El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha hecho un llamamiento a aprovechar "la oportunidad" surgida de los resultados de las elecciones generales del 23 de julio para lograr la amnistía y abrir una segunda fase de la negociación con el Estado centrada en la autodeterminación de Catalunya, la raíz de fondo del conflicto político.

En su mensaje institucional por el 11 de septiembre, Diada Nacional de Catalunya, Aragonès ha reivindicado la necesidad de "dar un nuevo impulso a la lengua catalana" –de hecho, lo ha pronunciado desde la sede del Institut d'Estudis Catalans (IEC)–, pero sobre todo se ha centrado en el conflicto político con el Estado y en las negociaciones abiertas tanto por ERC, su partido, como por Junts para la posible investidura de Pedro Sánchez.

A grandes rasgos, el jefe del ejecutivo autonómico ha defendido la vía de la negociación con el Gobierno que los republicanos han hecho suya los últimos cinco años y ha puesto encima de la mesa unas demandas que, por otro lado, Carles Puigdemont también verbalizó en su conferencia de martes. Es decir, amnistía y autodeterminación, pero también cuestiones materiales, como el déficit fiscal o el traspaso de Rodalies a la Generalitat, como vía para resolver el pésimo funcionamiento del servicio. Dejando claro que sin una votación sobre la independencia no se resolverá el conflicto.

En cualquier caso, se ha mostrado convencido que "tenemos la oportunidad de resolver el conflicto de soberanía con el Estado. Ahora es el momento". E implícitamente, ha celebrado que Junts haya cambiado de posición, con el argumento que "la vía es clara y cada vez somos más los que la practicamos: firmeza, negociación y democracia".

Así mismo, ha hecho un llamamiento a lograr una cierta unidad independentista en las conversaciones: "Si sumamos esfuerzos y trabajamos conjuntamente tendremos mucha más fuerza para aprovechar todas las oportunidades que se nos abren. Como los resultados de las últimas elecciones en el Congreso de Diputados", a partir de los cuales "Catalunya tiene la clave de la gobernabilidad del Estado".

En este sentido, considera que hay que aprovechar la situación "para hacer posible todo aquello que hasta ahora no era posible", como la amnistía y la "mejora inmediata del bienestar de la ciudadanía con medidas como el traspaso de Rodalies y el fin del déficit fiscal". Ahora bien, ha recalcado que "la amnistía, por sí sola, no resuelve el conflicto de soberanía con el Estado", puesto que "Catalunya quiere votar libremente sobre la independencia".

Por eso apuesta porque, una vez lograda la amnistía –clave para poder negociar "en pie de igualdad"– y las mejoras materiales, "se abra de forma inmediata una nueva fase de la negociación centrada única y exclusivamente en el fondo del conflicto", en que los gobiernos español y catalán "acuerden como damos respuesta a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía de Catalunya de decidir votando cuál tiene que ser el futuro político del país".

En esta "segunda fase", Aragonès defiende ir "sumando complicidades y alineando estrategias", en otro claro mensaje a Junts, para lograr "acordar internamente una propuesta inclusiva sobre cómo tiene que votar la ciudadanía de Catalunya. Y defenderla conjuntamente ante el Estado para hacerla posible". Según él, una herramienta para hacerlo sería el Acuerdo de Claridad, que ha reivindicado nuevamente.

Finalmente, ha proclamado que "lo podemos hacer. Hace cuatro años, en una situación similar a la actual, conseguimos sacar a los presos y a las presas políticas de la prisión. Y hoy, con la fuerza que tenemos como país tenemos que hacer posible la amnistía", dejando claro que "sólo sería el punto de partida de la etapa que ahora iniciamos. No es el final de nada y el Estado lo sabe".

"Conjura" a hablar en catalán "en todos los ámbitos"

Además de subrayar que Catalunya está a punto de llegar a los 8 millones de habitantes y es "la más plural y diversa que ha existido nunca", Aragonès también ha centrado parte de su discurso a la lengua catalana, a la cual considera que hay que "darle un nuevo impulso". "Pasos como la oficialidad del catalán en el Parlamento Europeo y en las instituciones europeas o poder utilizar la lengua catalana con normalidad en el Congreso de Diputados son importantísimos y suponen un gran adelanto hacia el pleno reconocimiento nacional de Catalunya", ha insistido. Con todo, ha reconocido que "con el reconocimiento institucional no es suficiente" y que el camino para "mantener viva la lengua" pasa porque todo el mundo se "conjure para hablarla. A utilizarla con normalidad en todos los ámbitos".