Este artículo se publicó hace 2 años.
Migraciones, gas y comercio, los efectos imprevisibles de la decisión de Argelia sobre España
Varios expertos en el Magreb coinciden en señalar el error diplomático del Gobierno de Pedro Sánchez tras el giro sobre el Sáhara. Diferentes Ejecutivos han intentado mantener el equilibrio en sus relaciones con Marruecos y el país argelino debido a la hi
Madrid-Actualizado a
La decisión tomada este miércoles por Argelia tiene consecuencias imprevisibles tanto a nivel económico como político. El país argelino anunció que suspendía el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación con España por el giro realizado por el Gobierno de Pedro Sánchez en relación al Sáhara Occidental. Desde Moncloa ya han señalado que darán una respuesta "serena" pero "firme" tras analizar el "alcance práctico" de la decisión argelina. No se descarta incluso recurrir a la justicia europea.
Sobre el papel, el tratado bilateral contempla acuerdos relativos a flujos migratorios, defensa o educación o cultura. Varios expertos en el Magreb y en relaciones internacionales consultados por Público coinciden en señalar la migración, el gas o el comercio en general como posibles efectos concretos de la decisión de Argelia, más allá de una evidente tensión diplomática.
"Todavía tenemos que esperar porque la propia Argelia ha avisado que habrá más decisiones y, por tanto, hay que prepararse para ellas", destaca Jesús Nuñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH). Desde su punto de vista, en Argelia sigue habiendo una "sobreactuación" con este asunto que se explica por varios factores. Uno de ellos es que si Argelia ha cerrado todas las relaciones con Marruecos, "cualquier medida que alguien tome que sea favorable a lo que Marruecos quiere, obviamente Argelia lo va a tener en cuenta".
Sobre el suministro del gas, una de las cuestiones que más preocupa, Nuñez destaca que el país argelino "nos lo va a seguir vendiendo". "Como mínimo sí que suponemos que habrá un incremento notable en los precios del gas", añade al respecto. "Los argelinos van a respetar los contratos, pero hay muchos diferentes y parece claro que los más grandes no van a ir dirigidos a España", apunta por su parte Francis Ghilès, investigador asociado de CIDOB. El experto recuerda cómo Italia ha tejido ya una alianza fuerte con Argelia. Mientras, España ha iniciado contactos también con Qatar y está aumentando la importación del producto desde EEUU.
Respecto a los temas económicos, este miércoles se conoció que la banca argelina suspendía las domiciliaciones bancarias relacionadas con las operaciones de comercio exterior de productos y servicios. Al respecto, Itxaso Domínguez, responsable de Oriente Medio y Magreb de la Fundación Alternativas, considera muy relevantes negocios como infraestructuras o turismo que pueden verse perjudicados por la decisión argelina.
Ruta migratoria hacia Levante y Baleares
La ruta migratoria argelina lleva lleva en alza cinco años. En 2020 el repunte fue muy intenso aunque quedó eclipsado por la gran cantidad de llegadas de embarcaciones a Canarias. Se concentra en el litoral de Levante y en las Islas Baleares. Fuentes policiales aseguran a Público que las llegadas a esta zona han descendido alrededor de un 35% este año, aunque la época de mayor afluencia comienza en la segunda mitad del año debido sobre todo a las buenas concisiones climatológicas.
Es una ruta con unas redes de tráfico de personas bien organizadas y la policía cree que habrá un incremento aunque aseguran que el poder desestabilizador de Argelia usando la migración como arma no es ni mucho menos el de Marruecos.
Los acuerdos de España y Argelia para las devoluciones de ciudadanos argelinos llegados a España irregularmente siempre han funcionado de forma más o menos ágil, aunque desde la crisis diplomática se han reducido drásticamente. El Ministerio de Interior da por hecho que Argelia no aceptará ahora la deportación de sus ciudadanos
"Si Argelia decide no cooperar en materia migratoria, va a suponer un problema muy grande para España"
"La cooperación migratoria ha sido muy buena durante años. Es evidente que si Argelia toma la decisión de no cooperar, va a suponer un problema muy grande para España. Es una manera de presión. ¿Lo van a usar o no? No lo sé", explica Ghilès. Nuñez recuerda que se ha dejado de colaborar en las repatriaciones de migrantes llegados a nuestro país desde Argelia.
En este sentido, el codirector del IECAH destaca que "con o sin Tratado se puede hacer todo". "Ese documento es más importante políticamente pero no es operativo en sí mismo. Suspenderlo es un gesto que tiene el coste que Argelia quiere aplicar", añade. Es decir, este asunto quedará "pendiente de la voluntad política que tenga Argelia".
Error diplomático
Los especialistas consultados por este medio coinciden también en señalar el error diplomático de Sánchez y del Ministerio de Exteriores que lidera José Manuel Albares. "No se gestionó correctamente el giro que ha dado España y no se ha explicado a Argelia para evitar precisamente esta respuesta y sobreactuación", afirma Nuñez. "España ha cambiado su posición sobre el Sáhara y tiene consecuencias", apunta Ghilès, quien recuerda que la decisión se comunicó públicamente a través de la Casa Real de Marruecos.
Sánchez pasó de puntillas el miércoles en el Congreso sobre las relaciones con Argelia, que ya venían desgastadas, pese a estar incluido en el orden del día de su comparecencia. Los errores cometidos por el Gobierno según Ghilès se basan también en un asunto que pasó bastante desapercibido en su momento. El 7 de marzo, es decir una semana antes de la carta del líder del Ejecutivo a Mohamed VI, Sánchez llamó al presidente argelino, Abdelmajid Tebboune para tratar el tema de la cooperación energética. Moncloa no informó de esa llamada por ninguna vía.
