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La emergencia del coronavirus El Congreso reanuda su actividad la próxima semana pero con restricciones para evitar contagios

La Cámara celebrará una sesión de control al Gobierno el miércoles y las comisiones comenzarán a retomar sus trabajos. Las restricciones sobre el número de parlamentarios que puedan acudir presencialmente y las medidas como el teletrabajo marcarán el regreso de la actividad.

Fachada Congreso
Puerta de los leones del Palacio de las Cortes del Congreso / EFE

El Congreso también tendrá su particular "desescalada" del confinamiento decretado por la covid-19. La Cámara Baja comenzará, a partir de la próxima semana, a reanudar paulatinamente su actividad, desde que el 12 de marzo la presidenta declarara que el Parlamento entraba en una fase de "servicios mínimos" para evitar contagios entre diputados y trabajadores.

Desde hace semanas, el PP exige la vuelta a la actividad parlamentaria habitual, bajo el pretexto de que en los supuestos del estado de alarma no se contempla una paralización de los trabajos de las Cortes. Sin embargo, esta "hibernación", explican fuentes de la Cámara, no se debe al estado de alarma (se acordó días antes de que el Gobierno aprobase el decreto), sino a la necesidad de garantizar la seguridad de las personas que día a día acuden al Congreso a trabajar.

El coronavirus ha desnudado la falta de mecanismos de prevención en todos los ámbitos, también en el Parlamento. Estas mismas fuentes aseguran que "con cierta lógica, nadie esperaba un escenario como el que vivimos desde hace semanas, y la logística del Congreso y su Reglamento no son una excepción".

La Cámara no estaba preparada, por ejemplo, para descargar su actividad en medios telemáticos, no solo por la falta de recursos técnicos, sino porque su propio Reglamento impide la celebración de sesiones sin que concurra presencia física de, al menos, aquellos diputados que quieren intervenir.

En este tiempo, el Congreso solo ha albergado las sesiones plenarias en las que se han convalidado las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar la emergencia sanitaria de la covid-19 (incluida la prórroga del estado de alarma) y las sesiones de la Comisión de Sanidad, en las que comparece el ministro Salvador Illa todas las semanas.

El resto de sesiones (control al Ejecutivo, debate y votación de proposiciones de ley de los grupos, reuniones de las demás comisiones...) no han tenido lugar. Sí que han seguido funcionando los órganos de gobierno y coordinación de la Cámara, es decir, la Mesa y la Junta de Portavoces, ya que se dispone de medios telemáticos para su desarrollo y, además, no lo impide el Reglamento.

En la última Junta de Portavoces, los grupos decidieron, a instancia de PP, Vox y Bildu, recuperar las sesiones de control al Ejecutivo, y el miércoles de la próxima semana los portavoces de los partidos volverán a realizar preguntas orales a los miembros del Gobierno. Además, también se habló de la necesidad de que las comisiones recuperen paulatinamente su actividad. Hace unas semanas, la Mesa del Congreso acordó suspender los plazos de tramitación de todas las iniciativas registradas en la Cámara para que no decayeran al vencer estos plazos durante el periodo de "hibernación" parlamentaria.

Este miércoles la Mesa ha levantado esta suspensión, por lo que los plazos de las iniciativas vuelven a correr, lo que fuerza el funcionamiento de los distintos órganos del Congreso. En el caso de las comisiones, ya se han admitido a trámite las comparecencias de cinco ministros para que expliquen las actuaciones de sus departamentos en la emergencia sanitaria, por lo que las Mesas y portavoces de estas comisiones deberán reunirse para acordar las fechas de las comparecencias.

La vuelta a la actividad no es una vuelta a la normalidad

Fuentes parlamentarias precisan que la vuelta de la actividad parlamentaria, como en el resto de ámbitos, no será "una vuelta a la normalidad más absoluta". Independientemente de los acuerdos de la Mesa y de la Junta de Portavoces, la Cámara Baja deberá adaptarse a la situación actual para continuar con sus trabajos en un "ambiente de seguridad". "Es imprescindible garantizar un regreso seguro", insisten estas fuentes.

En cuanto a estos trabajos, ya existen iniciativas para reformar el Reglamento y dotar de recursos técnicos a las Cortes. Unidas Podemos ha registrado una propuesta para que el Reglamento permita la participación de los diputados por vías telemáticas en las sesiones.

En concreto, el grupo confederal propone introducir el siguiente epígrafe: "La Mesa del Congreso de los Diputados podrá establecer por mayoría 2/3 de sus miembros que la actividad parlamentaria se lleve a cabo de manera temporal por medios telemáticos sin que se requiera la presencia física de los Diputados en la sede del Congreso cuando la capacidad de desplazamiento de los Diputados y del personal del Congreso y/o su acceso a la sede se vean gravemente afectadas como consecuencia de catástrofes naturales o climáticas, accidentes graves a gran escala, crisis sanitarias o parálisis de los servicios públicos esenciales, o cuando se hubieran declarado los estados de alarma, de excepción o de sitio".

Los de Pablo Iglesias desarrollan una serie de artículos que establecen "se habilitarán medios para que los diputados puedan intervenir oralmente tanto en Pleno como en Comisión, Junta de Portavoces, Mesa, Diputación Permanente o cualquier otro órgano reglamentario por videoconferencia, permitiendo así que se puedan debatir iniciativas y llevar a cabo interpelaciones, comparecencias y preguntas orales".

En cuanto a la seguridad para prevenir contagios, la Cámara ya valora distintos protocolos y formas de actuar para cumplir con las recomendaciones sanitarias. En este momento existen ya dos tipos de medidas en este sentido, una relativa a la limitación de la presencia de los parlamentarios, y otra relativa a la protección de los trabajadores.

Los grupos han acordado mantener la limitación de la presencia de sus diputados en un 10%, por lo que las sesiones plenarias contarán con unos 40 diputados que acudirán de forma presencial

Los grupos han reducido drásticamente su presencia en los Plenos dedicados al coronavirus hasta un 10% de sus representantes. En total, a estas sesiones han asistido unos 40 de los 350 diputados que componen el hemiciclo. La idea es mantener esta representación en las próximas sesiones plenarias, incluyendo el control al Gobierno del próximo miércoles. También se estudiarán este tipo de medidas en las comisiones, "sin olvidar las recomendaciones sobre la separación física y la ausencia de contacto", aseguran estas fuentes.

En cuanto a la protección de los servicios de la Cámara, antes de la entrada en servicios mínimos, la Mesa había aprobado un protocolo elaborado por el Comité de Seguridad y Salud del Parlamento. Siguiendo estas recomendaciones, el Congreso había sustituido las acreditaciones habituales para prensa (tarjetas de plástico) por pegatinas y adhesivos desechables, había colocado dispensadores de gel hidroalcohólico en las porterías de todos los edificios, así como a la entrada de las cafeterías y restaurantes, y había pegado carteles con indicaciones para lavarse las manos.

También se había acordado extremar la limpieza de los elementos de uso común, como los pomos de las puertas, los botones del ascensor, etc. Los servicios de la Cámara colocaron carteles informativos en varios de los accesos de los edificios del Congreso con infografías sobre el virus, sus síntomas y cómo actuar ante la sospecha de contagio. Las fuentes parlamentarias consultadas explican que "aunque muchas de estas medidas sirvan, en la actualidad disponemos de una información más actualizada sobre el virus y de nuevas recomendaciones sanitarias", por lo que no descartan que se revise el protocolo para garantizar la seguridad.

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