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NUEVO PP

El negacionismo de la violencia machista se expande por el PP ante los bandazos de Feijóo

El presidente de la Xunta de Galicia negó la violencia vicaria por la mañana y rectificó por la tarde. El partido ha iniciado una ofensiva contra el Ministerio de Igualdad. Todo esto ocurre pocos días después del acuerdo de gobierno con la ultraderecha en Castilla y León.

16/4/22 Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid, el martes en un acto con militantes
Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, el martes en un acto con militantes el pasado martes. Alberto Ortega / Europa Press

Un acuerdo de gobierno en Castilla y León que incluye una ley que niega la violencia machista, un consejero de Andalucía que comparte la decisión y un líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, que primero no reconoce la violencia vicaria -la que se ejerce contra las madres a través de los hijos- y luego sí. 

Es difícil saber si el PP ha asumido el discurso negacionista de la violencia de género de Vox o si ya estaba ahí y la extrema derecha solo le está sacudiendo el polvo a los populares. Sea como fuere, el que ya podemos llamar 'el partido de Feijóo' acumula en los últimos días hechos y palabras que niegan y cuestionan la violencia contra las mujeres.

Feijóo podría haber dado muchas respuestas cuando una periodista le preguntó este jueves por las declaraciones del consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, en las que defendía cambiar el término de violencia machista por violencia intrafamiliar, como exige Vox. De todas las posibles eligió esta: "Hace algún tiempo tuvimos que sufrir (en Galicia) el asesinato por parte de un padre, que tenía problemas con su pareja, y asesinó a sus dos hijos: eso no es violencia machista, es intrafamiliar". 

"Si un padre mata a un hijo o una hija no es violencia machista, es intrafamiliar; y si un hombre mata a su pareja abusando de su fortaleza es violencia machista. Entiendo que hablamos de dos cosas distintas y reales que existen", explicó el próximo presidente del PP. Con estas palabras, Feijóo puso en evidencia que no reconoce la violencia vicaria, una de las formas más extremas que adopta la violencia machista, y que las psicólogas expertas en la materia definen como la violencia instrumental que consiste en utilizar a los hijos para hacer daño a la madre, o la expareja. 

En el año 2021, siete menores murieron víctimas de violencia vicaria en España. El Ministerio de Igualdad notifica estas cifras en las estadísticas sobre víctimas de violencia de género. 

Horas más tarde, a través de su cuenta de Twitter, Feijóo se desdijo: "Galicia sabe lo que es que un padre asesine a sus hijos para dañar a la madre y no estaba considerado violencia de género. Por eso Galicia cambió la ley para reconocer la violencia vicaria como violencia machista". "También existe la violencia intrafamiliar, como cuando un padre mata a un hijo que está pegando a su madre o una madre comete un parricidio. Que nadie dude de que lucharemos contra todas las violencias y que no daremos ni un paso atrás en la lucha contra la violencia machista", explicó Núñez Feijóo. 

El presidente de la Xunta de Galicia fue claro en su contestación por la mañana y lo fue también por la tarde, aunque en las dos ocasiones el mensaje fuera bien distinto, contradictorio.  

Feijóo rectificó en pocas horas pero lo cierto es que antes de que tomase la decisión de dar su primera respuesta, otros miembros del PP tomaron decisiones similares. Alfonso Fernández Mañueco, por ejemplo, decidió meter a la extrema derecha en el Gobierno de Castilla y León y decidió plegarse a sus exigencias en materia de género. Solo hicieron falta cuatro días desde que se conoció el pacto entre PP y Vox para que los de Abascal presumiesen de su victoria: "Vamos a tratar a todas las víctimas por igual, sean hombres o mujeres". 

A Mañueco le pareció bien incluir en el acuerdo de Gobierno una "ley de lucha contra la violencia intrafamiliar". Una legislación que, en palabras del futuro vicepresidente Juan García-Gallardo (Vox), buscará "que todas las personas tengan el mismo tratamiento a nivel legal, sean huérfanos, hombres, mujeres, abuelos… a sabiendas de cuál es el ámbito competencial de la Junta, que no puede derogar una ley orgánica, sino proteger a las víctimas". 

Fernández Mañueco tomó la decisión de, en lo que sus competencias le permiten, desproteger a las mujeres víctimas de violencia machista, la que se ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo y que está reconocida por todos los organismos internacionales. Al cierre de esta información Igualdad contabiliza siete mujeres asesinadas por violencia de género y seis menores huérfanos.

El goteo de negacionismo continua en el PP. "La violencia de género es la del hombre contra la mujer, mientras que la violencia intrafamiliar incluye también la que se dirige contra niños o personas mayores. Puede ser más representativa de lo que sucede en nuestra sociedad y, en ese sentido, no veo problema en ampliar el concepto", dijo este miércoles el consejero andaluz Jesús Aguirre para justificar el pacto de su compañero de partido castellano y leonés. 

El PP parece dispuesto a borrar de su vocabulario realidades como la violencia machista, o de género, o la violencia vicaria. Un buen momento para recordar lo que decía George Steiner: "Aquello que no se nombra no existe". Y este no es el primer intento del Partido Popular para no nombrar lo que existe, y pega, acosa, viola y mata.

En 2019, Pablo Casado se pronunció de la siguiente manera: "El PP respeta que un partido diga 'nos parece muy bien que haya medidas para proteger a la mujer que sufre malos tratos en su hogar, igual que también queremos que se proteja a los niños o ancianos que siendo varones también sufre violencia por parte de familiares o cuidadores' ". Hablaba de Vox y de su lucha por imponer el concepto de "violencia doméstica" o "intrafamiliar". Tres años después lo han logrado con el PP de Castilla y León.

Enemigos públicos del Ministerio de Igualdad

Nadie ha roto filas en el PP por este acuerdo de Mañueco, ni por la escalada de declaraciones y hasta el momento no se han escuchado voces disonantes cuestionando que el partido asuma el discurso de Vox. Todo lo contrario. Los conservadores han emprendido una ofensiva contra la principal institución que garantiza la igualdad entre hombres y mujeres y su protección frente a todo tipo de violencias. "¿Para qué sirve ese Ministerio (de Igualdad)? (...) Sinceramente podría desaparecer y no pasaría nada en España", dijo la coordinadora general del partido, Cuca Gamarra, este mismo martes. 

El PP nacional acabó haciendo suya la propuesta de Isabel Díaz Ayuso y también de Vox, para retirar los 20.000 millones de euros del Plan de Igualdad. La presidenta madrileña intenta, apoyada por la extrema derecha y por Ciudadanos, invertir esta partida- destinada a ayudas a la maternidad, empleo o pensiones- en medidas dirigidas a paliar los efectos de la subida de precios. Una idea que Santiago Abascal hizo suya en el hemiciclo este miércoles. La sintonía es evidente. 

Desprecian el Ministerio de Igualdad, consideran prescindibles las ayudas a la conciliación y ridiculiza el feminismo, también como Vox. Este mismo jueves, poco antes de que Feijóo negase la violencia vicaria, la otra gran cabeza del partido, Isabel Díaz Ayuso, utilizaba en tono jocoso la palabra "sororidad"- que hace referencia a la solidaridad entre mujeres- para responder a las intervenciones de Alejandra Jacinto (UP) y Mónica García (Más Madrid). "Sororidad, feministerios y la nada", publicaba más tarde en redes sociales.

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