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14F Las elecciones catalanas del 14-F, abocadas a un aplazamiento

Los partidos decidirán este viernes si se mantienen los comicios el 14 de febrero o se aplazan en plena tercera ola pandémica. Salut ha puesto sobre la mesa informes científicos que sitúan el pico de coronavirus a las puertas de las elecciones del 14 de febrero. En caso de aplazamiento se trasladarían al mes de mayo o principios de junio.

Imagen de archivo de una urna electoral.
Imagen de archivo de una urna electoral. EFE

Ferran Espada

El día D para determinar la fecha de las elecciones en Catalunya ha llegado. La mesa de partidos políticos que conforman los grupos con representación en el Parlament decidirá este viernes si se mantiene la fecha actual en la que están convocados los comicios, el 14 de febrero, o se aplazan como consecuencia de la situación pandémica extrema que vive Catalunya en plena tercera ola del coronavirus. La reunión comenzará con división de opiniones sobre la conveniencia del aplazamiento y puede provocar una tormenta política en el caso de que el Govern acabe decidiendo cambiar la fecha sin el consenso necesario. Pero mantener el 14 de febrero tampoco ahorrará al Ejecutivo catalán una catarata de críticas. En este caso, provenientes de los sectores médicos y científicos que abogan por el aplazamiento y consideran muy peligroso una movilización multitudinaria, como la que suponen unas elecciones, en la cresta de la ola de la pandemia y con los hospitales saturados.

El Govern de la Generalitat rehúye un pronunciamiento explícito sobre el tema e insta a los partidos políticos a tomar la decisión. Pero todo apunta a una posible suspensión que aplazaría las elecciones a una fecha alternativa alrededor de mediados de mayo o principios de junio. Una fecha con la que se trabaja es la del 16 de mayo. Con todo, de momento, El Ejecutivo se ha limitado a facilitar a todos los grupos un estudio científico sobre la pandemia que vislumbra una dantesca situación de cara al 14 de febrero. Son datos puramente científicos, pero a nadie se le escapa la desconfianza de algunos partidos de la oposición, especialmente del PSC. Un partido que tiene magníficas proyecciones electorales y que considera que los partidos del Govern, JxCat y ERC, podrían utilizar estos estudios para justificar un aplazamiento que frene su fuerte escalada en las encuestas. Sin embargo, el informe del Departament de Salut entregado el lunes a los partidos es taxativo: el pico de contagios de la actual ola de la pandemia se alcanzará antes del inicio de la campaña electoral, fijado en principio para el 29 de enero. La presión asistencial, sin embargo, seguirá aumentando y las unidades de cuidados intensivos vivirán el nivel máximo de ocupación en torno al 10 de febrero, es decir, apenas cuatro días antes de pasar por las urnas.

El documento incluye dos posibles escenarios elaborados por el Grup d’Investigació de Biologia Computacional i Sistemes Complexos (BIOCOM-SC) en colaboración con el Institut Català de la Salut (ICS). El escenario más favorable prevé que el 14 de febrero habrá unos 3.000 casos diarios de covid-19 en Catalunya y unos 610 pacientes ingresados en la UCI, mientras que el otro escenario indica que los casos serán entre 4.500 y 5.000 al día y habrá unos 840 pacientes en cuidados intensivos. Estas cifras implican diversos grados de desprogramación de la actividad ordinaria de los centros hospitalarios, una situación que ya se da ahora mismo en varios centros, que se generaliza a partir de los 500 ingresados en la UCI y que afecta procesos urgentes a partir de los 650.

El estudio tampoco descarta que haya una "eventual aceleración de la velocidad de propagación de la pandemia", como consecuencia de las bajas temperaturas, las dificultades para cortar las cadenas de contagios o que se extienda la cepa británica.

Con estos datos sobre la mesa y una fortísima presión de sectores médicos, científicos y sociales, los partidos deberán tomar la decisión. En la primera línea de defensa del mantenimiento de las elecciones para el 14 de febrero está el PSC, que se ha quedado prácticamente solo en la defensa del 14-F, junto a algunos poderes fácticos como las patronales de Foment i Pimec que abogan por no alargar más el Govern en funciones para disponer de un Ejecutivo con plenos poderes para tomar decisiones que reactiven la economía. La irrupción de Salvador Illa como candidato en sustitución de Miquel Iceta ha catapultado al PSC hasta la victoria electoral en algunos sondeos, pasando de los 17 escaños actuales a entre 29 y 36 escaños según las encuestas.

Los socialistas no quieren que el efecto Illa se desvanezca y defienden la celebración de las elecciones si no hay un confinamiento general. De momento, Illa mantiene silencio sobre la cuestión ya que desde su condición todavía de ministro de Sanidad no parece demasiado coherente defender unas elecciones el 14-F que desde la comunidad médica se ven como una tremenda temeridad. Pero Iceta sí es muy claro: "Estamos haciendo demasiado el juego a gente que quizás no quiere o tiene miedo de hacer estas elecciones". Según el primer secretari del PSC no hay "ningún problema que no tenga solución" para garantizar, a día de hoy, que la jornada de votación es segura.

