Este artículo se publicó hace 2 años.
Economía de guerra
Sara Serrano
Madrid-
Hoy Comisiones Obreras y UGT han convocado una movilización en Madrid, bajo el lema "Salario o Conflicto", para pedir que los salarios se ajusten a la subida del coste de vida.
Esta no es la única convocatoria abierta. Los asistentes de vuelo, los trabajadores del metal y los sanitarios también se han movilizado en las últimas semanas. También los trabajadores de Airbus están en huelga en toda España para exigir que las plantillas no pierdan poder adquisitivo mientras la multinacional tiene beneficios millonarios. Según sus propios datos, este año, los ingresos totales de Airbus rondaron los 30.000 millones de euros, un 8% más respecto al año pasado. Además, 7.500 millones de euros de estos ingresos provienen del negocio de defensa.
Mientras tanto, el convenio colectivo recoge una subida de los salarios del 1,5%, muy lejos del nivel del IPC actual. Según el Instituto Nacional de Estadística, la inflación en España, y tras tres meses de descensos consecutivos, se situó el mes de octubre en el 7,3%. Aunque esta cifra queda lejos del pico del 10,8% alcanzado en julio, sigue estando por encima de los niveles de inflación previos a la guerra, cuando el índice de precios rondaba el 6%. También resulta preocupante que el IPC subyacente [el que se obtiene cuando se excluye de la inflación la energía y los alimentos frescos], que sigue siendo bastante alto -en torno al 6%- lo que indica un problema estructural en el alza de los precios.
Según datos de Eurostat, la inflación interanual en la zona euro ha alcanzado en octubre la cifra récord del 10,7%, tres puntos superior a la registrada en España. Las principales componentes de la inflación son la energía, seguida de los alimentos, los bienes industriales y los servicios. En Alemania, por ejemplo, la inflación creció hasta alcanzar el 11,6% en octubre, en Italia escaló hasta el 12,8% y en Francia, aún siendo la economía de la zona euro con una inflación más baja –concretamente un 7,1%- , también están sufriendo subidas de precios.
Según explica el propio INE y recoge elDiario.es, las medidas adoptadas por el Gobierno desde que se alcanzó el máximo de inflación del pasado mes de julio han sido determinantes para contener el alza de los precios. En concreto destacan el mecanismo ibérico, la reducción de los precios del transporte o la reducción de los impuestos en la factura del gas y de la luz.
La excepción ibérica, por la que se limita el precio del gas natural empleado en la producción de electricidad, ha supuesto un ahorro de casi 3.000 millones de euros. Además, se ha rebajado el IVA de la factura de la luz, pasando del 10 al 5%. Se ha aplicado una bonificación de 20 céntimos por cada litro de combustible y se ha reducido un 50% el precio de todos los abonos mensuales de transporte terrestre de titularidad pública.
De hecho, los salarios reales han sufrido la mayor caída en 40 años en nuestro país, algo que no ocurría desde la crisis del petróleo de los años 70. Para que nos hagamos una idea, para un trabajador con un sueldo de 20.000 euros anuales, el 8% de IPC medio que se estima para finales de 2022 implicaría perder una paga completa respecto al año pasado. Además, tal y como alertan desde la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, solo uno de cada cuatro trabajadores está protegido de la inflación en sus convenios. Esta pérdida de poder adquisitivo dificulta cubrir algunas necesidades básicas, como calentar la casa en invierno, cargar el depósito de gasolina para ir a trabajar, o llenar la cesta de la compra en el supermercado.
El precio de los alimentos ha experimentado una subida interanual de casi el 15%. En concreto, el precio de alimentos básicos como la carne, el pescado, los huevos y sobre todo el aceite, se han disparado hasta un 60% en el último año. Por su parte, las frutas son un 12% más caras y las verduras un 18%.
Las empresas del IBEX prevén cerrar el año con un 18% más de ingresos respecto a 2021, hasta alcanzar los 541.000 millones de euros. Si nos fijamos en los beneficios netos, las grandes ganadoras de la crisis son las energéticas: Repsol dispara sus beneficios en un 124% respecto al año pasado hasta alcanzar los 5.600 millones de euros, Acciona Energía los aumenta en un 80% hasta llegar a los 660 millones, Solaria en un 70%, Endesa en un 23% e Iberdrola en un 8%.
Y además de los beneficios millonarios obtenidos por las compañías energéticas, es especialmente sangrante la caja que están haciendo las grandes multinacionales de la alimentación mientras se disparan los precios en los supermercados. Nestlé, el mayor fabricante europeo de alimentos, reconocía hace unos días que sus ventas se han disparado un 8,5%, lo que supone la mejor cifra en los últimos 15 años. De ese porcentaje, 7,5 puntos están directamente relacionados con la subida de precios.
Danone, la compañía francesa de yogures, ha aumentado sus precios un 11% y ha disparado sus ventas un 19% en el tercer trimestre del año, facturando más de 7.000 millones de euros. Por su parte, Unilever, que produce desde sopas hasta jabones, ha subido sus precios un 12% obteniendo 15.800 millones de euros en ventas.
Además de las medidas de contención de precios de energía y transporte que hemos comentado, el Gobierno ha confirmado la revalorización según el IPC de las pensiones; ha pactado la subida del 9,5% de sueldos de funcionarios en los próximos tres años y tiene pendiente incrementar el Salario Mínimo hasta alcanzar el 60% del salario medio, tal y como establece su compromiso de Gobierno. Esta última medida contará con la oposición de la CEOE, que ya se desmarcó de las dos últimas subidas del Salario Mínimo.
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