El inminente retorno de Rovira a Catalunya remueve el tablero político catalán a la espera de Puigdemont
La secretaria general de ERC podrá participar presencialmente en las negociaciones para la investidura, aunque rechaza revocar su retirada de la política, mientras que el líder de Junts sigue amenazado con la detención si retorna.
Barcelona-Actualizado a
El fulminante desenlace en el caso de Tsunami Democràtic con su archivo tiene un impacto obviamente personal sobre los imputados acusados de terrorismo pero tendrá también importantes consecuencias políticas. Aunque siempre con la prevención frente a posibles recursos judiciales, la decisión de archivar la causa por parte del juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, permite a la secretaria general de Esquerra, Marta Rovira, volver a Catalunya sin ningún tipo de requerimiento judicial pendiente.
A nadie se le escapa que, con unas negociaciones vitales para la investidura en marcha en que ERC es pieza clave, y con una virulenta crisis interna de los republicanos en pleno apogeo, el inminente retorno de Rovira a Catalunya esta misma semana. "Supone un
activo muy importante para el partido", según fuentes de la dirección de ERC consultadas. Con todo, desde la dirección de Esquerra reclaman prudencia, pero admiten que "estamos viendo como organizamos el retorno y cuál va a ser el día a día de la secretaria general a partir de ahora".
Pero lo que es seguro es que el retorno de Rovira remueve el siempre
complejo tablero de la política catalana. Un tablero que tendrá todavía una pieza clave por encajar, el regreso del expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont. Aunque el dirigente de Junts también ha quedado exonerado en el caso Tsunami, Puigdemont tiene todavía pendiente una imputación por malversación por la organización del referéndum del 1-O en la causa instruida desde el 2017 por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, magistrado que ha rechazado aplicarle la amnistía y mantiene la orden de detención contra él.
Regreso de Rovira con Wagensberg
Según fuentes de Esquerra, Rovira tiene previsto volver antes de finalizar la semana junto al diputado de Esquerra, Ruben Wagensberg, que también estaba imputado en el caso de Tsunami pero por el Tribunal Supremo -que ha seguido el camino de la Audiencia Nacional archivando también el caso-.
Rovira fue exonerada de la acusación de sedición después de la derogación del delito en el Código Penal y también ha sido amnistiada en lo referente al supuesto delito de desobediencia que tenía pendiente por la organización del referéndum del 1-O en 2017. Así que, con el archivo de la causa de Tsunami Democràtic, su historial judicial queda totalmente limpio y podrá volver a Catalunya sin ningún tipo de orden de detención. Un hecho nada menospreciable teniendo en cuenta que Rovira es en estos momentos la máxima dirigente de Esquerra después de la dimisión de Oriol Junqueras como presidente.
Decisiones clave que facilita el retorno a Catalunya
La secretaria general de ERC tiene entre sus manos decisiones de gran
trascendencia, como llegar a un preacuerdo con el PSC para la investidura de Salvador Illa como 133 president de la Generalitat. Preacuerdo que deberá defender frente a las bases de ERC. El regreso facilitará ambas cosas, especialmente la interlocución directa con
Illa, que hasta el momento había declinado trasladarse a Ginebra para ver personalmente a la dirigente de ERC.
Por no hablar de que el retorno de Rovira puede ser importante para afrontar en condiciones una posible reedición electoral, en
caso de que los militantes tumbaran la propuesta de acuerdo con el PSC, o no se llegara a concretar, todo ello en momentos muy críticos para los republicanos.
Rovira también tiene sobre su mesa la misión de cerrar la grave crisis que ha abierto el escándalo de los carteles del alzhéimer de los hermanos Maragall orquestado por elementos de Esquerra. Y preparar el congreso de la formación previsto para el 30 de noviembre en que Rovira y Junqueras se muestran enfrentados sobre el futuro del partido. Resultan evidentes las facilidades que suponen la presencialidad y la mayor maniobrabilidad que permite dejar de un lado el plasma del exilio para hacer frente a todos estos temas fundamentales.
Rovira mantiene la retirada de la política, pero...
De momento, Rovira no se plantea revocar su decisión de abandonar la primera línea de la política, una vez abandone su cargo como secretaria general de ERC, después del congreso del partido previsto para el 30 de noviembre, tal como anunció tras la debacle electoral del 12 de mayo. La propia Marta Rovira lo ratificaba este martes en una entrevista en RAC1: "No cambiaré la decisión, se trata de un fin de etapa".
