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Pineda retó a duelo con pistola en un cementerio al fiscal del caso Afinsa

Que Luís Pineda, alias “Luispi” retara públicamente a duelo con pistola o espada, al atardecer, en un cementerio, al fiscal Luzón del caso Afinsa-Fadesa, perfila el carácter de este peligroso matón de la ultraderecha de los 80 devenido en presunto extorsionador.

Luis Pineda a la salida de la sede de Ausbanc en la calle Marqués Urquijo de Madrid, durante el registro realizado por la Policía Nacional. EFE/Ballesteros

JOAN CANTARERO

@JoanCantarero

Luís Pineda Salido, presidente de Ausbanc, fue un matón ultraderechista de los convulsos años 80 apodado el “Luispi”, al que no le temblaba el pulso. Convencido fascista amaba la violencia, le encandilaban las armas y a pesar de contar con tan solo 17 años logró reunir una banda a sus órdenes, que le siguió durante algunos años. Entre estos acólitos destacaba un experto en explosivos que ejercía de lugarteniente y que ahora es director de banco. La policía tenía fichado a Pineda como “jefe nacional” del Frente de la Juventud y así constaba en las condenas que le fueron cayendo, sin duda leves, por pertenencia a banda terrorista.

Los testimonios recogidos desde febrero de 2015 por la UDEF, que constituyen la base de incriminatoria contra Luis Pineda Salido, en tanto que presidente del grupo empresarial jurídico mediático Ausbanc, y contra el secretario general del pseudo sindicato Manos Limpias Miguel Bernad, dibujan a las claras un estilo de negocio gansteril propio del Chicago de los años 20, con el fino estilo del maestro mafioso John "Papa Johnny" Torrio.

Reto a duelo en Radio “City FM”

Uno de los casos que lanzó al estrellato a Ausbanc fue su papel de “agente doble” en el llamado Caso Fórum Filatélico-Afinsa. El 11 de mayo 2007 la Audiencia Nacional decidió apartar a esta entidad como "acusación popular" por "fraude procesal" en los casos que instruía en los Juzgados Centrales 1 y 5.

Los autos de los jueces Santiago Pedraz y Baltasar Garzón indicaban que la acción popular de Ausbanc en la Audiencia Nacional, después de haber defendido públicamente la legalidad de las dos empresas, no se corresponde con "el contenido y la finalidad propios de una acusación en un proceso penal", ya que Luis Pineda se dedicaba a defender públicamente a ambas empresas filatélicas, que además habían pagado a Ausbanc 2,45 millones de euros en publicidad, al tiempo que decía defender los intereses de los perjudicados por estas empresas.

Dos meses antes de la decisión judicial Luis Pineda ya sabía que las cosas pintaban mal para su organización y que tenía los días contados como acusación popular en el caso judicial Fórum-Afinsa. Así y todo, el 15 de marzo de 2007 Pineda accedió a participar en un programa-tertulia de la emisora de radio madrileña ya desaparecida “City FM”, que emitía en el dial 97'5 desde El Burgocentro de Las Rozas. Pineda había sido convocado para responder al interés mediático del Caso Fórum Filatélico y el protagonismo que su organización estaba suscitando en esas fechas, especialmente por la postura de la Fiscalía, partidaria de expulsar a Ausbanc de la causa.

En un momento dado el abogado se encaró por las ondas con el fiscal anticorrupción del caso, Alejandro Luzón, con el que mantenía un intenso enfrentamiento a través de los medios generalistas y a través de sus propias publicaciones dirigidas a los consumidores. Tras un discurso aspaventero acabó espetándole al fiscal Luzón: "Lo que me pide el cuerpo es citarme con usted a las 7 de la tarde en la puerta del cementerio, ¿eh? y escoja usted si quiere espadas o si quiere pistolas (...)".

La banda ultra de “Luispi”

Las crónicas de la década de los años 80 ya se hacían eco de las andanzas de Luis Pineda como líder del Frente de la Juventud, si bien no todas las acciones violentas que tanto él como su banda protagonizaron lo eran de cariz político, sino también de delincuencia común.

La primera condena de Luis Pineda vino de la Audiencia Nacional. El tribunal condenó al ahora abogado y a su compinche Beatriz Klecker de Elizalde, por asalto a mano armada a una marquesa de Madrid, a la que golpearon con sus armas y robaron. Según la sentencia Pineda y su cómplice cometieron “un delito de robo con intimidación, uso de armas, en casa habitada y utilización de violencia para obligar a suscribir y entregar un talón a la pena de tres meses de arresto mayor”. A “Luispi” le fue aplicada la atenuante de minoría de edad, ya que sólo contaba con 17 años cuando sucedieron los hechos, pero eso no le eximió de pagar solidariamente un total de 513.000 pesetas a la víctima y 2.900 a sus dos empleadas del hogar. Los hechos ocurrieron el 6 de marzo de 1980.