"Argelia esperaba una respuesta y ni Sánchez ni Albares han dado ninguna explicación"
"Argelia esperaba una respuesta y ni Sánchez ni Albares han dado ninguna explicación. Lleva semanas esperando explicaciones y eso es un problema gordo para una diplomacia como la argelina que además se siente rodeada desde el reconocimiento de Donald Trump de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara", apunta Domínguez. Para la integrante de Fundación Alternativas "se hizo mal con Argelia, con la sociedad española y con el propio PSOE" a la hora de comunicar esta decisión. Moncloa además señaló en un primer momento que había informado a Argelia de su acuerdo con Marruecos, algo desmentido por los primeros.
Para Isaías Barreñada, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), "la gestión de la decisión forma parte de esa metedura de pata diplomática". "O no conocen las prácticas, o han tenido una actitud prepotente en la toma de decisiones o han calculado mal", afirma. El profesor destaca que todo esto se produce en un contexto de "reajuste" de las relaciones en el Norte de África con un acercamiento de EEUU a Marruecos y un restablecimiento de relaciones de estos con Israel. "Para Argelia es un cúmulo de provocaciones. No ser capaz de entender que esta decisión tiene consecuencias es una metedura de pata. Es un error bastante grosero por parte de la política exterior española", añade.
España "elige bando"
Argelia es un aliado tradicional del Frente Polisario y, por tanto, de la causa saharaui. En su territorio, Tinduf, se alojan los campamentos de población refugiada. Pero más allá del Sáhara, la rivalidad entre Marruecos y los argelinos es histórica. "Nada más tener la independencia hubo una guerra por una disputa territorial", recuerda Barreñada.
Más allá del Sáhara, la rivalidad entre Marruecos y los argelinos es histórica
"Tienen dos modelos políticos, dos formas de relacionarse con el exterior y una identidad de nación muy distinta. En Argelia prevalece la identidad de que ellos consiguieron la independencia luchando y que les costó mucho. Y consideran que Marruecos pactó y siempre ha sido una especie de vasallo de París", afirma el profesor, que recuerda también que el reino alauí ha sido una "monarquía filo occidental" y Argelia una "República de órbita socialista". "Todo eso ha ido acumulando rencores y disputas. El Sáhara es una de ellas, pero no la única", añade.
"Nadie se la va a jugar por los saharauis, pero si sirve para visibilizar la molestia, no es nada raro que Argelia lo use", apunta Nuñez. Para este especialista, la política exterior española debería estar centrada "en aliviar todas las tensiones que se puedan producir". Hay que tener en cuenta, recuerda, que está habiendo una carrera armamentística por el liderazgo regional entre Marruecos y Argelia. "Si lo que hacemos acaba situando a España en un bando, el otro bando no es nada raro que intente hacer todo lo que esté en su mano para señalar su descontento", añade. Ghilès recuerda también las relaciones crecientes de la OTAN con el país marroquí, algo que incomoda a los argelinos.
Para Domínguez, Argelia suele reaccionar tarde a estos asuntos. Algo que ya sucedió cuando Trump reconoció la soberanía marroquí en el Sáhara. "Es un juego de suma cero. España pensaba que iba a convertirlo en algo manejable. Tradicionalmente siempre se ha intentado mantener el equilibrio", apunta. Un hecho que reafirma Barreñada. "Evitar esos péndulos siempre había sido una constante en la política exteriores española", afirma.
¿Y ahora qué?
"La diplomacia requiere discreción" ha sido una de las frases más pronunciadas en Moncloa desde el comienzo de la crisis con Argelia. Los expertos consultados no dudan de que la situación se pueda revertir pero que requerirá de tiempo y trabajo. "No creo que España vaya a cambiar lo del Sáhara pero las aguas volverán a su cauce poco a poco aunque durante meses las relaciones van a estar tensas. Ahora preocupa el gas, el derecho internacional y el Sáhara y otro tipo de negocios o la migración", resume Domínguez.
"Más tarde o temprano se volverá a reactivar el tratado pero nos podemos encontrar con un periodo de meses o años. Sobre todo, restablecer la confianza y la buena entente llevará su tiempo y probablemente quede en la memoria de las relaciones bilaterales", apunta Domínguez. En su análisis, el profesor universitario destaca que España ha hecho en paralelo una apuesta a futuro. Tendría que ver con una fase global de "desglobalización".
"La UE tiene una estrategia para el Mediterráneo, de acercamiento de sus cadenas de deslocalización más cerca de Europa. España ha hecho una elección: hacer de Marruecos ese destino de deslocalización cercana, que ya existía pero que se va intensificar porque muchas de las cuestiones en las que se recurría a Asia se va recurrir ahora a destinos aliados. El sistema económico argelino no se presta a eso, pero el marroquí sí", afirma Barreñada.
"España apuesta en ese futuro escenario por un país como Marruecos, que tiene tejido industrial más desarrollado, que puede hacerse cargo de parte de procesos industriales deslocalizados. Hace una apuesta que va más allá de lo coyuntural. Le interesa a España articular una relación privilegiada en esa lógica, de tener un patio trasero donde poder producir lo que antes producía lejos", advierte el profesor de la UCM.
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