Opinión
Soria reactiva la 'operación menina'

Por Anibal Malvar
Periodista
El poder de un hombre se mide en el cariño con el que lo embalsaman sus corifeos cuando cae. Y no cabe duda, viendo los periódicos de estos días, de que José Manuel Soria era/es un personaje muy poderoso. Hasta sus enemigos le lloran. Es el caso de El País. El viernes, una vez conocidas las repetidas mentiras del ex ministro sobre su pasado al otro lado del paraíso (fiscal), el diario de Prisa seguía siendo prudente, respetuoso e incluso vagamente servil con el canario. En su editorial Soria, al descubierto, se la cogía con papel de fumar sugiriendo que “habrá que esperar a las aclaraciones definitivas para saber si realmente ha mentido abiertamente o si ha ido conociendo la verdad día a día, fruto de la traición de las personas de su entorno más íntimo”. Y hasta para sugerir su dimisión balaban pastorilmente y midiendo mucho sus balidos: las revelaciones “ponen en duda su capacidad para continuar como ministro”. Para el columnista Rafa de Miguel, “la cadena de errores de cálculo” del ya ex ministro se dio porque “a Soria le faltó intuición política”. No se le puede negar al escribidor su funambulista talento para el eufemismo.
La cosa tiene su enjundia, pues no ha mucho –octubre de 2015-- Soria dejó fuera del reparto de TDTs a los de Juan Luis Cebrián, una decisión que Prisa, cabreada y escocida, denunció ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores por favorecer oligopolios (Mediaset y Atresmedia). ¿Hoy está todo olvidado? ¿Hoy pelillos a la mar? No lo parece viendo el editorial de El País al día siguiente. Hoy: “El caso Soria no solo liquida cualquier hipótesis de entenderse con el PSOE antes de la nueva ronda de consultas convocada por el Rey, sino que debería significar el final del propio Rajoy”.
A ver si nos entendemos, Juan Luis, coño. O sea, que al ministro no se le pide a gritos que se largue cuando lo pillan con las panamanos en la masa y, una vez que se larga el ministro, sí se exige la defenestración del pobre Mariano; y esta semana además, para amargarle la remontado wolfsburguesa. Ítem más: no recuerdo que este respetable y psocialista diario demandara la dimisión del presidente ni siquiera cuando El Mundo publicó los sms a Luis Bárcenas, “sé fuerte”. Por no hablar de su presencia, presunta mordida incluida, en los papeles B del ex tesorero. ¿Qué ha cambiado? En el affaire panameño de Soria ha visto Prisa la oportunidad de revitalizar la operación menina para favorecer la gran coalición PP/PSOE/Ciudadanos.
Sueña el potente grupo que Pedro Sánchez sí aceptaría entente con los populares en ausencia del plásmico y sesteante pontevedrés, que bosteza en el balcón viendo arder sobre la ría los féretros vikingos de sus posibles sucesores. Del gimoteante Alberto Núñez Feijóo al embusterillo Soria. Queda la baza de Soraya Sáenz de Santamaría, que sabe ser gobierno cuando el corrupto es el partido e invierte su velazqueño naipe cuando la mierda salpica del revés.
Desde La Razón, sin embargo, el comisario honorario Francisco Marhuenda se pone comisario político para defender la honestidad de su jefe, afeando que a Soria “no le bastó con insistir en la falsedad de su testimonio, sino que engañó al presidente del Gobierno, que había confiado en su versión […]. Hay que destacar que Mariano Rajoy ha actuado ejemplarmente en este caso”.
Algo en lo que coincide El Mundo, donde como se están fraguando unos cuantos cientos de despidos conviene estar a bien con los que mandan y con los que puedan mandar, pues urge reflotar la cabeza/cabecera de Antonio Fernández Galiano, el director del periódico en la sombra desde que defenestró a Pedro J.: “Mariano Rajoy ha actuado de forma correcta”. Y, por si acaso, tampoco se cansa de insistir en la presunta legalidad de las sociedades offshore, esas que permiten que tu mano derecha (la que escribe que Hacienda somos todos) no sepa lo que defrauda la izquierda. Para el periodista Rafa Moyano, Soria, “al que la renuncia le honra”, “ha dimitido por torpe”. Supongo que algún día se confirmara que hay algunas torpezas muy rentables.
Tampoco hace sangre ABC, que hoy nos despierta con la versión del presunto defraudador, llenando su portada con el mohín afligido, casi infantil, casi tierno, del dimisionario: “No recordaba que fui administrador de esa empresa, que es legal”, gimotea Soria a toda sábana. Aunque, en su editorial, la cabecera de Vocento hable de mentiras, a vuela pluma, como sin querer. Para después matizar que la mentira y la sociedad offshore fueron apenas "un grave traspié".
El más beneficiado en todo este asunto ha sido, sin duda, José María Aznar, a quien no han dejado sitio para copar ninguna portada con su multa de Hacienda por despistar impuestos. Eso que, si lo hubieras hecho tú, mileurista lector, se denominaría fraude fiscal. El hombre que se disfrazó de Rodrigo Díaz de Vivar para demostrar su estatura política en 1987, incluso protestó ante Cristóbal Montoro la multa de 70.000 euros y la liquidación complementaria de 200.000. ¿No hay nadie en el PP que nos sugiera que un tío así no debería presidir la ultrasubvencionada FAES? Demasiadas manos limpias en una sola semana. El exceso de higiene puede ser causa de feroces alergias. Uno ya no sabe si estornudar o votar.



