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Una 'no investidura' descafeinada, con tirantez entre los futuros socios del Govern de la Generalitat

La falta de apoyo de JxCat a la investidura del republicano Pere Aragonès se palpa con la tensión entre los dos partidos durante el pleno, que contrasta con la buena sintonía entre ERC y la CUP. La sesión ha sido menos ampulosa que habitualmente debido a las medidas impuestas por la pandemia, con menos invitados y prensa y celebrada en el auditorio.

El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Auditori del Parlament de Catalunya, durante su primera intervención en el debate de investidura.
El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, en el Auditori del Parlament de Catalunya, durante su primera intervención en el debate de investidura. Enrique García POOL / EFE

Este viernes el Parlament de Catalunya se ha despertado bajo un cielo encapotado para acoger a una sesión de investidura descafeinada, marcada por la certeza de que no acabará con un president de la Generalitat investido. La falta de apoyo de JxCat a la candidatura del presidenciable de ERC, Pere Aragonès, se ha palpado en la tensión entre los dos partidos durante el pleno, que ha contrastado con la buena sintonía entre ERC y la CUP. Esta atmósfera, sumada a las medidas obligadas por la pandemia, han dado lugar a una sesión mucho menos suntuosa que lo habitual, a pesar de que no han faltado las carreras de los fotógrafos para sacar la mejor imagen, los comentarios en los pasillos y la cola en el bar.  

El pleno ha empezado con retraso por las peticiones de reconsideración de PSC, PP, Cs y Vox sobre el voto delegado de Lluís Puig 

A primera hora los diputados más madrugadores han empezado a llegar a lac. Pere Aragonès, el candidato propuesto para la investidura, lo ha hecho en compañía de su esposa, sin mucho entusiasmo en saber que este viernes no será elegido president por la abstención de los diputados de JxCat. La formación postconvergent alega que las negociaciones no están suficientemente avanzadas, aunque han reconocido que acabarán invistiéndolo, posiblemente en segunda votación, el próximo martes. Los diputados de Junts han llegado con mascarillas FFP2 amarillas, todos, sin distinción, un complemento visible que los identificaba entre la multitud y servía para destacar la fuerza numérica del grupo.

El pleno, con inicio previsto a las 10 horas, se ha retrasado unos 45 minutos por las peticiones de reconsideración presentadas por PSC, PP y Vox sobre el voto delegado del ex conseller exiliado Lluís Puig, motivo por el cual tanto la Mesa como la Junta de Portaveus se han reunido dos veces. Posteriormente Ciutadans también ha presentado una. El retraso y la incertidumbre ha recordado a los inicios complicados de las últimas legislaturas, también marcadas por las discrepancias sobre el trato a los políticos presos y exiliados. A pesar de que las peticiones han sido desestimadas debido a la mayoría independentista de la Mesa, la cuestión se acabará dirimiendo en los tribunales muy probablemente. Puig ha agradecido el apoyo de la Mesa "por defender los derechos de todas las personas que ejercieron su derecho de voto". 

Sin sensación de estreno 

Este viernes no se respiraba ya la sensación de estreno que se notó en la sesión de constitución del Parlament, hace dos semanas. Aun menos, el ambiente que hay un día de investidura sin pandemia. La covid ha obligado a reducir invitados y prensa y ha modificado muchos de los rituales habituales. Igual que la sesión constitutiva, el pleno se ha celebrado en el auditorio, donde los 135 diputados se han sentado separados por la distancia perceptiva. Aun así, antes del inicio del pleno, los diputados han estado charlando de forma distendida en pequeños grupos, tanto de su mismo partido como otros. 

Aragonès ha reclamado a Junts "superar las desconfianzas" y cerrar un acuerdo de gobierno

Autoridades como los expresidents Quim Torra y Artur Mas han seguido desde salas adyacentes la sesión. Una de las imágenes de la mañana ha sido el encuentro casual en la escala noble de Mas con los diputados de la CUP. No ha habido saludo por parte del expresident a los representantes del grupo que lo mandó a la "papelera de la historia". Paradójicamente, en una especie de cambio de roles, la investidura ahora permanece bloqueada por el 'no' del grupo postconvergent, mientras que la CUP ha sellado un preacuerdo con ERC para dar luz verde a la presidencia de Aragonès. En cualquier caso, los diputados actuales de JxCat sí han cruzado algunas palabras con los anticapitalistas dentro del auditorio. 

Durante la sesión se ha puesto de manifiesto la tirantez entre los diputados de JxCat y los de ERC. En su discurso, Aragonès les ha interpelado y ha hecho un llamamiento a "superar las desconfianzas" para poder formar gobierno. También se ha dirigido a la CUP, a quien ha agradecido su generosidad, y personalmente, a su cabeza de lista, Dolors Sabater. Al final de un discurso largo, de prácticamente dos horas, ha sido significativa la falta de aplausos por parte de los postconvergents. ERC ha aplaudido a su candidato de pie; la CUP, sentada; y Junts no ha hecho ningún gesto hacia el vicepresident en funciones y líder del grupo con quien llevan más de cinco años gobernando. En cualquier caso, si tal como dijo el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, el acuerdo es cuestión de "días o semanas", falta por ver si esta tirantez podrá dejar paso a la sintonía necesaria para volver a gobernar juntos.

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