump buscando libros sobre economía en Amazon. Resulta que Navarro utiliza como respaldo intelectual las hipótesis de un tal Ron Vara, que no es más que un anagrama del propio Navarro. El tipo sostiene las teorías que llevan a la política arancelaria por la vía de citarse a si mismo.
Ya que estamos con Amazon y cosas que no son reales. ¿Sabíais que Amazon tuvo que limitar su servicio de autopublicación por la cantidad ingente de libros que se subían que no habían sido escritos por nadie? Desde cierto punto de vista podríamos decir que son libros que escribe un software, se suben a una plataforma digital y se convierten en datos que otro software cuantifica y ordena a través de un algoritmo. Nadie los escribe, nadie los lee, pero operan a nivel de datos como una mercancía.
Nada es verdad.
Unos días después del rumor sobre la pausa arancelaria, la pausa finalmente llegó: Donald Trump, además de seguir en la guerra inflacionaria con China, propuso efectivamente una pausa de noventa días en los aranceles del resto del mundo. Horas antes de anunciar la pausa, colocó un mensaje en su cuenta de Truth Social que invitaba a "comprar". Un buen puñado de millonarios le hicieron caso. ¿Les estaba avisando Donald Trump de lo que iba a pasar horas después? Es difícil saberlo. Lo importante no es tanto si lo que hizo una manipulación del mercado y si fue una maniobra legal o no, porque recordemos que Donald Trump es un presidente que ya ha sido juzgado y condenado anteriormente. No estamos en el terreno de la ley, sino en el de la impunidad. Lo importante es que a Trump le importa poco si es legal o no. En su visión de la democracia, la soberanía y la separación de poderes, lo lógico es que él pueda intervenir en el mercado si así lo considera. Es, de hecho, su función, porque no es un presidente, es un rey o un césar. Las imágenes (generadas por IA) sobre Donald Trump o Milei, tienden a representarlos como césares.
Cuando no hay historia, sólo hay presente. Y cuando nada es verdad… Todo está permitido.
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