Pero no faltan dirigentes importantes de Esquerra que en privado aseguran que, en caso de repetición electoral, Rovira sería un gran activo para encabezar las listas y debería plantearse un aplazamiento de su retirada. Después del anuncio del president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, de no continuar en la primera línea de la política cuando deje el Palau de la Generalitat, el otro candidato con tirada electoral sería Oriol Junqueras.
La propia Rovira estaría de acuerdo con la opción de Junqueras, según aseguró la secretaria general a Público pero, como en el caso de Puigdemont, la negativa del Supremo a aplicar la amnistía al exdirigente de ERC cierra esta vía, dado que mantiene inhabilitado a Junqueras, igual que al secretario general de Junts, Jordi Turull y otros sentenciados del juicio del procés.
Rovira ha dejado claro que no tiene en mente encabezar una lista electoral en caso de repetición electoral, pero no faltan los que le pedirán que lo reconsidere si llega el caso. "La crisis interna, el escándalo de los carteles o el desgaste del ciclo electoral pasa factura y con Junqueras inhabilitado cuesta ver una opción mejor que Rovira como candidata para que ERC pueda afrontar una peligrosa repetición electoral", asegura uno de los dirigentes afines a la secretaria general.
"Sin un candidato o candidata claro, sería un suicidio ir a elecciones, aunque habrá que respetar su voluntad obviamente", afirma esta misma fuente: "En cualquier caso, no hay ninguna duda de que tener a Rovira en la recámara da mucha más tranquilidad y fortaleza a Esquerra a la hora de negociar con el PSC y Junts y permitiría más contundencia para defender nuestras líneas rojas y exigencias en la negociación, especialmente con los socialistas", apostilla.
El difícil retorno de Puigdemont, ¿una bomba de relojería?
El inminente retorno de Marta Rovira supone una sacudida considerable en la política catalana con consecuencias internas en ERC y externas por lo que se refiere a la investidura. Pero ahora queda pendiente el retorno del expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont. Un retorno que el expresident comprometió para la sesión de investidura que se debe celebrar antes del 26 de agosto, si se quiere evitar la repetición electoral.
Toda una bomba de relojería, dado que sobre Puigdemont pesa una orden de detención en vigor. Y, de ser detenido, no cabe duda de que el tablero político catalán, y por extensión el español, más que mover fichas, saltaría por los aires.
Con el archivo del caso Tsunami Democràtic también por parte del Supremo –siguiendo la estela de la Audiencia Nacional- Carles Puigdemont queda, en principio, libre de las acusaciones de
terrorismo en esta causa. Pero continúa imputado por malversación en la causa que instruye el juez Pablo Llarena –también en el Supremo- por la organización del referéndum del 1-O.
Llarena rechazó la aplicación de la amnistía con una polémica interpretación del enriquecimiento propio, uno de los factores excluyentes que contempla la ley de amnistía.
Por otra parte, este mismo martes también ha rechazado aplicar la amnistía el juez Joaquín Aguirre, que instruye el llamado caso Volhov, con una acusación de traición, malversación y organización criminal contra Puigdemont y otros imputados. En el caso del expresident, Aguirre ha pedido al Supremo que asuma la causa al estar aforado por ser diputado del Parlament.
Puigdemont queda pues, de momento, imputado y con una orden de
detención vigente a la espera de la resolución de los recursos de amparo presentados por sus abogados. Primero en la sala del Supremo, pero fuentes jurídicas consultadas no muestran demasiada confianza en una resolución favorable de esta instancia y asumen que habrá que apelar al Tribunal Constitucional. Será un proceso que algunos juristas aseguran que puede tardar meses o incluso algún año, con lo que la situación jurídica de Puigdemont se mantendrá sin cambios antes del 26 de agosto.
Puigdemont reitera que volverá y se expone a la detención
Según las fuentes consultadas en Junts, Puigdemont mantiene intacta la determinación de volver para la primera sesión de investidura que se celebre en el Parlament. Sea la del socialista Salvador Illa o la propia, a la cual no renuncian en Junts a pesar de la falta de apoyos aritméticos. "El President se comprometió a regresar para la investidura y se mantiene en ello y la amenaza de una detención totalmente arbitraria no lo va a frenar", asegura un dirigente de Junts.
