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Los empleos de cuento de Rajoy

OCTAVIO GRANADO

Cuando se han dado los datos de mayo del paro registrado y la afiliación a Seguridad Social, hemos visto que la construcción sigue perdiendo empleos el último año, la industria está estancada, la hostelería y el comercio vinculado siguen creciendo con fuerza, y las actividades auxiliares a las empresas crecen por la pujanza de las ETTs.

Pero sin embargo otros datos no cuadran ni a tiros. Por ejemplo, según los registros se han creado 40.000 puestos de trabajo en Educación, mientras que cualquiera de mis colegas sabe que en todos los centros hay menos gente trabajando más horas. También 20.000 más en actividades sanitarias, 5.000 en Defensa y Administración Pública, etc.

La explicación es relativamente fácil. A finales de 2010 se decidió que las antiguas Mutualidades de Funcionarios quedaran a extinguir como entidades pagadoras de pensiones, por la sencilla razón de que, en el franquismo, el Estado se ahorraba las cuotas y pagaba las pensiones, con lo que el balance era similar, pero ahora la Administración del Estado paga las pensiones y las Comunidades Autónomas se ahorran las cuotas, lo que es injusto.

Desde entonces, cada año se han jubilado algo más de 20.000 funcionarios (21.4895 en 2012 y 21.400 en 2013 según los Presupuestos Generales del Estado, y sólo en Clases Pasivas, sin entrar en las Mutualidades de las Fuerzas Armadas y la Judicatura). Sus plazas se han transformado en cotizantes a la Seguridad Social. Puede argumentarse que algunos de estos  empleos se han amortizado, pero también hay muchos otros en los que un puesto de trabajo a jornada completa se ha convertido en dos a jornada parcial, que cuentan como dos cotizantes.

En conclusión, unos 70.000 funcionarios y empleados públicos han dejado de cotizar a sus Mutualidades y son trabajadores del sector público en el sistema de la Seguridad Social. Esto explica las diferencias entre afiliación y empleo, y que algún analista se haya visto decepcionado por la EPA, que cuenta todos los trabajadores con independencia de a quien cotizan. Pero sobre todo, no hay más empleo, sino un empleo diferente. Ya lo decía mi abuela, que era peor una verdad a medias que una mentira…

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