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¿Es la dimisión de Oltra una oportunidad para Compromís?

Con la dimisión de Mónica Oltra, la coalición valencianista pierde su principal activo político a un año de las elecciones, pero la indignación por la situación está provocando un cierre de filas.

La vicepresidenta de la Generalitat y coportavoz de Compromís, Mónica Oltra, durante la rueda de prensa en la que ha anunciado su dimisión. EFE/Ana Escobar
La vicepresidenta de la Generalitat y coportavoz de Compromís, Mónica Oltra, durante la rueda de prensa en la que ha anunciado su dimisión. Ana Escobar / EFE

A la dimisión de Mónica Oltra como vicepresidenta del gobierno valenciano y como diputada no le ha faltado épica. En una sala de prensa abarrotada hasta la bandera, flanqueada por algunos de los principales dirigentes de Compromís y en un ambiente cargado de emoción en el que no han faltado lágrimas.

Oltra ha anunciado que abandona el Consell para "no ser una coartada para poder echar a Compromís del Govern y dejen de hacerse las políticas progresistas que la gente necesita". Así, la ya exvicepresidenta ha acusado a Ximo Puig y al PSOE de amenazar con expulsar a Compromís de la coalición si ella no renunciaba y, de esta forma permitir que "ganen los malos".

Unos malos que no serían solo la extrema derecha que ha puesto las querellas, sino también la estructura judicial que las ha admitido a trámite, los medios de comunicación que "han convertido el rumor del señor Fuentes en una realidad" –en una duro dardo al sistema mediático– y las empresas perjudicadas por las políticas progresistas que habrían financiado la operación, tal como denunció ella misma en abril desde la tribuna de les Corts.

"En un país donde la inscripción de M. Rajoy en la libreta de Bárcenas no es un indicio, a mí se me imputa con cero indicios. Lo que más me duele es que la gente piense que no se puede plantar cara a los poderosos porque te fulminan", ha continuado en un discurso en que no han faltado referencias a la Lawfare, ha recordado el caso de "las niñeras" o el de Alberto Rodríguez, y donde ha descrito su persecución como "una de las mayores infamias que ha visto este país".

El análisis de Oltra puede haber generado el primer consenso unánime en Compromís

El análisis de Oltra es respaldado, en público y privado, por todos los miembros consultados de Compromís, desde los altos cargos hasta los meros afiliados de base. Esto es quizás la primera vez que pasa en años en la coalición (la inestabilidad de Compromís es casi una parte sustancial de su ADN).

Cada decisión estratégica ha venido acompañada de airados disensos públicos; el congreso de su principal partido, Més Compromís, acabó con casi el 40% de votos críticos; y el debate sobre el papel de Oltra y sus posibles alternativas hacía saltar chispas de solo mencionarlo. Ahora, la sensación de injusticia vivida conjuntamente da a la formación un relato que la unifica en la resistencia y puede consolidarla internamente.

La coportavoz de Compromís Águeda Micó (d) y el alcalde de Valencia, Joan Ribó (i), a su salida de la reunión de la Ejecutiva de Compromís en la que se iba a debatir sobre el futuro de la formación tras la imputación de la ya ex vicepresidenta. EFE/Ana Es
La coportavoz de Compromís Águeda Micó (d) y el alcalde de Valencia, Joan Ribó (i), a su salida de la reunión de la Ejecutiva de Compromís en la que se iba a debatir sobre el futuro de la formación tras la imputación de la ya ex vicepresidenta. Ana Escobar / EFE

"Perder a Oltra a un año de las elecciones es una putada, pero la buena noticia es que aún falta un año", resumen desde la coalición. Por una parte, Oltra era el activo electoral más potente de los valencianistas. Por la otra, su hiperliderazgo generaba muchas fricciones internas.

Para Compromís, mantener sus 17 diputados con otro cabeza de cartel será complicado, y con ello es todo el Botànic el que peligra; pero al mismo tiempo, su posición de víctima de una injusticia puede reforzarla a largo plazo. "Ahí está el caso de Lula", repiten desde Compromís en referencia al expresidente brasileño, víctima de la Lawfare (llegó incluso a ser encarcelado) y que ahora parte como favorito para las próximas elecciones presidenciales.

Un problema mayor será rehacer los puentes con el PSOE si, finalmente, en 2023 las fuerzas progresistas vuelven a sumar. El enfado con los socialistas no es exclusivo de Oltra ("Puig ya me cesó una vez", ha recordado la exvicepresidenta en referencia a la disolución unilateral del Consell en 2019 contra el criterio de Compromís) sino que es compartido por todos aquellos que han vivido estos días en primera línea.

"La presión del PSOE ha sido brutal", reconocía un diputado valencianista. De hecho, entre los valencianistas había quienes estaban dispuestos a "romper con todo" y salir del gobierno, aunque al final ha ganado la opción más prudente.

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