Este artículo se publicó hace 2 años.
España busca en el emir de Qatar una mayor independencia energética de Argelia
La crisis diplomática con el país argelino, principal proveedor de gas de España, podría tener una vertiente energética. La visita del emir qatarí está enmarcada en un nuevo acuerdo para incrementar la compra de GNL.
Alejandro Tena
Madrid-Actualizado a
España se prepara para una posible ruptura definitiva con Argelia que afecte al aprovisionamiento energético. El país magrebí es el principal proveedor de gas –representa el 43% del suministro anual, según Enagás– y desde Madrid tratan de buscar alternativas que permitan amortiguar una posible crisis diplomática. El Gobierno argelino ya daba pistas sobre el futuro y rubricaba un acuerdo con Italia que dejaba al Estado español en un segundo plano y convertía la república transalpina en el socio energético preferente. Un movimiento que no ha quedado sin respuesta. Primero EEUU –que incrementará más de un 60% los envíos de barcos metaneros a los puertos de Europa– y ahora todo apunta a Qatar.
Este mismo martes ha aterrizado en Madrid Tamim bin Hamad al-Thani, emir del país qatarí que ha sido recibido y agasajado por buena parte de las instituciones españolas. El monarca Felipe VI le ha otorgado el collar de la Orden de Isabel la Católica; el Congreso y el Senado le han condecorado con dos medallas; y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida le ha obsequiado con la Llave de Oro de la Villa. Esta recepción se enmarca en un cortejo diplomático con intereses evidente. Qatar no es sólo un país y posible aliado, sino un importante inversor.
"Hay que entender este viaje dentro de una gira Europea", matiza Eduard Soler i Lecha, investigador en relaciones euro-mediterráneas del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona. "En estos momentos se aprecia y se revaloriza la importancia de mantener estas relaciones por todo el tema energético, por encontrar posibles suministradores. Si el resto de Europa piensa en Qatar como alternativa al gas ruso, en España la situación es diferente. Aunque todo el mundo querría pensar que la crisis diplomática con Argelia no acabará traduciéndose en una crisis energética, interesa cultivar nuevas relaciones bilaterales con posibles suministradores alternativos", reflexiona el experto, que alerta de la necesidad de "desgasificar" esta visita qatarí para poder observar otros elementos importantes vinculados al músculo financiero del país en España. "Aquí tiene invertidos buena parte de sus fondos soberanos", apostilla.
Qatar arriba en España con la intención de 'supervisar' buena parte de sus inversiones, además de impulsar y visibilizar su posición de organizadora y anfitriona del polémico mundial de fútbol de 2022, cuyos preparativos se han visto manchados por la sistemática vulneración de derechos humanos. Si bien, estos temas cobran una importancia clave en la agenda del emir y en las reuniones oficiales que está teniendo en España, el asunto energético es el de mayor interés geopolítico. Por un lado, se sellarán nuevos acuerdos con Iberdrola para el impulso de las energías renovables en el territorio peninsular. Por otra parte, Qatar rubricará nuevos convenios comerciales destinados a incrementar sus exportaciones de gas natural licuado (GNL) a España, tal y como ha dejado entrever su embajador en España, Abdalla al Hamar, en una entrevista para El Independiente.
Más gas... A pesar de la crisis climática
España, lejos de desgasificar su sistema y aprovechar la coyuntura de crisis para electrificar su economía y mitigar la crisis climática, está apostando todo al gas. La crisis diplomática con Argelia y su posición geoestratégica como hub gasista de Europa, le han llevado a sondear nuevos mercados. Qatar es una piedra más en este camino de nuevas alianzas energéticas y seguramente no sea el último, pues el peso argelino, que históricamente ha bombeado cerca de la mitad del suministro de gas natural a través de los gasoductos que conectan África con Europa, no puede sustituirse con un único movimiento.
El acuerdo que pueda salir de esta visita diplomática en materia energética se sumará al compromiso asumido por EEUU de incrementar su peso en el mercado de gas español, que ha aumentado un 30% sus ventas de GNL desde que comenzó la guerra y ha superado a Argelia como principal importador en los meses de marzo y abril, según los datos de Enagás y Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (CORES).
Estos dos mercados que España quiere exprimir están manchados social y económicamente. Desde una perspectiva social, la elección estadounidense pesa por el origen del combustible, extraído a través de fracking, una práctica con un elevado impacto ambiental que está prohibida por ley tanto en el territorio peninsular como insular y que cuenta con el rechazo de buena parte de la Unión Europea. En el caso de Qatar, la mancha social deriva de la controversia de hacer negocios con un país autoritario y marcado por la persecución de los sindicatos, vulneración de la libertad de expresión y la discriminación sistemática de los derechos de las mujeres, tal y como recoge el último informe de Amnistía Internacional.
Desde una perspectiva puramente económica, el gas que España comprará –y ya compraba– a estos países es más caro por motivos muy vinculados a la logística del transporte. Las interconexiones con Argelia, el gasoducto MedGaz, permiten que el hidrocarburo se bombee directamente desde el país africano hasta el sur de Europa y entre directamente en la red. Las distancias con EEUU y Qatar impiden estas prácticas y obligan a establecer compras de un gas natural licuado que llega en estado líquido en barcos metaneros –con un coste de combustible que se debe aplicar– hasta los puertos españoles, donde las plantas regasificadoras lo vuelven a convertir a estado gaseoso para su uso.
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