Por su parte, ERC se mantiene prudente. Lidera la mayoría de las encuestas aunque cada vez con JxCat y el PSC más cerca. Pero tiene una gran responsabilidad que le sitúa en la diana de todas las críticas: los republicanos dirigen tanto la conselleria de Salut que ha elaborado el estudio sobre la pandemia en el periodo electoral, como la de Acció Exterior, responsable de los procesos electorales y por tanto de organizar las elecciones. La secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, reclama que no se haga "electoralismo" con la fecha de las elecciones al Parlament. Vilalta asegura que los datos epidemiológicos y el criterio sanitario marcarán la decisión pero que esta será acordada por los partidos y no por los expertos en salud. La republicana ha defendido que los partidos deben velar por garantizar el "equilibrio" entre el derecho a la salud y el derecho al voto y la participación política. "Tenemos que mirar cuáles son los diferentes escenarios y desde el consenso tomar una decisión garantizando todos los derechos".

Con todo, fuentes de ERC admiten que si bien un aplazamiento podría conllevar un escenario más favorable para sus intereses electorales con una mejora de la situación de la pandemia, tampoco les iría mal mantener la fecha del 14 de febrero si no hay consenso para el cambio ya que la tendencia en las encuestas les pueda perjudicar si se alarga aún más el incierto impasse electoral durante el cual tendrán que tomar medidas impopulares para frenar el episodio pandémico desde el Govern. Los republicanos manifiestan también la necesidad de recuperar un Govern en activo después de muchos meses en funciones desde la destitución del President Torra.

En cuanto a sus socios de Govern, JxCat, que ha experimentado una moderada subida en las encuestas situándose en algunas en la disputa con ERC y el PSC por los primeros puestos de la parrilla, su presidenciable Laura Borràs asegura que en JxCat continúan "dispuestos" a celebrar las elecciones "por su importancia", dado que el Govern de la Generalitat se encuentra "sin presidencia", recordó Borràs. Pero siempre matizando que hay que mantener la salud de los ciudadanos como primera prioridad. Contrasta la posición pública con las presiones para el aplazamiento que dentro del Govern estarían efectuando los consellers del partido, según algunas fuentes del Ejecutivo. Con todo, Borràs cree que quien debe decir "si estamos preparados para hacerlo" son el Departament d’Acció Exterior y el de Salut, junto con los expertos. E insta a Salvador Illa a pronunciarse sobre la cuestión como ministro de Sanidad.

En el extremo contrario se encuentran Ciudadanos y los Comuns a quien las encuestas auguran malos resultados. Cs podría perder dos terceras partes de los votos pasando de ganar las elecciones con 36 diputados a una horquilla de entre 13 y 16. El partido de Arrimadas pide "una propuesta" por parte de las autoridades sanitarias que deje claro si se pueden celebrar las elecciones del 14-F, o bien hay que aplazarlas. Su cabeza de lista, Carlos Carrizosa, instó a la consellera de Salut, Alba Vergés, y al ministro de Sanidad, Salvador Illa, a dejar claro si los comicios pueden ir adelante "con seguridad", ya sea para la gente que vaya a votar, como para aquellas personas a las que les toque estar en las mesas electorales.

En este sentido, Carrizosa ha insistido en que los partidos "no deben decidir nada" y ha acusado al PSC y JxCat de priorizar "criterios partidistas" a la hora de dar su opinión sobre la viabilidad del 14-F. En el caso de los Comuns, la presidenciable de CatECP, Jéssica Albiach, reclama también al Govern que "no centrifugue responsabilidades" y presente una propuesta "clara" sobre si se tienen que celebrar o no las elecciones el 14-F. Cree que es el Govern quien debe tomar esta decisión y, por tanto, ha rehuido detallar cuál será el posicionamiento de su partido de cara a este viernes. Sin embargo, la líder de CatECP ha asegurado que le cuesta imaginarse "unas elecciones con los hospitales al límite y al borde del colapso". A pesar de todo, Ciudadanos y los Comuns no esconden que verían con buenos ojos el aplazamiento electoral.

Finalmente la Cup es la única formación que ha marcado posición y propone abiertamente la suspensión a pesar de que podría doblar resultados según las encuestas. Aunque el número dos de la lista de la CUP i Guanyem, Carles Riera, defiende que el "ciclo político está agotado" y que hay que celebrar elecciones "lo antes posible", finalmente la presidenciable, Dolors Sabater, ha pedido el aplazamiento "inmediato y urgente" de las elecciones por "responsabilidad", ya que considera las cifras de la pandemia "alarmantes". Y el PP no define la posición que defenderá en la mesa de partidos aunque también insta al Govern de la Generalitat a fijar una posición.

Pero pese a la presión de los partidos y de la comunidad científica, el Govern no llevará ninguna propuesta concreta a la mesa de partidos de este viernes, para buscar el consenso. Ahora bien, si no hay entendimiento entre las formaciones políticas, el Ejecutivo en funciones tomará la decisión definitiva. Y todo parece decantar hacia el aplazamiento y la nueva fecha electoral, con un PSC cada vez más aislado en la defensa del mantener los comicios el 14-F. Si se aplazan las elecciones, el Govern también intentaría consensuar la nueva fecha este propio viernes y que el decreto de suspensión de las elecciones para el 14-F incluya la nueva jornada electoral que se fijaría hacia el final de la tercera ola, entre finales de mayo y principios de junio.

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