Mientras, el secretario general del partido, Jordi Turull, afirma que en caso de detención "llamaremos a la reacción del país", apuntando a movilizaciones populares de protesta. De cumplir con el compromiso de retorno, la detención de Puigdemont estaría asegurada. De entrada, para comparecer ante el juez Llarena, que deberá decidir si ingresa en prisión preventiva en espera de la resolución de los recursos respecto a la amnistía.
La portavoz de los Mossos de Esquadra, Montserrat Escudé, aseguraba a Público, en una conversación durante el programa Els matins de TV3, que "los Mossos no trabajamos con futuribles. Cuando se produzcan los hechos, el cuerpo tomará las decisiones oportunas, siempre cumpliendo con los mandatos judiciales y actuando de acuerdo con los criterios de oportunidad y proporcionalidad como hacemos siempre".
No siempre ha sido así, ya que el propio major, Josep Lluís Trapero, reconoció en sede judicial que el octubre de 2017 los Mossos sí
trabajaron con "futuribles" ya que tenían un dispositivo preparado para
detener a Puigdemont y los miembros de su Govern si recibían la orden judicial oportuna después de la Declaración de Independencia.
En cualquier caso, el propio president del Parlament, Josep Rull, dirigente de Junts, ha asegurado que está revisando los protocolos de seguridad de la cámara catalana y que en ningún caso permitirá que se detenga en su interior a Puigdemont "ni a ningún otro diputado o diputada". "El Parlament debe ser el templo del respeto democrático y de la expresión democrática del pueblo de Catalunya, los diputados y diputadas son intocables y no permitiré que detengan al president Puigdemont ni a nadie, antes me tendrán que detener a mí", asegura Rull en diversas entrevistas a medios de comunicación.
Otra cosa será si Puigdemont, en caso de retorno, llega a entrar en el
Parlament antes de ser detenido. En la frustrada sesión de investidura del 30 de septiembre de 2018, después de las elecciones posteriores a la Declaración de Independencia y en plena aplicación del artículo 155 de la Constitución, ya se especuló con este mismo escenario y los Mossos desplegaron un amplio dispositivo de control y rastreo en los accesos y entornos del Parlament.
De lo que no cabe duda es que -sea antes de entrar al Parlament, en su
interior, o a la salida- la detención de Puigdemont y sobre todo un posible encarcelamiento, en caso de volver a Catalunya este mes de agosto, puede comportar un terremoto político de consecuencias insospechadas, tanto por lo que se refiere a movilizaciones populares en la calle, como a la imposibilidad de celebrar una investidura, o al resultado de una repetición electoral en Catalunya con él de candidato en la cárcel.
También en cuanto a la estabilidad del Gobierno español de Pedro Sánchez que con toda seguridad perdería el imprescindible apoyo parlamentario de Junts en el Congreso, y muy probablemente de Esquerra, que se vería arrastrada a un nuevo frente independentista.
Fin de ciclo del exilio en Suiza, a la espera de Bélgica
El archivo del caso de Tsunami Democràtic afecta a doce personas, entre ellas Carles Puigdemont y Marta Rovira. Pero el retorno de los imputados que desde el pasado mes de noviembre fueron refugiándose en Ginebra cerraría el exilio suizo de los cinco independentistas catalanes que residen allí. También estuvo exiliada en la capital suiza la exdiputada de la CUP, Anna Gabriel, pero ya recuperó con anterioridad la libertad de movimientos.
Ahora está previsto que vuelvan -de forma más o menos inminente- la propia Marta Rovira y el diputado de ERC, Ruben Wagensberg. Y también el activista y dirigente de Òmnium, Oleguer Serra, el empresario Josep Campmajó y el periodista Jesús Rodríguez. También volverán a Catalunya algunos refugiados en otras latitudes, como el empresario y exdirigente de Esquerra, Xavier Vendrell, que ha estado residiendo en Colombia a causa de la imputación.
Con el regreso de los cinco de Ginebra se cerrará el nutrido exilio catalán en Suiza. Pero según el periodista Jesús Rodríguez: "Mantendremos vivo el trabajo que hemos hecho todo este tiempo con relatores de Naciones Unidas, movimientos sociales de Suiza y organizaciones internacionales en defensa de los derechos humanos".
Una vez consumado el regreso de Suiza y de algún otro país, el exilio de
independentistas catalanes se reducirá a los tres dirigentes de Junts que residen en Bélgica y a los que se les rechaza la aplicación de la amnistía: Carles Puigdemont, el eurodiputado Toni Comín y el diputado del Parlament Lluís Puig.
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