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Congreso ERC ERC celebra su Congreso Nacional en medio de la situación judicial de Junqueras

El 28º conclave de la formación republicana busca ratificar el liderazgo del tándem Aragonès-Vilalta y la estrategia de diálogo con Madrid para resolver el conflicto político, con la vista puesta en la investidura de Sánchez. 

El presidente del Parlament de Catalunya, Roger Torrent; la diputada en el Parlament, Marta Vilalta; el vicepresidente del Govern y consejero de Economía y Hacienda, Pere Aragonès y el diputado al Congreso de los Diputados por ERC, Gabriel Rufian. - DAVID ZORRAKINO (EUROPA PRESS)

Àlex romaguera

ERC anunció el pasado jueves que “pone en el congelador” las negociaciones con el PSOE hasta que no se aclare la situación procesal de su líder in pectore, Oriol Junqueras, que en virtud del dictamen del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) tiene plena inmunidad para ejercer como eurodiputado. En esperas si Junqueras sale en libertad y, eventualmente, el Tribunal Supremo reconsidera la sentencia del Procés, la dirección ha aparcado las conversaciones con la formación de Pedro Sánchez.

Sin embargo, ERC escenificará mañana en su Congreso Nacional su apuesta para dialogar con el ejecutivo español en aras de resolver el conflicto entre Catalunya y el Estado. Este será uno de los mensajes clave que el partido lanzará ante su militancia y el conjunto de la opinión pública, en un intento de posicionar la formación como un actor determinante tanto en la política catalana como en la gobernabilidad del Estado.

Cohesión interna, liderazgo externo

Además de marcar perfil respecto a los últimos acontecimientos judiciales, los republicanos llegan a su 28º Congreso Nacional con el trabajo hecho en cuanto a su posicionamiento ideológico y los liderazgos para afrontar el ciclo político que se abrió a raíz de la sentencia del Supremo. La misma ponencia política no presenta ninguna novedad relevante en relación con el modelo de país, dado que asume el documento Pilares de la República que el partido aprobó en el marco de la Conferencia Nacional celebrada el verano del 2018. Se ratifica el objetivo de consolidar Esquerra Republicana como “punta de lanza de una próxima hegemonía de las izquierdas catalanas” y en impulsar “una negociación de carácter bilateral entre Catalunya y España por tal de conseguir la amnistía de los presos políticos y la celebración de un referéndum de autodeterminación”.

Bajo el título “Fortalezcámonos para volver; fortalezcámonos para ganar”, la ponencia repasa la excepcionalidad que vive Catalunya fruto de la represión judicial, a la vez que desgrana la hoja de ruta en caso de que se permita a la sociedad catalana pronunciarse en torno la voluntad de constituir “una República Catalana de oportunidades para todo el mundo”. Se ratifica en el feminismo, el ecologismo, la justicia social y, si bien analiza los diferentes escenarios que se producen en Cataluya, País Valencià y las Illes Balears, hace explícito el horizonte de lograr la “independencia de los Països Catalans”.

En clave interna, ERC también llega al Congreso con los deberes resueltos, una vez el 15 de septiembre ratificó el equipo que pilotará el partido los próximos años Una estructura que, sin desprenderse del liderazgo que forman el tándem Oriol Junqueras y Marta Rovira, actualmente en prisión y en el exilio respectivamente, refuerza el núcleo encabezado por Pere Aragonès, coordinador nacional del partido y vicespresident de la Generalitat, y la diputada Marta Vilalta, portavoz y secretaria general adjunta de la formación. Con esta cúpula, completada con una estructura paritaria que integran mayoritariamente nuevos perfiles entre los 30 y los 45 años, los republicanos confían en fortalecer el proyecto para adaptarlo al crecimiento electoral que ha experimentado este 2019: primero, en los comicios municipales del 26 de marzo, y después en la repetición de las elecciones a las Cortes españolas celebradas el 10 de noviembre pasado.

Discrepancias bajo control

Una vez perfilados el plan de acción política y la estructura organizativa, todo indica que el cónclave de ERC será un bálsamo para la dirección, que si no hay ningún descalabro, verá aprobado el balance de la gestión que Aragonés y Vilalta someterán a la militancia. Solo quedará saber el papel que puede tener el Col·lectiu 1 d’octubre, el único corriente interno que ha disentido del rumbo que el partido ha tomado respecto a la investidura de Pedro Sánchez y las vías para avanzar hacia la independencia. A propósito de esto, este grupo de cuadros y militantes advirtió ayer que se opondrá a la reanudación de las conversaciones con el PSOE si Oriol Junqueras no es excarcelado y rechazará la investidura de Sánchez “mientras el Estado no pare la represión y reconozca de manera explícita el derecho a la autodeterminación de Catalunya”.

Al margen de este sector disonante, el 28º Congreso de ERC, que se celebrará justo en el segundo cumpleaños de las elecciones catalanas que Mariano Rajoy convocó en aplicación del artículo 155, mostrará el momento dulce que vive la formación republicana, a quien la demoscopia augura que podría ser la más votada en caso de que se avanzaran los comicios autonómicos. Una posibilidad que Joan Tardà y otros veteranos dirigentes ya han reclamado con el argumento de recomponer el puzzle político y explorar un eventual acuerdo de gobierno con el resto de fuerzas progresistas, en alusión a los Comunes y el PSC. Por lo tanto, si las dinámicas judiciales centrarán parte de la atención, no se descarta que el Congreso de mañana también sirva para invocar a unas nuevas elecciones en Catalunya, donde parece que el “independentismo pragmático” de ERC es la fórmula ganadora dentro del soberanismo.

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