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Las Cuentas del Estado El coronavirus y la reticencia de los socios hacen casi inviable los PGE para 2020

Carmen Calvo ya no garantiza que haya cuentas este año y pide al PP responsabilidad. PNV y ERC son partidarios de empezar en septiembre a negociar los Presupuestos para 2021. La crisis sanitaria forzará al Ejecutivo a un cambio en el cuadro macroeconómico.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta Carmen Calvo,  en una rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros. E.P./Jesús Hellín
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado que "el compromiso del Gobierno es reducir el déficit al 1,5% en 2021".EFE

manuel sánchez / Alejandro lópez de miguel

Aunque desde el Gobierno insisten en que todavía hay tiempo y lo van a seguir intentando hasta el final, cada vez parece más difícil que vean la luz los Presupuestos Generales del Estado para 2020. Por contra, poco a poco gana fuerza la tesis de que el Ejecutivo se tendrá que resignar a esperar a septiembre para presentar las Cuentas, ya para 2021.

Así lo vino a insinuar la propia vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que este lunes ya reconoció que no puede garantizar que los Presupuestos para 2020 lleguen a las Cortes, porque el Ejecutivo todavía no tiene los apoyos asegurados. De hecho, hasta lamentó la actitud de bloqueo del PP, y le afeó que no entienda que la aprobación de unos Presupuestos cuanto antes sería buena para España, haciendo así un último llamamiento al sentido de Estado de los conservadores.

Y es que cada vez parece más difícil que el Gobierno cuente con el imprescindible apoyo de ERC para sacarlos adelante. Desde Esquerra Republicana han hecho llegar al Gobierno que prefieren empezar a negociar los Presupuestos de 2021 con la voluntad de llegar a un acuerdo en otoño, y el PNV es de la misma opinión.

A esto hay que añadir que la crisis del coronavirus complica todavía más la situación. El Ejecutivo ya baraja la posibilidad de cambiar el cuadro macroeconómico presentado hace tan sólo unas semanas, con su lógica influencia en los Presupuestos para 2020.

Además, hoy mismo el Gobierno estudia un plan de choque con medidas económicas para afrontar la crisis sanitaria que también alterará las Cuentas que está terminando de elaborar -faltan apartados como los relacionados con los impuestos especiales-.

Esto, por no hablar de la sombra del adelanto electoral que sobrevuela en Catalunya. Dado que es necesario contar con el apoyo de ERC, y no basta su abstención, y visto que el president de la Generalitat, Quim Torra, puede apretar el botón del adelanto electoral cuando más le interese, en el Ejecutivo extreman las precauciones.

Contar con unos nuevos Presupuestos, además, es fundamental para que el Gobierno pueda convertir en realidad el aumento de gasto social comprometido entre PSOE y Unidas Podemos en su acuerdo de coalición.

Siguen siendo "urgentes", pero nadie pone fecha

Así, cuestionados por las expectativas del Ejecutivo, fuentes de la formación de Pablo Iglesias niegan que se pueda descartar la aprobación de las cuentas, o que la evidente "urgencia" de ambos socios por impulsar los PGE haya "aminorado".

Desde que se formó Gobierno, el Ministerio de Hacienda ha ido alargando el plazo para la presentación de los Presupuestos de 2020. De hecho, la titular de esta cartera, María Jesús Montero anunció en su toma de posesión que las cuentas públicas estarían en el Congreso ya en la primera quincena de febrero. Luego se pospuso hasta final de mes y, posteriormente, se volvió a estirar la fecha hasta principios de marzo.

El Ejecutivo no pasó el examen previo a los Presupuestos en el Congreso hasta hace poco más de 10 días, cuando logró aprobar el techo de gasto y la nueva senda de déficit para 2020 en la Cámara Baja (junto con el techo para 2021 también); y la semana pasada lo consiguió en el Senado. Pero, en el mejor de los casos, los Presupuestos para el presente ejercicio ya no entrarían en las Cortes hasta pasada la mitad del mes, lo que llevaría el debate de totalidad casi finales de abril.

Todos estos retrasos han venido motivados porque el Gobierno no quiere dar el paso de presentarlos al Congreso hasta que no tenga amarrado el apoyo necesario para que no decaigan en su tramitación, y por tanto logre evitar la humillación de que sean arrastrados a vía muerta.

Y eso, pese a la "urgencia" de romper el corsé económico de las actuales cuentas, que son las aprobadas por el PP en mayo de 2018, justo una semana antes de la moción de censura que expulsó a Mariano Rajoy del Gobierno.

Aunque tanto desde Moncloa como desde Unidas Podemos se niegan a tirar la toalla, e inciden en que seguirán negociando y trabajando con urgencia, hoy se acumulan indicios de que Sánchez tendrá que esperar hasta otoño para poder aprobar sus primeros Presupuestos como presidente del Gobierno.

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