La resolución judicial calificaba al acusado Luis Pineda como una persona "insolvente, sin antecedentes penales, de mala conducta informada" que integraba un grupo formado por una treintena de personas, la mayoría de ellas vinculadas al "partido político legalizado" 'Frente de la Juventud', que tenía una "escasa operativa" y estaba dedicado a cometer "acciones violentas" para conseguir recursos económicos y dedicarlos a la organización o a su beneficio "personal”.

Al menos una decena de causas más todas ellas relacionadas con actos de violencia ultraderechista adornan el histórico del ahora, nuevamente, reo de la Audiencia Nacional.

El Frente de la Juventud

Las crónicas de la década de los años 80 ya se hacían eco de las andanzas de Luis Pineda como líder del Frente de la Juventud, si bien no todas las acciones violentas que tanto él como su banda protagonizaron lo eran de cariz político, sino también de delincuencia común.

La Audiencia Nacional condenó a Luis Pineda Salido y a su compinche Beatriz Klecker de Elizalde por “un delito de robo con intimidación, uso de armas, en casa habitada y utilización de violencia para obligar a suscribir y entregar un talón a la pena de tres meses de arresto mayor”, al aplicar la atenuante de minoría de edad y obligándole a pagar solidariamente con la otra acusada un total de 513.000 pesetas a la marquesa y 2.900 a sus dos empleadas del hogar. Los hechos ocurrieron el 6 de marzo de 1980.

La resolución describe a Pineda como una persona "insolvente, sin antecedentes penales, de mala conducta informada" que integraba un grupo formado por una treintena de personas, la mayoría de ellas vinculadas al "partido político legalizado" 'Frente de la Juventud', que tenía una "escasa operativa" y estaba dedicado a cometer "acciones violentas" para conseguir recursos económicos y dedicarlos a la organización o a su beneficio "personal”.

Al menos una decena de causas más adornan el histórico del ahora reo de la Audiencia Nacional.

El Frente de la Juventud

El Frente de la Juventud (FJ) no era sino una nueva marca de los proscritos en septiembre de 1978 por Fuerza Joven, la rama juvenil del partido de Blas Piñar, al que pertenecía Miguel Bernad, el presidente de Manos Limpias. La razón de la expulsión de la mayoría de militantes de Fuerza Joven de Madrid se debió -dijeron- “a sus acciones violentas y descontroladas”.

De hecho, el Frente de la Juventud se creó en Madrid precisamente un año después de que Fuerza Nueva hiciera lo mismo en Barcelona, con otra expulsión masiva de miembros de Fuerza Joven, que en la capital catalana se constituirían en el Frente Nacional de la Juventud. Meses después el FNJ y FJ se fusionarían, coincidiendo con la entrada de los miembros de las secciones de seguridad C y Z de Fuerza Nueva, los elementos más peligrosos del partido.

No obstante, este movimiento de extrañas expulsiones realizado por Fuerza Nueva fue considerado por expertos en extrema derecha como xavier Vinader “como una maniobra que no perseguía deshacerse de los militantes violentos, sino escenificar que detrás de futuribles acciones violentas los autores no podrían a efectos legales ser relacionados con Fuerza Nueva”. El partido de Blas Piñar aspiraba a tener diputados por Madrid, en las primeras elecciones democráticas de mayo de 1979, y necesitaban esconder su tradición violenta. Finalmente, Blas Piñar obtendría un acta de diputado por la candidatura de Fuerza Nueva por Madrid.

El listado de actos criminales de los distintos grupos activos y armados del Frente de la Juventud es extenso. Asesinatos de indigentes; el atentado con carta-bomba en 1978 contra El País, en el que murió un trabajador y dos resultaron gravemente heridos; el atentado contra los locales del Club de Amigos de la Unesco en 1980, con dos heridos graves; diez atentados con explosivos, entre ellos los perpetrados contra las librerías Fórum y Exprés, las sedes del sindicato anarquista CNT, contra las oficinas de BOE, contra el chalé de Manuel y Ana Belén; contra un café de la calle de Hartzeribusch, cerca de la plaza Olavide, contra la sede de la Asociación Pro Derechos Humanos, el complejo Aurrerá, y otros muchos.

Luis Pineda estuvo a punto de perder la vida de una puñalada el 28 de diciembre de 1981, en otro de los actos violentos que acostumbraba a protagonizar. En esta ocasión los hechos ocurrieron durante un enfrentamiento de miembros de su organización Frente de la Juventud con sus viejos “camaradas” de Fuerza Joven, a la salida de un mitin de Fuerza Nueva en el que participaron una quincena de ultras.

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