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Debate político De la Rocha apela al orgullo de ser militante y dice que el líder ya no nombra candidatos

En el debate de los tres candidatos del PSOE a la Alcaldía de Madrid, el dirigente de IS y Chema Dávila afirman que sólo gobernarán con "las izquierdas", mientras Pepu Hernández no se pronuncia sobre los posibles pactos postelectorales

Los tres candidatos que concurren en el proceso de primarias del PSOE-M para elegir al cabeza de lista al Ayuntamiento de Madrid, Pepu Hernández (i), el concejal del Ayuntamiento Chema Dávila (c) y el exalcalde de Fuenlabrada Manuel de la Rocha, momentos antes de participar en un debate en la sede del partido. EFE/Chema Moya

El encorsetado debate entre los tres candidatos del PSOE a la Alcaldía de Madrid, celebrado este lunes en la sede del partido, puso claramente de manifiesto las tablas políticas de Manuel de la Rocha; el voluntarismo novedoso de Chema Dávila y que Pepu Hernández, para bien o para mal, no tiene madera de político.

De la Rocha, desde el primer momento, marcó las pautas del debate instando desde el minuto uno a sus dos adversarios a que se pronunciaran con quién pactaría en el Ayuntamiento de Madrid tras las elecciones, dejando claro que su opción es “gobernar con las izquierdas”.

Pepu Hernández no contestó claramente en ninguna de sus intervenciones, mientras que Dávila se sumó a las tesis del ex alcalde de Fuenlabrada: “No tenemos nada que debatir ni que concretar con Ciudadanos. Sabemos que si las tres derechas suman, gobenarán”, dijo.

Pero, De la Rocha hizo especial hincapié en el nombramiento “a dedo” como candidato de Pepu Hernández por parte del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, recordando que las cosas han cambiado en el partido, “y los dirigentes ya no designan a los candidatos”.

Eso sí, De la Rocha recordó que él votó a Pedro Sánchez en las primarias para la Secretaría General del PSOE, y dio su pleno respaldo a las políticas que está ejecutando desde el Gobierno.

Este mensaje lo conjugó reivindicando el orgullo de ser militante socialista, recordó que él lo es desde hace cuarenta años, y que militar en un partido no puede ser considerado como un pasivo.

Dávila, visiblemente nervioso al principio, se soltó cuando dejó los papeles a un lado. Se mostró contrario a la operación Chamartín como está concebida, apostó por gobernar con la izquierda desde la mayoría, y llamó a la participación masiva de la militancia el próximo 9 de marzo, mostrándose seguro de que habrá segunda vuelta. “Yo quiero ser alcalde de Madrid”, dijo.

Quien no soltó los papeles ni un momento fue Pepu Hernández. En cada bloque temático leía un folio con frases hechas: “Las viviendas sociales para las personas, no para los fondos buitres”; “hay que tratar a los mayores como nos gustaría que nos tratasen a nosotros” o “no quiero más Madrid, quiero un mejor Madrid”.

Eso sí, tiró de su indudable prestigio como entrenador de baloncesto para jugar con el mensaje. “Hay que trabajar a la corta, la media y la larga distancia”; “tenemos que transformar el grupo en un verdadero equipo”, “hay que practicar el juego limpio y tener estrategia”.

El sábado se sabrá si el PSOE tendrá ya un candidato definitivo a la Alcaldía o habrá segunda vuelta el próximo 16 de marzo. Pero todo apunta, siguiendo el estilo de Pepu Hernández, a que habrá rebote.

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