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Pugna PP Madrid Casado pospone la batalla por el control del PP de Madrid que enfrenta a Ayuso y Almeida

La presidenta madrileña luchará por presidir la formación en Madrid, ahora dirigida por una gestora. Sin embargo, el alcalde Almeida ha planteado una "tercera vía" para que la presidenta de la Comunidad de Madrid no ostente todo el poder.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (i),  el presidente del PP, Pablo Casado (c), y el alcalde madrileño José Luis Martínez- Almeida (d), el pasado enero en Fitur.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (i), el presidente del PP, Pablo Casado (c), y el alcalde madrileño José Luis Martínez- Almeida (d), el pasado enero en Fitur. EFE

marta monforte

Es una regla no escrita en el PP que los presidentes regionales tienen también el control de la organización territorial de su comunidad. Y, como toda regla, también tiene su excepción: la de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña ambiciona ese puesto, en manos de una gestora desde hace más de dos años tras la dimisión de la expresidenta Cristina Cifuentes. Sin embargo, ese cargo también le interesa al alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida, que ha planteado una "tercera vía" para que la presidenta no ostente todo el poder.

Las fuentes consultadas en el PP madrileño aseguran que no se trata de una "guerra" entre Ayuso y Almeida y que la relación entre ambos es buena. Lo que plantea el alcalde y portavoz nacional de los populares es que acceda a ese cargo otra persona "de consenso" para que el poder se reparta equitativamente entre tres: presidencia autonómica, alcaldía de la capital y ese tercer perfil. Las miradas apuntan a Ana Camins, la secretaria general de la gestora y persona muy cercana a Pablo Casado.

El líder del PP no se decide y la dirección nacional de Génova 13 ha optado por aplazar el Congreso autonómico en el que iba a renovar la estructura madrileña a finales de 2021 o principios de 2022. Una información que adelantó el diario El Mundo y que confirmó horas más tarde el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, en rueda de prensa.

 "Hace unas semanas se celebró una Junta Directiva y el acuerdo fue que se celebraran los acuerdos provinciales a lo largo y ancho de toda España antes que las renovaciones regionales", esgrimió como argumento el número dos de Casado. "Las provinciales son las que garantizan que se produce una renovación a nivel local", justificó. El dirigente popular enmarcó el destino del PP de Madrid para el próximo "curso político" o, en todo caso, cuando las renovaciones a nivel local finalicen. 

El congreso estaba previsto para marzo de 2021 pero Casado ha decidido aplazarlo porque no "es el momento"

Una voz autorizada en el partido apunta a Público que el congreso estaba previsto para marzo de 2021, aunque no se le había puesto fecha de manera oficialpero que Casado ha decidido esperar al entender que el actual momento -con una pandemia mundial- no es el más propicio. Las citadas fuentes señalan como otro de los motivos que no se quieren repetir las mismas tensiones que hubo entre el exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón y la expresidenta Esperanza Aguirre, "sobre todo teniendo en cuenta el precedente de Ayuso al frente de su gobierno de coalición", reflexionan, en relación a los desencuentros entre PP y Cs. 

Génova evita respaldar a Ayuso

García Egea evitó respaldar a Ayuso para presidir la formación en Madrid. "Como secretario general lo que siempre defenderemos es que sean los afiliados quienes elijan a su líder", fueron sus palabras. Sin embargo, Génova sí apoyó a Alberto Nuñez Feijóo (Galicia), Fernando López Miras (Murcia) y Juanma Moreno Bonilla (Andalucía) en sus respectivas comunidades. 

Lo cierto es que hacerse control orgánico del partido es vital para los presidentes autonómicos, ya que les permite crear cuadros, es decir situar a personas destacadas dentro de las estructuras del partido. Ese fue en el caso del actual presidente, el senador Pío García-Escudero, designado por Mariano Rajoy tras la marcha de Cifuentes, y que ya había ocupado ese mismo cargo durante once años. Una situación de interinidad que no se resolvió porque semanas después tuvo lugar la abrupta salida de Rajoy de la presidencia del Gobierno con la moción de censura impulsada por Pedro Sánchez.

La de Ayuso es una figura al alza en el PP, pero que también despierta recelos en las filas populares, tal y como explicó Público hace unos meses. En Génova son conscientes de que la presidenta madrileña se siente cómoda polemizando y confrontado con el Ejecutivo central, aunque recientemente Casado ha tenido que desautorizarla tras unas declaraciones sobre el rey emérito.

Ayuso saca a relucir esa 'estilo propio' siempre que puede, el último ejemplo lo encontramos esta misma semana, en la que la presidenta anunció que su Ejecutivo ampliaría los conciertos educativos a diez años. Una iniciativa que no replicarán el resto de autonomías presididas por el PP. Su estrategia no es casual y todos -dentro y fuera del PP- señalan a su jefe de gabinete, el todopoderoso Miguel Ángel Rodríguez, que en su día aupó a José María Aznar a la Moncloa.

Almeida, el 'número tres' del PP

El talante pactista del alcalde madrileño durante los peores meses de la pandemia -que se contrapone por completo al de Ayuso- incrementó su popularidad. "Almeida el moderado", el sobrenombre que recibió por parte de algunos medios, fue muy bien recibido en un PP necesitado de esa etiqueta. Ahora es el número tres de los conservadores después de que Génova creara un puesto específicamente para él en agosto: portavoz nacional del partido.

La dirección nacional del PP supo aprovechar su tirón tras la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo de la portavocía en el Congreso, representante del ala más dura de los populares, en el mes de agosto. Almeida compagina su cargo con el de alcalde y ha conllevado que repita consignas partidistas durante actos institucionales; de esa manera Génova consigue implementar su mensaje por varias vías. Actualmente el peso orgánico del alcalde de Madrid supera con creces al de la presidenta madrileña. Por eso Casado prefiere esperar.

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