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La izquierda europea reclama el "voto del cambio"

ROGER XURIACH

El PSC siempre ha tenido muy claro el objetivo de su campaña para estas elecciones europeas. Con un lema tan significativo como 'Canviem Europa. Aturem Rajoy' ('Cambiemos Europa, paremos a Rajoy'), ha priorizado el choque frontal contra el gobierno del Partido Popular a tirarse al barro del debate soberanista. Una decisión que ha puesto aún más de relieve en el acto central de campaña celebrado este miércoles en el Pabellón de la Vall d'Hebron de Barcelona, donde no solo ha congregado a la cabeza de lista del PSOE al Parlamento Europeo, Elena Valenciano, y al expresidente socialista Felipe González. También ha contado con dos figuras de peso del socialismo europeo: el candidato socialdemócrata a la Presidencia de la Comisión Europea, Martin Schulz, y el primer ministro francés, Manuel Valls. Todos ellos han atizado públicamente al candidato popular, Miguel Arias Cañete, por sus comentarios machistas, pero también han ahondado en las diferencias que les separan de la derecha europea.

Manuel Valls, en un ejercicio lingüístico encomiable -ha ido alternando el español con el catalán y el francés-, ha defendido las decisiones tomadas recientemente en el Parlamento francés, duramente criticadas y basadas en un plan de 50.000 millones de euros de ahorro para los próximos tres años, con una congelación de pensiones, de salarios de funcionarios y de algunos servicios públicos. 'Mi Gobierno hace una política que asume su reformismo'. Al respecto, ha asegurado que las medidas tomadas 'no son de austeridad, porque protegemos a la gente más débil en las reformas. Si queréis ver políticas de izquierdas, mirad lo que hacemos en Francia; si queréis ver políticas de derechas, mirad la política de la Comisión Europea'.

Valls ha reconocido sentirse defraudado por Europa porque 'no nos ha protegido de la crisis, nos ha fallado. Se ha mostrado lejana y burocrática' y ha advertido de que 'el populismo quiere utilizar la desconfianza de la gente en la Unión Europea para acabar con el sueño europeo y agitar los odios'. En este sentido, ha reivindicado el voto socialista como 'el voto útil, el del cambio'.

Aunque de puntillas, también ha querido dejar clara su postura acerca del debate soberanista que vive Catalunya. Valls, nacido en Barcelona y criado en el barrio de Horta-Guinardó -el pabellón escogido para el acto está ubicado en el mismo distrito-, se ha definido como 'español y catalán de nacimiento, pero francés de elección' y ha reclamado una 'Europa unida y solidaria, sobre todo en Catalunya, porque no queremos nuevas fracturas'. 'Aquello que nos asemeja es lo que nos fortalece, lo que nos dará más peso en Europa', ha concluido.

Valenciano, que ha iniciado su discurso entre cánticos de 'Cañete quien no bote' -más de 3.000 asistentes y medio centenar de medios, una veintena de ellos internacionales, han dejado pequeño el recinto-, ha recordado que 'no hay causa más noble que cambiar Europa y recuperar el europeísmo de progreso, justicia e igualdad que nos enseñó Felipe González', para proseguir con una de las sentencias más aplaudidas de la tarde: 'Lo mejor que ha pasado en España ha ocurrido con él y con José Luis Rodríguez Zapatero'.

Tras vincular el nacimiento de Europa con la llegada de la paz en el continente, también ha recordado que 'ahora que estamos tan mal que debemos volver a hacer lo mismo, reconstruirla para que no vuelva a entrar en decadencia y dejemos de estar en peligro'. Valenciano ha defendido el voto socialista asegurando que 'la derecha ha escogido un camino desastroso, el de los recortes y la austeridad. Por eso ha fracasado en lo económico, en lo social y en lo político', y se ha despedido confiando en que 'si logramos que Europa cambie, cambiará España, cambiará Catalunya, y cambiarán nuestras vidas'.

Por su parte, el candidato socialdemócrata, Martin Schulz, ha reconocido que, tras conversar con decenas de europeos estos días de campaña ha visto que 'la gente está cansada de una Europa que toma decisiones a puerta cerrada, cansada de que el dinero de los contribuyentes se utilizara para salvar a los bancos mientras ellos perdían sus casas'. En este sentido, ha reconocido que su prioridad será 'crear empleo' y que 'cada acción que tomemos, deberá responder a la siguiente pregunta: ¿Cómo va ayudar esto a ofrecer oportunidades laborales reales a nuestros hijos?'. Sobre el fraude fiscal también ha incidido en que quiere acabar con aquellos 'paraísos fiscales que cosechan los beneficios de las empresas' porque 'existe un principio muy simple al respecto: el país donde se generan los beneficios es donde se deben quedar los impuestos'.

Para terminar, el candidato a presidir la Comisión ha prometido a los asistentes que si llega a dirigir el máximo órgano de la Unión Europea acabará con 'las medidas de austeridad impulsadas por los gobiernos conservadores en los últimos años'. Para ello, ha reclamado un giro a la izquierda porque 'esta vez, es diferente'. Tal y como ha defendido en más de una ocasión: 'Si los socialdemócratas no protegemos a las personas, nadie lo hará'.

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