El 21 de noviembre de 2024, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa, ambos investigados por crímenes de guerra y lesa humanidad tras la masacre que habían desatado sobre Gaza. Pero que hayan pasado ya dos años desde que comenzara el genocidio palestino y once meses desde que el tribunal pidiera la detención del dirigente israelí no ha movido ni un ápice al Partido Popular de sus posicionamientos iniciales. 65.000 muertos después, el PP sigue sin condenar las acciones de Israel, una postura inflexible que ha terminado por conducirles a posicionamientos de lo más extemos.   

La derecha española oscila entre dos posicionamientos que fluctúan, pero que tiene los extremos bien apuntalados: uno, el más radical, es el que imponen Vox e Isabel Díaz Ayuso, que marcan el paso. El otro, algo más contenido, pero equidistante con el conflicto, lo sostienen algunos líderes autonómicos del Partido Popular como María Guardiola, presidenta de Extremadura, y Jose Manuel Moreno Bonilla, su homólogo en Andalucía. Alberto Núñez Feijóo queda en tierra de nadie, incapaz de marcar el rumbo de su formación. Aunque el grado de dureza de sus discursos no dista del resultado final: ni Feijóo ni ningún líder popular ha emitido ni una sola crítica directa a Israel o Netanyahu y todos han rehuido denominar "genocidio" a las matanzas sistemáticas en Gaza. De hecho, Feijóo carga toda la responsabilidad de las muertes en Hamás y solo aborda la cuestión para atacar al presidente Sánchez. El gallego no tiene pretensiones de llevar a su formación hasta algún posicionamiento, algo que le resta impacto en comparación a otros líderes de la derecha, generadores de titulares sobre el conflicto en Gaza e independientes a los pasos que da el presidente del Gobierno.  

Vox y Ayuso, contra el islam y a favor de Israel

La Vuelta a España ha sido el escaparate perfecto para demostrar la actitud de PP y Vox. La presencia de un equipo israelí y las continuadas declaraciones de miembros del Gobierno elevaron la cuestión al foco principal durante las últimas dos semanas. Por parte del Partido Popular, ha sido Isabel Díaz Ayuso la que ha acaparado el extremo: hace unos días, la presidenta de la Comunidad de Madrid comparó el boicot pacífico a La Vuelta con los atentados a Israel en los Juegos Olímpicos de Múnich. Y al finalizar la competición ciclista, en una entrevista en Esradio, Ayuso aseguraba que, durante el último domingo de competición, los turistas "tuvieron que salir corriendo de las calles de Madrid dando una imagen de un Sarajevo en guerra" y que se podría percibir de las protestas que "en Madrid se persigue al judío". 

Pero durante esa entrevista, la presidenta desveló realmente los postulados que justifican su defensa a Israel. "Cuando tengamos un problema de islamización nos acordaremos de esto", argüía. En definitiva, que para Ayuso la defensa a Netanyahu se nutre de una oposición al Islam, religión mayoritaria que se profesa en Palestina. Y esa misma tesis es la que sostiene Vox, defendida por Santiago Abascal durante el último acto de Patriots en Madrid. "Hablaba de Gaza la señora Von der Palpatain [así llama a Von der Leyen] para anunciar sanciones contra Israel. Claro, el califato de Bruselas se siente muy cercano a los hermanos musulmanes a los que nunca quieren sancionar", declaraba el líder ultra. Mientras Georgia Meloni en ese mismo acto organizado por Vox pedía la solución de dos Estados para el conflicto en Gaza, Abascal se decanta por una defensa cerrada al pueblo sionista.

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Feijóo queda en tierra de nadie

Por su parte, Feijóo se mantiene al margen del conflicto, salvo cuando le vale para atacar a Sánchez. Y cuando lo hace, tilda de violencia los policías heridos durante las protestas de La Vuelta, pero evita por todos los medios llamar "genocidio" lo que ocurre en Gaza. "Se puede repudiar lo que pasa en Gaza sin caer en el antisemitismo o llegar a ser felicitado por un grupo terrorista. Se puede condenar y se debe condenar, pero no así", denunciaba el presidente del PP durante una rueda de prensa de este lunes. El domingo ni siquiera se refirió a los asesinados como "personas de origen palestino", sin atribuirles siquiera su nacionalidad. 

En otro escenario está el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, que tampoco ha calificado de "genocidio" las matanzas de Israel y solo habla de Gaza cuando se le pregunta. Aun así, este lunes a la entrada del Comité Ejecutivo Nacional del PP consideraba que "Israel tiene todo el derecho a defenderse, pero esa reacción no puede ser infinita y desproporcionada". El presidente andaluz calificaba de "inaceptable" los ataques y esperaba que la Unión Europa, "que tiene más músculo", intervenga para que "cese la situación".  En un tono similar, pero sin llamamientos a Europa, hablaba Jorge Azcón, presidente de Aragón y también barón popular. El mandatario calificaba este lunes de "terrible barbarie" los ataques en Gaza, pero prefería ser fiel a Feijóo y culpar al Gobierno de usar el conflicto de cortina de humo.