¿Se atreverán de nuevo los magistrados de la Audiencia de Palma a levantar la imputación de la infanta Cristina acordada por el juez de instrucción Castro? No les resultará fácil. Y no solo, y principalmente, porque el escrito viene bien fundado, sino por el monumental escándalo que se formaría socialmente, y que, de modo inconsciente, algo influirá en la decisión de los tres magistrados.

España se ha desayunado hoy con la noticia, pero aún queda un muy largo camino antes de que veamos a la Infanta sentada en el banquillo y más aún para verla absuelta o condenada. Y no digamos para verla entrar en prisión si la hipotética condena lo estimase. Amén del posible y hasta previsible indulto, al que, como tanto otros condenados se la podría conceder, por grande que fuera el escándalo.

Pero el camino se ha iniciado y ahora viene todo tipo de especulaciones sobre el daño inferido a la monarquía y al rey jubilado y al reinante, que yo creo que no será ninguno y se reducirá a batallitas jurídico-dialécticas y a entretenimiento de tertulias, revistas y programas de televisión. Incluso se discutirá si a la Infanta la han procesado por su contumacia en el amor y no lo habría sido si se hubiera divorciado.

Naturalmente, el juez Castro será objeto de ataques furibundos. El pueblo, en su mayoría, gozará con la decisión como pequeño desahogo ante tanto privilegio y desmán. Pero, al menos y en principio, se habrá demostrado que la justicia es igual para todos cuando hay un juez consecuente, que la mujer casada no es florero de acompañamiento sin responsabilidad, y que esta monarquía no tiene nada que ver con las históricas. Será una continuación del esperpento monárquico que estamos viviendo desde hace tiempo, y, desgraciadamente, constituirá una desviación del foco de interés sobre los graves e importantes problemas que conciernen a la situación económica, política y social de España. La imputación de la Infanta será coartada y bálsamo para el malhacer del Gobierno y de la oposición. SE hablará más y por más tiempo de la imputación de la Infanta que de las tropelías y trampas de la reforma fiscal o de los desmanes de la UGT andaluza o la serie de familiares del Tribunal de Cuentas, la dimisión de Maleni, los pagos en b que afloran por doquier, o la corrupción generalizada.

Otra posibilidad será que el juicio no llegue a celebrarse por aceptación de condena benévola y pagos pertinentes consensuada con el fiscal. Si con Messi lo han hecho, ¿por qué no se va a hacer con la Infanta y su marido? Al fin y al cabo, los delitos contra Hacienda y el blanquero de capitales no son considerados relevantes por la sociedad española. Y tampoco va a ser menos la Infanta que Isabel Pantoja, que no entrará en prisión por sentencia del Tribunal Supremo.

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Gota para ESCÉPTICOS: Según una encuesta del Periódico de Catalunya, Podemos conseguiría diez escaños en el Parlamento catalán, sobre un total de 165, 68 para la mayoría. Esquerra Republicana tendría 39, CIU 29, C’s 16, PP 13, PSC 11, ICV 10, y CUP 6.