Este artículo se publicó hace 2 años.
El poder mediático y el relato oficial sobre la Transición
Manu Levin
Madrid-
Vamos a ver cómo se posicionan ante esta nueva Ley de Memoria Democrática los distintos bloques mediáticos en función de su línea editorial, porque creo que sirve para entender mejor lo que supone esta Ley. En digitales y medios de izquierda el marco principal es "supone un avance, pero se deja muchas cosas por hacer". Os dejo tres ejemplos.
Titular de La Marea: "Avances y lagunas de la nueva ley de memoria, 15 años después".
Titular del Naiz: "Luces y sombras para las asociaciones memorialistas respecto a la nueva Ley de Memoria" .
Titular de La Cafetera: "La ley de memoria utiliza 142 veces la palabra "víctima" y cero veces, "verdugo".
Pues la progresía de la órbita del PSOE defiende la ley, en especial, frente a los argumentos de la derecha, que veremos a continuación. Dos ejemplos: Cadena SER: "El Gobierno saca adelante la Ley de Memoria Democrática con la derecha en contra e insistiendo en el argumento de ETA".
Editorial de El País de hace unos días: "Una memoria democrática más inclusiva y plural. El Gobierno incorpora sensibilidades distintas en una ley que procura neutralizar el olvido y sanar viejas heridas".
En el caso del Grupo PRISA, que viene con estos dos titulares, no es una cuestión menor. Porque sirve para entender dónde está posicionado actualmente ese grupo de comunicación a raíz de que Sánchez se haya hecho con el poder en el PSOE, teniendo en cuenta que en ese partido hay otras voces (digamos, las de la vieja guardia), que públicamente se están expresando en absoluta coincidencia con la derecha en este asunto, como veremos más adelante.
Y eso que esta Ley, como decían los titulares de medios de izquierdas que os leí antes, tampoco es que llegue tan lejos. Pero veamos primero qué dice la derecha mediática. El marco principal que trata de construir la derecha -lo adelantaba antes el titular de la Cadena SER- consiste en introducir el significante "ETA" en la discusión, subrayando el hecho de que Bildu ha apoyado la Ley y argumentando que es una ofensa para las víctimas de ETA porque se centra en las víctimas del franquismo y la transición. Os dejo tres titulares: Onda Cero: "El Congreso aprueba la polémica ley de Memoria Histórica por el pacto con Bildu". La Voz de Galicia: "El Congreso aprueba la Ley de Memoria Democrática que el PSOE pactó con Bildu". El Español: "Zapatero asegura que la Ley de Memoria pactada con Bildu "perfecciona España".
Además Telemadrid se ha dedicado sencillamente a mentir cuando dice literalmente que la Ley "está provocando el rechazo casi unánime" de las víctimas del terrorismo de ETA (y lo refuerza dando voz a una persona con un discurso muy concreto en contra de la Ley que no representa, ni mucho menos, a todo el colectivo de víctimas del terrorismo).
Varias asociaciones de víctimas (La Fundación Víctimas del Terrorismo, COVITE, la Asociación 11M y la Fundación Fernando Buesa) se han desmarcado de esa posición y han rechazado ser instrumentalizadas por el PP para oponerse a la Ley de Memoria Democrática. Fijaos. Declaraciones de Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo: "Es el colmo que se use a unas víctimas para negar los derechos de otras, que se quiera que unas víctimas neguemos los derechos de otras víctimas de gravísimas vulneraciones de derechos humanos. No entiendo a los representantes de víctimas que van a esa foto, los que aplauden a un PP que dice que va a derogar esa ley. Conmigo que no cuenten. Las víctimas del franquismo están peor que nosotras, eso es justo reconocerlo".
Ese es el comodín principal para intentar cambiar el marco sobre esta Ley. Pero a partir de ahí, también aparecen los clásicos argumentos del discurso oficial sobre la guerra civil, la dictadura y la transición.
Hay 4 elementos muy claros del relato oficial que sigue instalado en este país sobre el genocidio de Franco, la dictadura de 40 años y la transición que se construyó sobre la No-derrota del fascismo: "transición ejemplar"; un tipo concreto de izquierda que se reivindica desde la derecha; la idea de reconciliación vinculada con el olvido y no reparación, y la idea de "unos y otros", todos eran malos, todos cometieron excesos, la guerra civil no fue una guerra de clase, fue una guerra fratricida entre hermanos porque así es el carácter español. Lo que en Argentina, por ejemplo, llaman la "teoría de los dos demonios", ¿no? Eran lo mismo los militares golpistas que sus víctimas que luchaban por un país mejor.
"Los dos demonios". La diferencia es que aquí en España ese marco sigue siendo el hegemónico, y está en el cine, la literatura, los medios... mientras que en Argentina, como resultado del proceso memorialista que ha habido en los últimos años, defender eso de que no había buenos y malos y equiparar a las víctimas con los verdugos hoy resulta bastante impresentable. Hay gente en la derecha que lo defiende, claro, pero ese relato por suerte es subalterno.
Ese relato oficial es hegemónico porque no solo lo enuncia la derecha que se llama a sí misma derecha: también lo enuncia otro tipo de derecha que se llama a sí misma de otra manera.
Decenas de ex ministros, senadores, diputados, presidentes autonómicos y otros cargos del PSOE han firmado junto a derechistas un manifiesto contra esta Ley. Fijaos. La Asociación para la Defensa de los Valores de la Transición contra el proyecto de la memoria democrática:
• No aceptamos que el pacto constitucional sea objeto de una tergiversación injusta y ajena a la verdad histórica.
• Tampoco aceptamos que se considere como período sospechoso hasta diciembre de 1983, cuando ya se habían celebrado el referéndum constitucional, tres elecciones generales, dos municipales y varias autonómicas.
• Nos preocupa que esta sospecha sea fruto de un pacto con Bildu que aún no ha formulado una crítica a los crímenes terroristas. (Esto es mentira, sí que lo han hecho muchísimas veces).
• La reconciliación fue una de las claves de la Transición y así quedó plasmado en la Constitución.
• Exigimos al Gobierno, a su Presidente y a los responsables de los grupos parlamentarios el replanteamiento del proyecto de ley de Memoria Democrática basado en el consenso por el bien de nuestra convivencia y el futuro de nuestra democracia.
Los máximos adalides del régimen del 78, que son del PSOE, en contra de cualquier elemento, por tímido que sea, que suponga cualquier mínima grieta en un relato oficial sobre la transición que equipara a víctimas y verdugos, a demócratas y a fascistas y que vincula la idea de reconciliación a la idea del olvido y la no reparación.
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