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Elecciones en Madrid El 'efecto Iglesias' sostiene a Podemos y garantiza su presencia en Madrid, pero seguirá siendo la última fuerza política

El candidato de Unidas Podemos suma tres escaños para la formación respecto a las elecciones de 2019 y, con 10 diputados, la aleja del precipicio del 5% necesario para entrar en la Asamblea. El partido morado ha sido de nuevo el menos votado en las elecciones madrileñas y ha quedado muy descolgado respecto al PSOE y a Más Madrid en el bloque progresista.

Pablo Iglesias
El líder de Podemos este martes instantes antes de votar en las elecciones de Madrid. J.J Guillén / EFE

Si se ha producido un 'efecto Pablo Iglesias' en las elecciones celebradas este martes en la Comunidad de Madrid, sus consecuencias dan a Unidas Podemos una de cal y otra de arena. El análisis de los resultados electorales se puede valorar como positivo si se atiende a la comparativa con los resultados de 2019 y, sobre todo, con el estado de la formación justo antes de los comicios; pero apunta al fracaso si se atiende a las expectativas que llegó a generar la presencia del que hasta hace apenas un par de meses era vicepresidente segundo del Gobierno de España.

En 2019, la formación morada había entrado a la Asamblea de Madrid por apenas unas décimas, y en el partido no tenían nada claro que en estos comicios Unidas Podemos llegara al porcentaje mínimo (el 5%) para poder obtener representación. Además, la que había sido candidata y actual portavoz estatal de Podemos, Isabel Serra, tenía un futuro incierto fruto de su situación judicial que sembraba dudas sobre si podría repetir como cabeza de lista.

Cuando Ayuso convocó las elecciones, el partido entraba en un escenario en el que debía concurrir a unos comicios en apenas mes y medio con un pronóstico demoscópico preocupante y sin una candidatura clara. Es en este contexto en el que el secretario general de Podemos decidió concurrir él mismo a los comicios de Madrid para tratar, entre otros objetivos, de garantizar la supervivencia de la formación en la región, un objetivo que ha cumplido al lograr 10 diputados en la Asamblea de Madrid.

Pero más allá de evitar en Madrid un resultado que hubiera resultado muy difícil de digerir para el espacio confederal, la presencia de Iglesias en las elecciones autonómicas generaba una serie de expectativas que han terminado por no cumplirse este martes. La primera gran expectativa tenía que ver con una suma de la izquierda para conformar un gobierno progresista en la región, habida cuenta de que el PSOE había ganado las elecciones de 2019 y la izquierda se había quedado a las puertas de sumar para coaligarse en un Ejecutivo.

El notable resultado de Isabel Díaz Ayuso, sumado al aguante de los resultados de Vox, han laminado cualquier posibilidad de que la izquierda pudiera sumar para conformar un gobierno autonómico. Todo eso a pesar de que la presencia de Iglesias y su intensa campaña electoral (marcada por la recepción por parte del líder de Podemos de varias cartas con amenazas de muerte y balas en su interior) auguraban una participación histórica que finalmente se ha dado, pero que no ha favorecido al bloque progresista, como se esperaba desde Unidas Podemos.

También se había generado cierta expectativa respecto a que Iglesias pudiera superar en esta votación al Más Madrid de Mónica García. El secretario general de Podemos logró centrar buena parte del foco de la campaña, tanto que la candidata favorita y ganadora de los comicios, Ayuso, lo fijó como el rival a batir, modificando incluso el lema de campaña cuando conoció que el vicepresidente abandonaba el Ejecutivo estatal para concurrir a los comicios autonómicos.

Pese a la expectación generada y a que sus adversarios (también la candidata de la ultraderecha, Rocío Monasterio) lo encumbraron como el oponente a derribar durante la campaña, Iglesias se ha quedado muy descolgado de las otras dos formaciones progresistas. El espacio al que Iglesias propuso una coalición electoral, Más Madrid, ha logrado un resultado histórico, con 14 escaños más que la formación morada y logrando el anhelado sorpasso al PSOE (a nivel de la Comunidad de Madrid, eso sí) con la que la izquierda a la izquierda de los socialistas ha flirteado desde la irrupción de Podemos en la política.

Tras conocer los resultados electorales, el candidato de Unidas Podemos ha convocado de urgencia a la ejecutiva de la formación morada y ha trasladado su decisión de dimitir de la Secretaría General del partido y abandonar la política profesional. "Tengo conciencia de haberme convertido en un chivo expiatorio que moviliza a los afectos más contrarios a la democracia. La inteligencia política tiene que estar por encima de cualquier otra consideración. Ser útil para Unidas Podemos es mi mayor aspiración, pero más allá del cariño de los compañeros, es evidente que a día de hoy no contribuyo a sumar. No soy una figura que pueda contribuir a que en los próximos años consolidemos a esta fuerza política, sobre todo cuando que te hayan convertido en un chivo expiatorio hace que tu papel para mejorar la democracia en tu país se vea limitado y movilice lo peor de los que odian la democracia", ha zanjado.

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