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La Conferencia Episcopal se niega a tomar medidas contra los homenajes a Franco: "Son misas"

Los obispos alegan que son celebraciones litúrgicas que recordarán al dictador y a los "caídos por Dios y por España". La Generalitat Valenciana pide por escrito a la Iglesia que impida la celebración de actos de este tipo.

Juan José Omella
El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, en una imagen de archivo. EFE

Las misas publicitadas por la Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF) para homenajear al dictador no enfrentarán ningún tipo de traba por parte de la Conferencia Episcopal. Los obispos han descartado tomar medidas al respecto, ya que consideran que se trata de unas celebraciones litúrgicas que cumplen con la única condición eclesiástica: que la persona homenajeada, independientemente de su obra en vida, ya haya fallecido.

Las misas son una celebración en la que se reza por personas que ya han fallecido. "No son un homenaje", han señalado fuentes oficiales de la Conferencia Episcopal Española (CEE) tras la noticia dada a conocer por Público sobre la decena de misas franquistas previstas para los próximos días, en el marco de las celebraciones de la ultraderecha por un nuevo aniversario del fallecimiento de Franco.

Según consta en las respectivas agendas de cara al 20-N que manejan la FNFF y el Movimiento Católico Español, se prevé la celebración de 11 misas en distintas ciudades "en sufragio por el alma de Francisco Franco y todos los Caídos por Dios y por España". 

"Se puede celebrar eucaristías con una sola condición, que esa persona haya fallecido. En esa celebración se pide a Dios por las almas de todos los difuntos", argumentaron desde la CEE.

Los portavoces de los obispos alegan además que "no se comunica a la Conferencia Episcopal las misas que se han celebrado en toda España cada día por todos los difuntos". "Si estás interesado en celebrar una misa debes acudir a la parroquia más cercana", resumieron.

La cúpula de la Iglesia española mantiene así su posición habitual en torno a las misas que cada 18 de julio –aniversario del golpe de Estado franquista– y 20 de noviembre se celebran en distintos templos de todo el país. Hasta ahora, los obispos han evitado pronunciarse en contra de esos actos, que justifican precisamente como simples acciones de rezo por personas fallecidas.

Sin embargo, los organizadores de una misa de este tipo en la Concatedral San Nicolás de Alicante han decidido dar marcha atrás y desconvocar el acto ante el temor de ser multados en virtud de la Ley de Memoria Democrática de València. Dicha norma establece multas de entre 2.000 y 10.000 euros para quienes celebren actos u homenajes "contrarios a la memoria democrática y a la dignidad de las víctimas y sus familiares". 

Este martes, la Conselleria de Qualitat Democràtica del Gobierno valenciano se dirigió por escrito a los obispados de esta comunidad para reclamar que eviten que "los lugares de culto que dependen de su diócesis puedan convertirse en refugio de actos de este tipo".

En los últimos años estamos asistiendo al aumento de los delitos relacionados con el odio y la intolerancia", destaca el Gobierno que encabeza Ximo Puig en esa nota. "Este fenómeno, que se generaliza en toda Europa, tiene en nuestro país una clara ligazón con el enaltecimiento de la dictadura franquista el golpe de estado militar de 1936", subraya.

Esta misma semana, la Generalitat valenciana envió una carta similar a todos los ayuntamientos para pedir que eviten cualquier tipo de acto de exaltación franquista en sus respectivos municipios.

"Se pedía por Franco"

El párroco de la Concatedral de San Nicolás, Ramón Egío, admitió a Público que esa iglesia ya ha acogido misas de ese tipo en otras ocasiones. Sin embargo, este año estalló la polémica a raíz de una convocatoria publicada en las redes sociales en las que se vía la imagen de Franco y Primo de Rivera. "Puede resultar hiriente para determinadas personas", indicó Egío.

El sacerdote explicó que en las misas celebradas anteriormente por estas mismas fechas "se pedía efectivamente por Francisco Franco, por José Antonio y por los caídos por Dios y por España en el momento de la oración por los difuntos, y ya está".

"No había ni banderas, ni exaltación, ni nada de nada. Es suplicar a Dios por las almas para que tenga misericordia y las conduzca al cielo", alegó Egío, quien sostiene que este año sus promotores "hicieron una difusión ofensiva".  

 

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