Con las encuestas de cara -demasiado, incluso, según algunas fuentes del partido consultadas por Público- ERC ha arrancado la campaña para las elecciones españolas del 28 de abril en Sant Vicenç dels Horts, la patria pequeña de Oriol Junqueras, su presidente y cabeza de lista. Encarcelado desde el 2 de noviembre de 2017, el ex vicepresidente de la Generalitat -juzgado al Tribunal Supremo desde hace dos meses- ha sido el gran protagonista, ausente, de una jornada que había comenzado a media tarde, con el homenaje que le ha brindado la plataforma Free Junqueras a raíz de su cincuenta aniversario, que justamente era este jueves. Unas horas más tarde, la formación ha estrenado oficialmente la carrera hacia las urnas en la plaza de la Vila del municipio del área metropolitana de Barcelona, a escasos metros de donde Junqueras tenía su despacho durante los cuatro años y medio en los que ejerció como alcalde.

Encabezada por el vicepresidente de la Generaltat, Pere Aragonès, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, la cúpula de ERC ha desembarcado en la ciudad con la voluntad de transmitir el mensaje de que el triunfo del partido en Catalunya el 28-A es la mejor manera de frenar la derecha española y, al mismo tiempo, impedir un pacto entre el PSOE y Ciudadanos, "el sueño húmedo del Ibex 35", en palabras de Aragonès. Ante los cientos de personas que han llenado la plaza -muchas de las cuales no eran vecinas del municipio-, el vicepresidente de la Generalitat se ha mostrado convencido del triunfo el 28-A y ha hecho un llamamiento al voto útil independentista - «a acumular fuerzas»- para lograr una triple victoria: «ante la derecha, ante los que nos querrían encarcelados y ante los que querrían perpetuar el inmovilismo».

Conscientes de que las encuestas apuntan a un mano a mano en Cataluña entre ERC y el Partido Socialista, todos los dirigentes republicanos han puesto a la formación de Pedro Sánchez en el epicentro de las críticas: "La victoria republicana debe ser en contra del PSOE que se ha acobardado cuando tenía en sus manos abrir un proceso de diálogo", proclamó Aragonés.

Con el estilo contundente que lo caracteriza, el número dos por Barcelona y, de facto, líder físico de la candidatura, Gabriel Rufián, afirmó: «al PSOE le preguntamos ¿qué quiere ser? ¿El de Sánchez que presentó la moción de censura y echó Rajoy o el que vetó la comparecencia de Rajoy y Florentino Pérez en la comisión de investigación de la financiación ilegal del PP?». Como Aragonés, ha insistido en que «el único obstáculo a que el PSOE pacte y negocie con Cs y Rivera sea vicepresidente y Arrimadas ministra, se llama Esquerra». El hasta ahora portavoz adjunto de los republicanos en el Congreso ha defendido la idea de «ensanchar la base» del independentismo y ha apelado a «interpelar al socialista catalanista, que todavía existe».

Rufián, como el resto de oradores del mitin, no ha ahorrado las referencias a Junqueras, hasta el punto de que al empezar la intervención ha afirmado que «acabo de hablar con un amigo que cumple 50 años y sólo me ha pedido una cosa: que ganemos las elecciones a sus carceleros». El diputado también ha advertido de la amenaza de la extrema derecha - «nos enfrentamos a aquellos que hace 80 años ya nos robaron una patria, un país, una república y nuestros derechos civiles, sociales y nacionales, son los mismos-, y ha reconocido que «vienen tiempos duros», en que "debemos hacer frente al fascismo».