La huelga de los médicos gallegos amenaza a la Xunta del PP a las puertas de las municipales
El paro, convocado por el Sindicato Médico de Galicia y que tiene carácter indefinido, ha provocado la suspensión de miles de cirugías, consultas y pruebas diagnósticas durante la primera semana de protestas.
A Coruña-Actualizado a
La huelga indefinida que los médicos gallegos celebran desde el pasado lunes en los hospitales públicos de la comunidad amenaza con poner contra las cuerdas al Gobierno autonómico que preside Alfonso Rueda a mes y medio de las próximas elecciones municipales.
La protesta está convocada por una central minoritaria, el Sindicato Médico de Galicia, pero su seguimiento ha ido en aumento durante la semana pasada y está provocando el caos en el sistema sanitario, que ya estaba colapsado por la falta de medios materiales y humanos que padece desde hace años el Servizo Galego de Saúde (Sergas), que dirige el conselleiro de Sanidade Julio García Comesaña.
En lo que va de semana se han suspendido más de mil intervenciones quirúrgicas, más de 15.000 consultas externas y más de 1.300 pruebas diagnósticas, lo que elevará en los próximos meses unas listas de espera ya de por sí elevadas y con demoras de más de un año en los servicios de algunos hospitales.
El Sindicato Médico de Galicia, que forma parte de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) denuncia que en la última década se ha producido "un deterioro galopante de las condiciones laborales de los trabajadores" sanitarios "frente a muchas medidas de impacto publicitario pero de escasa repercusión o utilidad para profesionales y pacientes".
La calidad asistencial, en peligro
"Queremos que la huelga se termine cuanto antes, pero no podemos seguir permitiendo que unas condiciones laborales tan precarias pongan en peligro la calidad asistencial y la salud de los sanitarios y de los usuarios de la sanidad", asegura Ramón Barreiro, presidente de la delegación del CESM en Galicia.
Los médicos aseguran, además, que la falta de recursos, la mala gestión, la excesiva carga de trabajo y los bajos salarios -un médico interno y residente (MIR) tiene un sueldo base de 1.231 euros mensuales- están expulsando a los médicos a otras comunidades y a otros países.
Entre otras medidas, exigen que la Xunta implante la semana laboral de 35 horas; que equipare el precio de hora de las guardias -13,74 euros brutos a la hora- al del resto de comunidades autónomas españolas, que planifique la actividad sanitaria para garantizar la cobertura de vacaciones, permisos, bajas e incidencias, y que establezca un tope a las agendas de los facultativos de atención primaria, con un tope de 25 pacientes para pediatría y de treinta para médicos de familia, con al menos 10 minutos para cada caso.
"Ahora mismo hay médicos de primaria que tienen citas de un minuto, o incluso acordadas a la misma hora si tienen que atender a pacientes de otros compañeros que están de baja o de libranza", añade Barreiro. "Es una situación inadmisible e insostenible", explica.
Los médicos también reclaman a la Xunta que acabe con el agravio que sufren 1.400 compañeros a los que se les niega un complemento específico destinado a remunerar las condiciones particulares de algunos puestos de trabajo en atención a su especial dificultad, responsabilidad, peligrosidad, penosidad y exclusividad.
"Alberto Núñez Feijóo, expresidente de la Xunta y candidato del PP a la presidencia del Gobierno de España, incumplió el compromiso adquirido en 2009, cuando aseguró que acabaría con esa discriminación, compromiso con el que logró poner fin a la huelga más larga de la sanidad pública en Galicia, pero que nunca cumplió", añaden.
El Sergas asegura que el seguimiento de la huelga se ha mantenido entre el 14% y el 15%, pero el CESM multiplica por cuatro esa valoración y asegura que más de un 62% de los médicos la han secundado: un 86% en el área sanitaria de Ourense, un 75% en Vigo, un 70% en Santiago, un 65% en Ferrol, un 55% en A Coruña, un 45% en Lugo y un 38% en Pontevedra.
Servicios mínimos "abusivos"
Según las fuentes consultadas por Público, la diferencia entre los dos cálculos se debería a que la Xunta apunta como no huelguistas a los médicos obligados a trabajar para cumplir los servicios mínimos, que en muchos servicios llegan al 100% y que el CESM considera "abusivos".
El conselleiro de Sanidade aseguró el pasado viernes en Ourense que tiene "la mano tendida" para llegar a un acuerdo con los huelguistas -el martes dijo en el Parlamento de Galicia que "fue imposible" alcanzarlo previamente-. García Comesaña, a quien Rueda confirmó en su cargo tras suceder a Feijóo, añadió que su departamento tiene "la voluntad de mejorar la situación", y que esa frase no es "una expresión más sino que está avalada en hechos", dijo, informa Europa Press.
El CESM, por su parte, envió ayer un comunicado en el que considera "intolerable" que el conselleiro "hable de buenas intenciones cuando se trata de peticiones que se vienen reclamando desde hace más de una década, cuando comenzó el inexorable deterioro de la sanidad pública por la falta de personal". "Ya está bien de declaraciones de intenciones que no llegan a nada", concluye la nota.
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